martes, 12 de febrero de 2013

Empatía y dirección.

Si se desea de verdad saber lo que mueve a las personas, qué les reconforta, cómo se sienten reconocidas, qué les duele, de qué desconfían o porqué se motivan o implican, recomiendo encarecidamente no acudir a cursos ni a manuales de psicología y detenerse, primero, a pensar en sí mismo y en cómo responde cada un@ a estas mismas situaciones.

A aquell@s que desean conocer porqué las personas responden de una determinada manera a sus proposiciones o consignas, les valdría con tan sólo realizar el sencillo ejercicio de desdoblarse y pensar en cuál sería su respuesta ante su propia manera de comportarse si se estuvieran relacionando consigo mismos y, de este modo, creo que se acercarían bastante a lo que realmente desean saber.

Hay cierta inercia a estudiar al prójimo como quien va al zoo y saca su cuaderno de campo mientras lo observa acicalarse, reñir o desparasitarse al otro lado del foso, sin caer en la cuenta de que uno mismo es como aquellos a los que está estudiando y le bastaría, para muchas más cosas de las que llegan a suponerse, hacerse con un espejo y realizar las observaciones sobre su propio reflejo.

Evidentemente, es harto difícil analizarse en profundidad sorteando “a cappella” los diferentes mecanismos de autodefensa dispuestos para auto-gustarse, pero quizás no sea necesario llegar a estos niveles de profundidad y es suficiente con detenerse un momento y preguntarse cómo se reaccionaria en el caso de estar en la situación del otro. El secreto no reside en ninguna técnica compleja ni está en ser más o menos empático, sino tan sólo en disponer del pequeño espacio de tiempo necesario para cotejar la propia reacción y en tener las ganas de hacerlo, así de sencillo.

En el caso de la dirección, está claro que entre las capacidades más reconocidas de los que suelen ejercerla no se halla la de la empatía e incluso se han potenciado a lo largo de mucho tiempo ciertas formas de ser contrarias a ella y basadas en mantener una actitud firme, fría y distante antes los equipos, con el fin de demostrar seguridad e imponer una autoridad basada en el mito del héroe infalible, que todo lo sabe y todo lo puede. Aunque lo diga en pasado, no debemos llevarnos al engaño, entre tanta algarabía sobre el liderazgo sigue todavía en vigor, más o menos camuflada, esta tipología de dirección en el subconsciente de muchas organizaciones.

Lo que sí está claro es que el momento actual reclama más que nunca de los directivos y directivas la capacidad suficiente de ilusionar e implicar a las personas en un entorno de arenas movedizas donde la incertidumbre reina con intención de quedarse y, para que ello suceda, sí que es de gran ayuda tener la sensibilidad suficiente como para ponerse en el lugar del otro y afinar, de este modo, un tipo de relación que ha de transitar ágilmente de la subordinación a la colaboración.

El sistema clásico de formación de directivos no ayuda demasiado en este aspecto desde la misma forma de cómo suele enfocarse, ya que los supuestos beneficios que se obtienen creando promociones de directivos [redes de relación, intercambio de conocimiento] pueden verse, en la práctica, atenuados por el simple hecho de fomentar entre los participantes un sentimiento de élite aventajada en la que retroalimentan sus percepciones contribuyendo, de este modo, a aumentar la distancia con aquellos equipos que dirigen.

Por otro lado, de poco sirven los programas de formación directiva si en éstos no se estimula de manera continuada e insistente este tipo de autoconsciencia para despertar aquel conocimiento empático tan necesario a la hora de analizar y sacar conclusiones sobre los equipos o personas con los que se está trabajando; ya que, sin lugar a dudas, ciertas conductas o proposiciones no se darían, lo harían de forma diferente o generarían expectativas distintas si la persona que las lleva a cabo tuviera una mínima consciencia de cómo suenan o de lo que realmente suponen.

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Fuente de la imagen, aquí


12 comentarios:

  1. Digamos que la buena noticia es todo lo bueno que se puede hacer, ¿verdad?
    Llegados a este punto, parece que no queda otra que ser posibilistas y tratar de ir archivando mitos caducados. ¡Buen día!

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    1. Sí Isa, esa es la buena noticia, que pueden hacerse cosas. Respecto a algunos mitos, sugiero archivarlos junto a un "conjuro de no retorno" o sepultarlos directamente. ;) Muchas gracias!

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  2. Me gusta y comparto lo que dices (tan bien como siempre) en esta entrada. Planteas que es cuestión de tiempo y ganas analizar las percepciones de las personas, por lo que la cuestión no parece muy compleja.

    Para transitar de la subordinación a la colaboración, además de modificar las formas y fondos de las peticiones y retos, hay que dar importancia a la credibilidad de la persona que los plantea. Una credibilidad erosionada durante años de planteamientos despóticos no se regenera con un simple cambio de formas que muchas personas interpretarían como cínicas.

    Creo que en muchas organizaciones la cuestión no está en re-formar directivos sino en sustituirlos, así de simple y difícil!!! (Hoy me he levantado un poco borroka...).

    Besarkada haudi bat, Manel!!

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    1. La confianza está en la base de cualquier aspecto relacionado con la interacción y la credibilidad es uno de sus componentes fundamentales, una credibilidad erosionada durante años necesita también de un tiempo para recuperarse, ahí está el problema, en el tiempo y en la falta de ganas a la que conduce la impaciencia de unos y de otros. Sustituir a personas tiene de bueno que, de ser posible, es rápido pero no sé si es lo mejor, de hecho es probable que nadie aprenda y de que algo se repita, al fin y al cabo todos tenemos algo que ver en el todo. [ando yo conteniendo mi ánimo borroka que últimamente anda alterado…;)] Un abrazo, Pau!

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  3. Totalmente de acuerdo con Paulino:
    "Creo que en muchas organizaciones la cuestión no está en re-formar directivos sino en sustituirlos"

    Lo que sucede es que si damos un repaso a los "representantes" tanto políticos como empresariales, se te cae el alma a los pies ... ¿cómo se reforma al que tiene que reformar? ... si esos son los "líderes" tenemos un problema ...
    A veces he pensado que justamente ese es el problema más importante que tenemos, los que son "de verdad" no están ni quieren estar y, los que son "otra cosa" están ... muy malamente ...

    Nota; Llevo un por borroka, desde hace algún tiempo jajajaja (gracias a Paulino por la expresión ¡me enanta!)

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    1. Si, no es fácil, si el vértice de la pirámide también es corrupto vete tú a saber quién puede hacer limpieza. Y es que no me extraña que estéis todos “borrokeros” ya que cuando la palabra queda inutilizada a uno le sale expresarse con el resto del cuerpo. Un abrazo, Juana :)

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  4. Me ha recordado (obviamente) a Sócrates y me ha dado por pensar cómo respondería un consejo de dirección a una formación socrática. Desde luego, es un lugar idóneo para encontrar sofismas a tutiplén. Sólo espero que al maestro de turno no le hagan beber cicuta...

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    1. Sócrates vuelve a estar de “moda”, desde que la cuestión ética ha vuelto a traer a los filósofos a un primer plano y los ha desenterrado del sótano en el que la obsesión por el lucro los tenía enterrados. Algunos dicen que el ”coaching” es una fórmula de desarrollo basada en la “mayéutica” socrática [quizás en un principio, ahora…no sé yo…] y durante un tiempo tener un coach estuvo en la cresta de la ola, al mismo nivel que tener a un masajista particular. No sé, Goio, yo es que ya me lo creo todo…

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  5. De fet, Manel, aquestes capacitats que encertadament reclames pels directius haurien d'ensenyar-se no només als centres on es formen directius, sinó amb molta antelació a totes les institucions educatives (escoles, famílies, entitats). Si la societat fos capaç de ser més empàtica, de mirar d'entendre més a l'altre, segur que seria millor.
    Gràcies!

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    1. Cert Xevi, i això és el que s’està restant de l’educació en els darrers temps i que reformes educatives com les que ens volen encolomar vol rematar. La diversitat comporta diàleg i flexibilitat y la dreta sempre ha deixat clara la seva posició davant aquestes condicions que requereix un aprofitament de l’alteritat. Soc amb tu, si ens enfoquéssim en l’altre seriem més feliços, és el nucli espiritual que s’intenta transmetre des de l’origen dels temps i que les religions acaben pervertint aviat o tard. Gràcies a tu per passar i comentar, una abraçada!

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  6. Recuerdo un comentario de Carlos Fuentes, hablando sobre psicología que venía a decir algo así, como que todos aquellos que deseen conocer a sus semejantes que no los busquen en los manuales de psicología, que lean a Dostoyevski, todo está ahí. Yo lo hice de joven. Puede que Fuentes tenga razón, todo no pero gran parte. No se por qué me da que los politicos actuales y Dostoyevski ...

    Saludos cumClavis

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    1. ...necesitarían ser presentados en muchos casos...

      Sabemos que los estudios no son condición necesaria ni suficiente para haber leído a Dostoyevski pero si además incluimos en la predicción el hecho de que 58 cargos de confianza del gobierno no tienen el graduado escolar, no es difícil llegar a pensar que lo de hincar los codos no es lo que les pierde, y si además incluimos al ruso en la ecuación... No, definitivamente, no creo que no se lleven bien, sinceramente creo que ni tan sólo se conocen!

      Los experimentos sobre las neuronas espejo se realizaron con primates, creo que eso deja una puerta abierta a la esperanza sobre las posibilidades empáticas de cualquiera, a ver… ;-))

      Un abrazo!!

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