Creo que es el momento adecuado para subrayar las diferencias y afirmar que desconectar y descansar no es lo mismo. Más aún, creo que cabe considerar que una cosa no necesariamente siempre conlleva la otra y más en el caso de ciertas profesiones. A título personal, para mi descansar se produce automáticamente cuando se reduce la presión externa, independientemente de que me dedique a otras actividades profesionales como pueden ser leer, escribir, ordenar, etc. Disponer de tiempo para conversar, dormir o ir a la playa no conlleva necesariamente la necesidad de desconexión.
El síndrome de desconexión vacacional, tan vitoreado por doquiera que vas, produce, a parte de un atontamiento extra, un espejismo que desorienta a la persona sobre aspectos de su realidad que requieren, si no de concentración, al menos de un poco de atención esporádica.
Considero que es uno más de la gran cantidad de elementos que abonan los crecientes estados de estrés laboral que configuran el actual panorama profesional del país. Ante esto, no me extraña que existan síndromes depresivos postvacacionales, lo que sí que me extraña es que la ciencia, tan sabia y pragmática ella, continúe aconsejando la desconexión. Sin ir más lejos, hace poco oía por la radio que prestigiosos psiquiatras aconsejaban a aquellos que, afectados por la crisis, se habían quedado sin trabajo, desconectasen y descansasen… que ya abordarían el problema después… ¡así de fácil!
La sublimación de la desconexión suele ser paralela a la demonización del trabajo, actividad a la cual le dedicamos la casi totalidad del año. Con este tema hemos logrado que el peor día de la semana sea el lunes y el único mejor, no nos engañemos, el viernes. ¿Cómo puede un@ sentirse bien así?
Es un poco…como decirlo… incoherente que aquellos que dedicamos casi todo un año a establecer multitud de conexiones con la realidad con la que hemos de lidiar, desconectemos súbitamente y más cuando, a corto plazo, hemos de volver a conectar a marchas forzadas.
Sólo con pensarlo me canso.
Uf... ¿y qué pasa cuando desconectas y te quedas descansa(n)do?
ResponderEliminarCreo que esto es lo que me ha pasado a mi en mi reciente período vacacional. Mi devenir no me pedía atención, lectura ni cualquier otro tipo de acción intelectual premeditada; y así han pasado estos días, en los que alejado de mi desbocada rutina habitual he saboreado otros placeres más terrenales que parece que me han dado energías para poder retomar lo que más me gusta: esa desbocada rutina habitual.
No me hagas mucho caso tampoco, vaya...
Creo que das en el clavo. La desconexión es un sustituto efímero de la realidad que nos gustaría vivir cotidianamente. Personalmente no desconecto para olvidar un trabajo que no me gusta sino por liberar un tiempo extra para hacer cosas que con el ritmo habitual me resulta más difícil hacer. Es por lo mismo por lo que dejo de escribir en el blog, que me encanta. En resumen, creo que el problema no está en desconectar o no sino en los motivos que te impulsan a hacerlo.
ResponderEliminarJM
La conciliación es estar bien con uno mismo; que el ocio no sea el refugio para huir del trabajo y que el trabajo no sea el refugio para huir de una pésima gestión de la vida personal. Me gusta lo que dice Jack Welch: Del "Work & Life Balance" al "Work & Life Choices"...
ResponderEliminarPues teniendo en cuenta que mi último post iba de las expectativas generadas por el mes de vacaciones que tenía por delante y que llevaba por título "Desconexiones"...
ResponderEliminarTe entiendo. Te entiendo porque disfrutas DE tu trabajo y CON tu trabajo. Y con lo que supone e implica. Pero no todos estamos en la misma tesitura y, si bien me gusta lo que hago, quizás no me convenCe tanto el dónde o el cómo lo puedo hacer. Cuando estos factores pesan tanto en la satisfacción personal y profesional derivada del trabajo, la desconexión no es otra cosa que una estrategia de supervivencia.
Así que no desconecto de todo, pero sí de la parcela profesional, entendida como cuatro paredes, un horario, unas cuantas restricciones y alguna satisfacción. A cambio, obtengo energía suficiente para leer, bloguear, tuitear e interactuar con personas que me enriquecen de manera inesperada. Y sedimento lo que aprendo, oigo y leo. Nunca se sabe si algún día volveré a necesitar sólo un descanso y no tanto una desconexión. ;-)
Interesante!.
ResponderEliminarYo estoy en pleno proceso de ambas cosas.
Hasta ahora y desde hace un par de semanas estoy sólo descansando. Sin desconectar y sin que ello me abrume. Se trata sólo de una necesidad más física que mental.Aunque he de reconocer que me desorienta un poco.
Pero reivindico la desconexión, no cómo huida (en eso estoy de acuerdo con tu reflexión) sino como la búsqueda de un contexto diferente al habitual que ayude a cambiar la mirada sobre las cosas, a tener otra perspectiva,a alejarse para ver fronteras más nítidas, a "reconfigurar" algunas rutinas mentales ;-)
Difiero con tu tesis, amigo. Creo que desconectar es siempre sano y necesario porq ayuda a practicar el desapego. Te permite cambiar de ángulo en la mirada y evitar cualquier riesgo de miopia. Para mi las vacaciones necesitan dosis intencionadas de distanciamiento. No me refiero solo a huir e la presion Sino también cambiar de tercio, hacer cosas nuevas y mas nuevas mejor. No me conformo con la no-presion, me hace falta novedad, lo que significa desconectar precisamente de lo q hago habitualmente. No es cierto tampoco q "desconectar" implique necesariamente rechazo a lo q haces, Sino que es enriquecimiento, regresas mas fresco y vital porque al desconectar te sales del bucle q es empobrecedor. No seria tan rotundo en esa tesis. A mi me encanta lo q hago y adopto el modo desconexión como un hábito sano para enriquecer mi vida e introducir diversidad. El descanso en modo desconexión es un buen antidoto contra el apego. Lo recomiendo vehemente, pero cada cual es libre de autorecetarse el grado d desconexion q le haga mas feliz, aunque también digo q el trabajo y estos artilugios 2.0 tienen una sed insaciable para hacerte creer q estas descansando cuando no lo estas. Sugiero cogerse muy en serio lo de "descanso desconexion" en plan dogma. Mi último post va precisamente de eso. Sostengo q estamos metidos en un bucle de sobreexposicion digital q no es bueno, ni normal. Es mas de lo mismo, creemos q descansamos con tanto tweet pero no. El verdadero descanso esta en otra parte, y bastante lejos de la pantallay. Es mi opinion
ResponderEliminar@Nacho Muñoz, @JM Bolivar, @ FAH, @Anna, @Odilas, @Amalio a. Rey: Muchas gracias amig@s por vuestro comentario y la indudable sinceridad en cada uno de ellos. Me alegra y satisface la diversidad de opiniones sobre un mismo tema, creo que constituye la verdadera riqueza y el sentido de mantener espacios como estos.
ResponderEliminarUn dato… el post se publicó a las 23:50 y los comentarios se hicieron entre las 0:10 y 1:30 de la madrugada… hummmm… a ver si desconectamos un poco ¿eh? Que ayer había lluvia de estrellas… ;-))
totalmente de acuerdo
ResponderEliminarJjjjjjj... ayer desconecte a tope paseando por la costa vasca, pero antes d dormir "me llamo" mi magic y sas... me encontre tu tesis de la antidesconexion asi q me pique, cai en la trampa digital, lo q demuestra q la solucion esta en el dogma -- en vacaciones apaga siempre estos aparatitos diabolicos!!!!
ResponderEliminar¡Cómo te envidio, Manel!
ResponderEliminarSalud y un abrazo
Carme
@JAM, Saludos y un abrazo!
ResponderEliminar@Amalio. A. Rey, Estoy contigo Amalio, así y todo creo que coincidimos que en el caso de seguir algún dogma ha de ser aquel que diría: “Haz lo que te apetezca realmente hacer y no hagas nada sin querer, por qué creas que debes hacerlo”, que aplicado a nuestra realidad cotidiana vendría a ser: “quiere, en la medida de lo posible, aquello que debas hacer. De lo contrario…tienes un problema que resolver…” Espero que disfrutes al máximo de tu descanso en Euskadi. Es una tierra preciosa y un País entrañable. Un fuerte abrazo.
@Carme, Y como envidio yo el color y la luz que eres capaz de imprimir a través de tu blog Carme. Salut!!
Yo creo que aunque luego volver a conectar cueste muchísimo y requiera un esfuerzo enorme (y a la vez mucha pereza) vale la pena desconectar unos días. Y hay que hacerlo sin pensar en que tendremos que volver a conectar, símplemente dejándonos llevar por lo que nos sugiera el verano y disfrutar de las vacaciones que el sistema nos proporciona: aprovechando el tiempo libre, recuperar horas de sueño, ir a tostarnos al sol en la playa, descansar (que puedes hacerlo leyendo), sin prisas, sin correr de un lado a otro, sin horarios, sin obligaciones!
ResponderEliminarSara M.G.
@ Sara M.G. Lo que me convence de tu comentario es el tono que le imprimes.
ResponderEliminarEn serio!! y es que de solo leerlo me he relajado y me ha venido como una brisa marina y un olor de sal oceánica que he estado a un tris de ponerme crema solar y dejar el teclado “hecho unos zorros” :-)
Gracias por el comentario, me gustan tus aportaciones y verte por aquí…
Mmmmh,
ResponderEliminarInteresante reflexión...
Ya ves que he tardado un poco en responderte, estaba desconectado ;-)
La verdad es que cuando preparé las vacaciones pensé en desconectarme totalmente (lo de descansar ya lo daba por hecho).
Al final no ha sido así.
Pero sí que es cierto que he desconectado de los temas que habitualmente sigo.
Para mi la desconexión ha sido decidir cuando conectarme, cuando me apetezca, no cuando 'toque'.
O sea, mi 'desconexión vacacional' está resultando ser una clara disminución de las horas de conexión y un seguimiento de temas 'diferentes'.
Un saludo vacacional!
Ya me han hecho falta las visitas de mis amiglos blogueros que están veraneando.
ResponderEliminarAcá no nos lo tomamos tan a pecho, porque no tenemos estaciones como ustedes. Mas o menos el mismo clima todo el año.
Sin embargo comparto plenamente el significado de la no-conexión. Tenía a Amalio como paradigma, pero ya veo que se ha llevado su portatil para estar conectado durante su desconexión.
Felices vacaciones veraniegas, aunque acá está lloviendo hoy.
Alberto
@Marc G,
ResponderEliminarRealmente lo que creo que es preocupante no es tanto desconectar sino lo que supone volver a conectar. En algunos casos es como para pensárselo (en otros muchos lógicamente no). Ahora bien, desconexiones como las que planteas me parecen absolutamente sanas y necesarias (no tan solo una vez al año!). Yo mismo me estoy pegando unas siestas…
@Facility manager,
Gracias Alberto. Espero que por allí, a pesar de todo, puedas descansar un poco… Un fuerte abrazo!