viernes, 15 de abril de 2011

La importancia de la ilusión

Sabemos por experiencia que apostamos por aquello que nos ilusiona y, de necesitarlo, buscamos los recursos que sean necesarios para lograrlo, por imposible que parezca, a veces, el poder conseguirlo.

Hemos aprendido que no hay incentivo más poderoso que el deseo y que éste puede contraponerse, si es fuerte, a todo tipo de frustraciones y dificultades.

Si esto sirve para la vida de cualquier persona, ¿porqué no aplicarlo a la vida de los grupos y de las organizaciones?

No existen diferencias tan significativas entre la forma de abordar los proyectos de las personas y los proyectos de las organizaciones como para tener que remitirnos a modelos de actuación distintos. Y es quizás por eso, por haberlo hecho durante años y años, que hemos llegado a hacer las cosas de manera incomprensible y difícil, con grises matices metálicos y distantes para las personas que han de abordarlo en un día a día que se ha vuelto, en demasiados casos, aburrido, tedioso y, lo peor, inútil.

Sea como fuere, a la hora de trazar futuros, ya sea en el corto plazo de un proyecto ya sea en el largo plazo de un plan director, lo que cuenta, mucho más que los objetivos, planes de actuación, argumentaciones y análisis de todo tipo, es la construcción de un motivo que ilusione a todos y que, en torno al cual, cada uno pueda hilar sus propias esperanzas personales.

Es en la capacidad para desarrollar un futuro [más o menos próximo], en el cual desear habitar, y en la habilidad para invitar a las personas a recrear su propia proyección en él donde radica el posible éxito de un plan o de un proyecto y, sin lugar a dudas, la clave del auténtico liderazgo. Y es que, va siendo hora de prestar la debida atención a que el auténtico resorte de la motivación reside en la posibilidad que la persona tiene de transcender a aquello que quiere llegar a ser, para sí misma y para los demás, a partir de lo que está realizando.

Si sabemos que esto funciona para nosotros y para cualquier otra persona, ¿por qué se duda tanto en integrarlo metodológicamente en la manera de enfocar la elaboración de flamantes planes directores o proyectos en los cuales, supuestamente, depositamos fragmentos del futuro al que nos dirigimos? ¿Por qué se continúa marcando metas a partir de los resultados de concienzudos análisis del entorno centrados en la caza de oportunidades, de posibilidades y siempre al acecho de amenazas y posibles discapacidades?

En nuestra balanza de la planificación o de la proyección, el peso de la ilusión ha de relativizar el de lo conveniente, de lo contrario éste tomará el control en forma de impecable argumentación y nos encontraremos haciendo lo que podemos en vez de construir el futuro que realmente queremos.

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Si te interesa la manera de cómo instrumentalizo lo que se desprende de esta reflexión, lo he compartido en un post anterior: Enfoque para una planificación útil.

8 comentarios:

  1. Capacidad, habilidad, recrear… “el auténtico resorte de la motivación reside en la posibilidad”

    Pero queremos buscar nuevos caminos sin querer salir de los márgenes conocidos, cazar oportunidades en lugar de diseñarlas, avanzar midiendo los problemas y lo negativo…

    Da miedo pagar el precio de lo posible porque para hacerle espacio hay que quitar lo que ya conocemos y sigue pesando mucho el “mas vale conocido…”. Pero no nos asustaría tanto el precio si fuéramos capaces de cuantificar el coste de no hacerlo. Lo decías en el post al que haces referencia: lo importante es dedicar tiempo, mucho tiempo a reflexionar, definir… dibujar y estructurar según una lógica no tanto racional como natural".

    Es imprescindible entender la importancia de ese 75% de de reflexión para “decidir el punto futuro en el que estar y la inmersión de las personas”

    Mucho me gusta la forma de desnudar conceptos en estos post tan reflexivos. Y como me incitan a seguir reflexionando. Un placer Manel.

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  2. Ilusionarse en un proyecto común, colaborar y encajar los deseos para hacer el gran puzle ....

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  3. @Isabel, De alguna manera, a partir de lo que dices, parece ser que la causa está en aquello que nos han enseñado. Básicamente a tener miedo [a eso se le ha llamado prudencia], a nadar y guardar la ropa [a eso se le ha llamado ser precavido] y a no desear nada que no esté a nuestro alcance [llamándose a eso ser “realista”] La gran ventaja que tiene para mí escribir sobre esto es que sirve como programa de desinstalación de cierto tipo de ideas que son contrarias al ejercicio correcto de mi oficio que consiste justamente en lo contrario, esto es, en ayudar a abrir otras posibilidades y avanzar. Creo que este oficio es el mismo que el tuyo…seguimos reflexionando juntos. Gracias!

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  4. @Juana. Disponer una gran superficie donde poder construir conjuntamente un gran mandala respetuoso del silencio de cada uno…esa sería una buena metáfora, ¿no te parece?

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  5. Estupenda metáfora, respeto de los silencios y de las velocidades .... no por tirar de sus hojas las plantas crecen más deprisa ....
    ¡gracias!

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  6. Pero qué bueno eso de "tirar de las hojas de las plantas", Juana! :-)

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  7. Com diuen els autors de “Funky Business” (un llibre que continua essent actual): “Els negocis d’èxit es construeixen sobre emocions, no sobre productes” i així parlen de l’empresa emocional i de les economies de l’ànima.
    I ens movem per “utopies” com diu en Bauman, per la il·lusió de construir un futur millor.
    Bon post!

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  8. @Jordi Terrades, doncs, sembla que anem per bon camí, oi Jordi?
    Merci per haver fet cap per aquí.

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