jueves, 15 de marzo de 2012

El deseo en la palabra

La directora de unos servicios municipales pidió ayuda para preparar una reunión muy importante para el futuro de su equipo.

Me expuso que se sentía poco reconocida y ninguneada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento. Pensaba que este equipo no estaba al corriente de la importancia de su misión, así como del impacto social que tenía para el municipio, y que, en definitiva, estaba excesivamente atento a otros departamentos más mediáticos que otorgaban más visibilidad a la actuación municipal.

Quería preparar una relación de argumentos para defender la importancia de la labor que estaban llevando a cabo desde su ámbito de responsabilidad.

Le llamé la atención sobre la importancia de la palabra que había utilizado para formular su objetivo: defender. Y comentamos el hecho de que una postura defensiva suele incitar o convertir cualquier aferencia en un ataque. Que una defensa no persigue tanto el ganar como el no perder y de cómo la relación afectiva entre atacantes y defensores no era la que necesitaba precisamente para encontrar el apoyo que buscaba. Si se mantenía en esta tesitura debía esperar resultados en esta línea y la preparación de la reunión se debería centrar en desarrollar una relación de argumentos y de contraargumentos que, como una buena muralla, no cediera ni tuviera fisuras.

Después de revisar de nuevo sus motivaciones decidió que el planteamiento debía dar un vuelco. Que debería ser lo más parecido a una venta orientada a captar la atención hacia el interés que, para el total de la actuación municipal, tenían la contribución, el impacto y las potencialidades de los servicios que representaba. No se trataba de defender sino de seducir y este cambio conceptual comportaba también un cambio en los planteamientos, las actitudes, las expectativas y los tiempos… Nos pusimos manos a la obra.

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Por muy irreflexivo que a veces nos pueda parecer lo que decimos, las palabras no las articulamos porque sí. Siempre hay unos determinantes que, más o menos conscientemente, son la causa de que escojamos unas expresiones y no otras. De ahí la responsabilidad y la importancia de todo aquello que decimos. Pero también es muy conveniente que tengamos en cuenta que una vez dichas, esas mismas palabras lo tiñen todo, dictan nuestras expectativas y someten nuestras actuaciones. De ahí que sea tan importante pensar cómo decimos las cosas y revisar lo que hemos dicho.

Pienso en todo esto mientras trabajo en algunos proyectos que buscan el cambio organizativo. Unos planteándolo como una huida, otros como una oportunidad para explorar nuevos horizontes.

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Fuente de la fotografía: dolentia, a través de albaranes



14 comentarios:

  1. La expresión o definición del reto, asunto o problema, incide directamente en la respuesta que se va a obtener por parte del afectado.

    Es muy importante profundizar y "revisar de nuevo las motivaciones" para proyectar adecuadamente los deseos y convertirlos en palabras.

    Enhorabuena por convertir el problema en dilema!! ;-)).

    Un fuerte abrazo!!

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    1. Sí que es importante sí...al fin y al cabo las palabras son destilados de pensamiento tanto si lo reconocemos como si no.

      Muchas gracias Paulino, un abrazo! :)

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  2. Buenas noches, Manel.

    La palabra es poderosa. Un artículo, un pronombre, una coma, ubicada o no en cierta posición, cambia el sentido y el propósito de la oración. Todo lleva connotación, pero sucede que , estamos tan acostumbrados a usarla mal, que nosotros mismos cuando estamos afectados por una situación concreta, ni nos damos cuenta.

    La palabra es magia, también negra en ocasiones (un punto de humor):D. Y sigue explorando nuevos horizontes.

    Un abrazo.

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    1. Y tú lo sabes bien que nos regalas con tus encantamientos, Begoña. Me has recordado con este comentario a El Mago de Terramar [U.K. Le Guin] cuando decía que la magía consistía en saber el nombre real de las cosas, y que tan sólo así podías dominarlas y someterlas a tus deseos.

      Un abrazo :)

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  3. ¡Que responsabilidad, desenmarañar los mecanismos ocultos tras las palabras y el tono en que se usan! Tu post me ha recordado unos versos de García Montero: "Por eso sé de amor, por eso no medito el cuerpo que te doy, por eso cuido tanto las cosas que te digo".
    Ay, las palabras, que parecen tan volátiles y fugaces, pero a veces pesan como losas de mármol.

    Gran post, según acostumbras.

    Tengo el tumblr abandonado, le estarán creciendo coles en los enlaces sin abrir... Beso

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    1. Así como dicen que los ojos son la única parte del cerebro que podemos ver desde fuera, las palabras son la pura expresión de los que sucede en él...
      Me encantan cómo estableces relaciones, como vienen a tí estos versos...qué suerte tenerte por aquí comentado, Judith...:)

      Un beso

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  4. Las palabras que utilizamos nos definen, el como y que se dice es como el escenario de la obra, es importante elegirlas con cuidado.
    Lo de definir cual es la motivación real es profundo, la mayoría de las veces se necesita ayuda para tenerlo claro .... creo que para eso estáis los asesores .... ¡uf! vaya tarea ....

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    1. Muy cierto, a menudo las palabras enmascaran ideas que pueden llegar a ser totalmente contrárias. Es importante y conveniente para la relación desvelar la demanda real y unificar criterios respecto a las expectativas desde el inicio.

      No estoy muy seguro que lo sea en todos los casos pero debería ser una capacidad en consultoría.

      Un abrazo, Juana!

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  5. Bello título, excelente ejemplo. A veces queremos escondernos en los tópicos de los argumentos cuando, y casi siempre es así, tenemos mucho más poder sobre las circunstancias de lo que nos parece. El cuarto párrafo me recordó una lectura que me recomendaste y que aplico muchas veces a lo que observo porque en realidad es la clave de nuestro error de enfoque en lo grande y en lo pequeño.

    Creo que tu ayuda en la preparación de esa reunión le ayudará a “huir” de una situación poco conveniente para trasformarla en una “oportunidad”. Como decías en el post anterior, “el cambio también implica cambios en cada uno de nosotros” y además, seguro que le aportas, como decías también hace poco, la capacidad de soñar y el don de la palabra.

    Aunque llegue tarde a esta conversación, no quería dejar de decirte lo mucho que me gusta el ejemplo por lo que implica en ser conscientes de que hay cosas que sí podemos cambiar... :))

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    1. Esta era justamente la idea que intentaba trasladar con este ejemplo: todo lo que nos rodea adquiere formas distintas en función de cómo lo denominamos :)

      El caso no es actual, ni tan siquiera es reciente [tendrá unos quince años] y forma parte de una reflexión en la que me estoy planteando la utilidad real de la consultoría…creo que va a ser uno de los próximos posts…

      Un abrazo,

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  6. Fantàstic Manel!

    Comparteixo plenament la reflexió: la importància de les paraules és cabdal a l'hora de plantejar una situació o d'analitzar la realitat.

    Ho sabem bé en el camps social; i és que les paraules poden ser moltes vegades una font legitimadora de l'exclusió social.

    Gràcies!

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    1. Cert Xevi, qui millor que vosaltres per conèixer el poder [des]integrador de l’univers simbòlic i, en concret, de les paraules!

      Què agradable trobar-te aquí...

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