domingo, 17 de octubre de 2010

Encuentros…

El título podría ser el de una película de ciencia ficción cuyo argumento girara en torno a contactos con organismos extraterrestres de los cuales se sospeche, sin lugar a dudas, mucha más evolución y desarrollo, no tanto por la tecnología que exhiben como por la comprensión y actitud sencilla ante la vida y ante aquellos seres vivos en los que ésta se manifiesta.

De hecho, estos encuentros pueden darse en una tercera fase o en otros lugares tanto o más válidos como pueden serlo la cumbre del Puig de Bassegoda, lugar desde el que se me brindó recientemente la oportunidad de mirar cara a cara a la Tierra, henchirme de ella y experimentar esta alegría de vivir serena que nos tiene reservada la Vida desde el día en que nacemos para cada día que vivimos y que algunos negligimos, más o menos conscientemente, la mayor parte de nuestros días.

Hasta allí me llevaron Teia y Jordi en una ascensión no exenta de emociones y en la que se trenzaron multitud de temas en una conversación que se mantuvo constante a lo largo de toda la jornada y donde se trataron recuerdos de infancia y de juventud, amores y desamores, se habló de arqueología, de formación de directivos, de literatura, de brujas, ungüentos y chiringuitos, de carrera profesional horizontal, de madres e hijos, de espadas y samuráis, de sistemas de evaluación y de sistemas de reconocimiento, conscientes de que cada tema, lejos de estar inconexo, pertenecía a una misma malla subyacente en la relación y que emergía porque se daban las condiciones adecuadas para ello…como dicen que ocurre con las setas…

Mientras observaba el vuelo de un águila que sobrevolaba nuestra posición y de la que llegamos a sospechar ser una emisaria y una señal del propio Zeus, no pude dejar de experimentar una forma muy especial de emoción rayana con el éxtasis y que reconocí como la fuente y origen de toda espiritualidad. Y como si levantando mi propia sombra la llegase a cruzar, me noté vivo y profundamente agradecido con Teia y Jordi, eché de menos a los míos, me sentí afortunado por mi trabajo y, en suma, me alegré de tener lo que realmente tengo, la vida en mis manos.





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En la foto superior, Jordi Güell describiendo la inmensidad que se abría a nuestro alrededor en la cumbre del Bassegoda.

En esta foto, la vía ferrata para acceder a la cumbre.


9 comentarios:

  1. Bona nit!

    Qué sorpresa, no sabía que también te gustan las vías ferratas:-).

    Un placer fantástico leer las sensaciones que nos transmite de tu día especial, de grapa en grapa, de grieta en grieta, roca a roca, paso al vuelo, por la montaña de los recuerdos y de la espiritualidad.
    La montaña es una gran amiga del alma, yo lo comparto.

    Una abraçada.

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  2. En llegir-te, m’hi he sentit reflectit tot recordant les ascensions pel Pirineu. És veritat que a vegades és un fet important la muntanya que puges, però sempre, sempre, el més important és amb qui la puges, amb qui comparteixes les sensacions i les emocions. En aquest cas veig que estaves molt ben acompanyat, tot un luxe. Felicitats!

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  3. Es lo que tiene la Tierra, ese hermoso planeta en el que vivimos, cuando lo "tocas" de verdad .... te lleva al éxtasis, ese estado natural que hemos olvidado .... a veces lo "recuerdo" solo paseando por "El Retiro" .... ¡que placer produce leerte!

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  4. @Begoña, Sí, en ciertos sitios como este del post, uno se siente mucho mejor de lo que normalmente cree ser y, como cuando se observan los astros, la cotidianeidad adopta un tamaño tan ínfimo que uno se pregunta por qué le preocupa tanto.

    Me gustan las vía ferratas pero con el tiempo estoy desarrollando un vértigo [in crescendo…] que me aparta de cierto tipo de actividades #loconfieso

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  5. @Jordi Terrades, Cert, en aquest cas ha estat tot un luxe, en soc conscient. La màgia pròpia d’alguns llocs pot ser més fàcilment invocada i, fins i tot, amplificada si, com en aquest cas, es gaudeix de la companyia de mags poderosos. Alguna cosa em diu que no haguessis desentonat gens ni mica ;-) Gracies pel comentari Jordi

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  6. @Juana, y a mí el de tenerte aquí Juana! A ver si tengo la oportunidad de ver algún día “El Retiro” desde tus ojos…

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  7. Hola, de siempre he tenido pendiente visitar La Garrotxa y este artículo tuyo no hace sino avivar la llama. Además no conocía lo que es una Vía Ferrata (¡gracias una vez más wikipedia!)y ya me estoy planteando buscar alguna facilita para mi nene y para mi.
    Seguro que el águila era Zeus en persona.
    Un saludo
    ug

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  8. @Tío Eugenio, La Garrotxa és una de las zonas más impactantes que conozco por lo impresionante de su medio natural. La Comarca es muy consciente de ello y está altamente sensibilizada en su preservación. No te defraudará, siempre digo que, de haber hadas y elfos, seguro que te los encuentras allí.
    Respecto a la verdadera identidad del águila…comparto tus sospechas.
    Gracias por comentar, de hecho te conozco de haberte visto por el Club de los Domingos y me ha hecho ilusión que te dejaras caer por aquí.

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  9. Hola, Manel.

    Disculpa mi intromisión. A Tío Eugenio le puedo sugerir una vía Ferrata sencilla y completa, es la única que he hecho yo, ideal para iniciarse porque tiene de todo y es cortita (rappel, subida zig-zag, curva, puente colgante, etc): la trona.

    Abrazos!.

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