viernes, 15 de febrero de 2019

Lo artesano [una anotación]



Para mí, lo artesano va más allá del trabajar con una metodología singular de hacer las cosas, con herramientas sencillas y a partir de los materiales de los que se dispone en el momento. Es importante pero no es lo único; cada cual, en su trabajo, sea este cual sea, busca hacerlo lo mejor posible, es decir, a través de la vía más sencilla para obtener los mejores resultados, nada que decir ni que objetar al respecto.

Pero en mi imaginación, el artesano siempre ha trabajado confabulado con la materia con la que trabaja, respetando sus líneas y estructura natural, dialogando con ella, convocándola con sus manos y haciéndola converger hacia una finalidad humana que le confiere relevancia a esta materia a la vez que le dignifica a él y a la persona a la que se dirige.

En el universo simbólico humano, las materias primas no pierden jamás sus propiedades en el proceso artesano, sino que, al contrario, estas se desnudan y realzan sin abandonar su esencia, de ahí que el concepto “artesano” integre una admiración genuina y un conocimiento íntimo de la materia con la que se trabaja junto a una metodología sencilla y natural para conjurarla hacia un uso desde donde, sencillamente, poder gozarla.


En consultoría, cuando esta se denomina "artesana", el equivalente sería, a mi entender, el mismo: el interés y admiración por los materiales con los que se trabaja es el que hace posible el propósito del artesano, que no es otro que el de comprender su estructura y complejidad para poder armonizarla con un uso en el que las personas puedan sentirse dignas con ellas mismas y para con los demás, a fin de cuentas, uno de los elementos clave para el goce humano.

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Nota: Esta reflexión se desprende de la conversación mantenida con mis colegas en el noveno encuentro de la Red de Consultoría Artesana #REDCA, que tuvo lugar el pasado 9 de febrero en las instalaciones que TeamLabs tiene en Madrid.

La primera imagen corresponde a un detalle de La forja de Antoine Le Nain [1640]



10 comentarios:

  1. Esa interacción con nuestro objeto de trabajo es, no cabe duda, algo que nos debe definir. Hay que percibirlo en su esencia y respetarlo porque a partir de esa materia prima empieza todo.

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  2. ¡Qué bárbaro, Manel! Te levantaste inspirado... qué forma más hermosa de contarlo. Comparto plenamente tu idea sobre la esencia de la consultoría artesana. Enhorabuena por la entrada, me ha encantado.

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  3. Sip, eso que explicas tan bien tiene que ver con el respeto más genuino a las personas y el reconocimiento de que aprendemos mucho del proceso, y de ese "material" que se trabaja en el intercambio. También me identifico con primar la "finalidad humana". Un abrazo

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    1. Como no podía ser de otra manera, Amalio. Compartimos valores Un abrazo!

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  4. Qué bueno Manel, qué bueno.
    Me lleva a una palabra: "vivir el proyecto". No sé si encaja pero desde luego para vivirlo hay que sentirlo, y hacer sentir con quienes nos toca trabajarlo.

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  5. Me parece una perspectiva válida y totalmente respetable, aunque no la comparto. Consultoría Artesana es lo que hace casi una década se definió como tal en la Declaración, después de un intenso trabajo de más de año y medio de integración y consenso de diversas y variadas perspectivas, entre las que por cierto ya se encontraba esta en concreto. Habrá réplica en forma de post, con más sustancia... ;-)

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    1. No veo cómo contradice esta anotación la declaración que elaboramos hace casi diez años. Fíjate que "no defino" consultoría artesana sinó que sólo añado mi opinión sobre la materia con la que se trabaja.

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