viernes, 4 de febrero de 2011

Del espacio de cada uno o del cada uno y su espacio…

Hace nada que acabo de llegar de un periplo que me ha aportado, entre otras cosas, el poder entrar en contacto con casi un centenar de directiv@s de administraciones públicas de todos los tamaños, grandes, medianas y pequeñas, a través de sendas colaboraciones con el Instituto Nacional de Administraciones Públicas [INAP] y con el Colegio Oficial de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local [COSITAL]. En todos los casos, he gozado a lo largo de estas actuaciones de la oportunidad de conversar con un colectivo altamente comprometido con el impulso y, sobre todo, con la esencia y fundamento de la organización a la que sirven.

Los temas que me llevan a estas acciones giran en torno al reconocimiento, integración y motivación de las personas, el establecimiento de mecanismos de diálogo y participación y la evaluación para el desarrollo de los equipos. Temas todos ellos que abordo, últimamente, desde la liquidez de las variables que caracterizan el momento actual y que me parecen de suma importancia si se pretende, ante temas tan complejos, optar por mecanismos que sean mínimamente útiles cuando se abordan en el seno de la organización.

La amenidad y fluidez de contacto con estos grupos suele estar, invariablemente, salpicada de cuestionamientos correctamente planteados sobre la posibilidad de abordar estos temas en clave de “actualidad”, estando como está la Administración Pública sujeta al consabido procedimiento administrativo que tantas cosas nos garantiza a cambio de impedirnos otras tantas...

Aunque no estoy en absoluto de acuerdo, vista la diversidad y riqueza de las actuaciones que se dan, en que bajo la categoría “Administración Pública” se identifique a un determinado tipo de organización con poca flexibilidad y capacidad de innovar en metodologías de trabajo, sí que aprecio que:

1. Más que de la tipología de organización [pública o privada] las posibilidades, al menos en la administración pública, van de la mano de las personas que se las proponen, encontrándonos con individuos que insisten incansablemente hasta erosionar y darle formas imposibles a superficies pétreas y también con personas que han encontrado una zona de confort en la cual resistir a la niebla de incertidumbre que va ocultándolo todo y que se niegan, con los mejores motivos y argumentos, a ceder un ápice de territorio a cualquier iniciativa por interesante, eficaz o eficiente que sea. Convengamos en que de ambas posturas son extremas mas de haberlas haylas

2. Hay un aspecto consustancial a nuestra cultura por el cual, una gran mayoría de personas, mientras recrean posibilidades van tejiendo paralelamente inconvenientes para así desecharlas y obtener como único resultado del enfriamiento y pérdida de ilusión consecuente, un convencimiento de que cualquier alternativa sólo es ciencia ficción o únicamente posible en la "privada"… es decir, ciencia ficción. Intento convencer de que antes del cómo viene el qué, de que cuando uno de verdad quiere, encuentra el puede, de que los objetivos determinan los recursos necesarios y no lo contrario pero…

3. …la batalla de los discursos está perdida. Por mucho empeño que le dedique a inflamar corazones, todo indica que éstos recuperan las pulsaciones en un instante, tal es la salud cardiovascular que caracteriza el tiempo que corre. El peso de la cultura organizativa y de lo que se supone que espera el que manda justifica la resignación sobre los modelos de trabajo y cualquier calamidad sufrida y compartida por el propio equipo. Pero a poco que se piense, esto no es del todo cierto sin dejar de ser verdad ya que siempre, siempre hay un escenario de responsabilidad en el que cada uno puede decidir cómo hacer las cosas. Un espacio en el que, mientras hayan resultados, nadie va a hurgar y de hacerlo, los resultados pueden rechazar cualquier intromisión. Siempre hay un momento donde poder se subversivos y es tan sólo desde la subversión donde se vencen las grandes inercias atenuado el riesgo de ser absorbidos por ellas.


12 comentarios:

  1. La última frase me ha ¡encantado! porque sé, por experiencia (la edad tiene sus ventajas) que siempre hay un espacio, un momento, una posibilidad de cambiar las cosas, a veces hay que "esperar" un poco, pero la oportunidad .... salta, como las liebres ....
    Lo he visto, lo he vivido, y lo "he practicado" ....

    Subversivos, siempre me gustó esa palabra ....

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  2. Uff!! Siempre das en el clavo!!.

    Al final y tal como dice Juana, quizá la clave está en la subversión. A lo largo de mi carrera (yo también soy mayor, ja,ja) he pasado por momentos más y menos favorables para cambiar y para innovar, y tengo la sensación de que el entorno acaba convenciéndote de que es mejor hacer la revolución ( o la subversión) en el entorno inmediato en el que tienes mayor poder y libertad de hacerlo.

    Así vive uno con la sensación de que no logra cambiar el mundo, pero que consigue pequeñas cotas de mejora (y de felicidad) en y con su equipo.

    Bueno, vaya rollo; no sé si se entiende del todo pero si acaso, ya seguiremos comentando más adelante

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  3. @Juana, es cierto, de hecho no es ningún secreto ni un gran descubrimiento lo que comento en el blog, el cambio, en la historia de la humanidad, casi siempre ha sido el producto de una voluntad que se ha erigido sobre la inercia. Sí, la palabra “subversivo” tiene algo de picante…
    Gracias por tu comentario Juana.

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  4. @José Antonio, me consta, porque lo hemos hablado muchas veces, que, de haber seguido la música que sonaba a tu alrededor no hubieras colocado el servicio que diriges en el lugar de referencia ni en la situación de oportunidad en la que, normalmente, está [ni quizás estaríamos comentando en este tipo de espacios…convendrás conmigo en que pocos colegas que dirijan servicios de formación en aa.pp. se dejan ver por la blogosfera… ;-)]. Creo que este toque subversivo es inherente a la persona independientemente de donde esté y que incluso uno es subversivo en la subversión. Debe ser porque hay cierta dosis de ansiedad que necesita ser liberara y que es por eso que merece la pena el tremendo esfuerzo que supone remontar, aunque sea en el espacio de cada uno, ciertas inercias.
    Un abrazo, José Antonio y gracias por comentar.

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  5. Eso es!! Toca ser subversivo!! Y lo mejor es que con cada pequeña explosión que se consigue, puede que no sólo se erosione un poco la orografía de la organización y se venzan las inercias inmovilistas, sino que puede incluso iniciar una nueva inercia que anime a otros a unirse a la subversión.
    Que gustazo leerte!

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  6. @David, Gracias David! De hecho la subversión es el único mecanismo que rima a la perfección con el cambio y su gestión.

    Lo que es un gustazo es tu comentario ;-) , un abrazo!

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  7. Te leo y cargo las pilas para el lunes: subversivos... :-) Creo que la subversión tiene algo que ver, en algunos momentos concretos, con la inmersión: a veces es bueno abandonar momentáneamente los escenarios de juego a los que estamos acostumbrados y diluirse para olvidar las reglas que rigen en la superficie y que nos privan de hacer las cosas de otra manera, de intentar hacerlas mejor.

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  8. Veo que coincidimos en ver a Bauman como el gran analista del tiempo que vivimos, donde la incertidumbre, y los miedos que esta genera, condicionan las actitudes personales e incluso las estrategias de las organizaciones.

    Es cierto, la batalla de los discursos está perdida, los líderes más que carismáticos han de ser ahora coherentes y creíbles… Me gusta que hables de subversión, porque esta requiere autonomía de pensamiento, capacidad crítica y valor para cuestionar lo establecido poniendo, como decía Russell, “un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras”.

    ¡Muy buen post, Manel! Gracias por compartir tus reflexiones con nosotros.

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  9. @Anna. Quizás, a veces, la subversión tiene que ver con eso que comentas, pero como válvula de escape individual a la presión que supone ese trabajo de zapa en el que se convierte ser subversivo. La subversión solo tiene sentido ante aquello a lo que se subvierte…es lo que tiene…
    Qué alegría verte por aquí Anna! Un abrazo,

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  10. @Francesca, Gracias a ti por haberte pasado un domingo en el que habías decidido ser subversiva y relajarte ;-)

    Sí, Bauman, Sennett,…son los Jules Verne de nuestro tiempo, visionarios que han descrito el momento actual desde mucho antes…[se ha de estar muy tranquilo, tener una zona de confort “muy confortable” para poder hacerlo…¿no crees?]

    Estoy contigo Francesca, la subversión requiere de libertad de pensamiento y de una autoestima que esté a la altura de las verdaderas posibilidades de cada un@, algo que no es nunca poco…

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  11. manel@cumclavis.net16 de febrero de 2011, 18:20

    Hay dos parrafos de tu discurso que me han producido fuerte impacto.Uno, lo de la zona de confort en la cual resistir a la niebla de la incertidumbre.¨Genial.El otro,lo del siempre hay un momento donde poder ser subversivos.Solo desde la subversion se vencen las grandes inercias.Cierto.Y sin embargo es tan dificil ser subversivo.Requiere libertad de pensamiento y autoestima,dices,y mucho valor,añado, pues, en las organizacionesy no solo en ellas, predomina el ritmo vital de la especie lanar predominante en las estepas de mi tierra.En cualquier caso, tu comentario me parece acertado y brillante.Gracias.r
    Carlos Aizpuru Busto.El desparecido.

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  12. @Carlos, sinceramente creo que hay una “competencia” que tendríamos que integrar dentro de estos perfiles directivos que trabajamos y es la “emprendiduría”. En cierta manera, ser subversivo no quiere decir otra cosa que el directivo/a sea un poco “emprendedor” es decir, que sepa gestionar un riesgo calculado, que sea tolerante a la frustración, que sea hábil buscando recursos [ya sean humanos, materiales, etc] y, sobre todo que tenga una chispa de autonomía que le mueva a emprender sin apoyos adicionales. Sinceramente creo que esta competencia abunda más de lo que nos imaginamos sólo que hace falta [auto ] activarla. Muchas gracias a ti por comentar Carlos, me ha alegrado que lo hicieras. Un abrazo,

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