Conocidos textos antiguos cuentan cómo el hombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios, pero esto no es cierto, ya que Dios no es más que aquel reflejo que siempre ha deseado ver el hombre cuando se mira en el espejo del cielo.
Sólo hay que echarle una ojeada a la historia de las religiones para comprobar cómo la estructura del cielo siempre se ha adaptado a las necesidades de la tierra hasta el punto de mimetizarla. En las sociedades matriarcales campaban, por las tranquilas campiñas celestes, triples diosas madres que eran violentadas y sometidas por sendos dioses masculinos cuando estos pueblos sufrían la invasión de otras tribus guerreras de claro corte patriarcal.
No todo se debe a un afán de trascendencia. De alguna manera, el ser humano ha buscado fortalecer su posición en la tierra creando un reflejo suyo en el cielo que le confiere poderes para hacer y deshacer impunemente y erigirse como señor y dueño de la Creación. Y hasta aquí la introducción.
En todo esto estaba pensando yo mientras atendía a una interesante mesa redonda donde se debatía sobre Liderazgo y Valores cuando, a los cinco minutos, el debate derivó, elevándose hacia la política y hacia aquel tipo de liderazgo propio de los que conducen a su pueblo a través de desiertos hacia tierras prometidas. Incluso uno de los ilustres participantes en la mesa sugirió que era propio de líderes proponer a sus seguidores un destino al que mereciera la pena llegar. Idea que me llevó inmediatamente a la imagen del líder visionario y elocuente que ha desaparecido por completo de mi discurso en pro de aquel capaz de construir un destino junto a sus seguidores. Y fue entonces que reparé en que justamente, cuando hablamos de líderes unos y otros, no necesariamente nos estamos refiriendo a los mismos sujetos. Que hay quien piensa en aquel líder que se halla en el ápice de la pirámide dirigiendo una gran empresa, gobernando una gran institución o, mejor aún, un país. Y otros que, por lo regular, nos referimos a aquellos líderes de equipos o de pequeñas empresas o instituciones, que habitan los diferentes niveles de la pirámide buscando conciliar e implicar a los distintos estratos entre los que suelen estar emparedados.
Divagué en lo fácil que es, cuando se habla de liderazgo, elevarse y subir atravesando capas de nubes hasta llegar a un Olimpo donde crear a uno [¿porqué uno?] o a varios dioses líderes a la imagen y semejanza de quienes quisiéramos ser, para hacer “como que” inspiran y guían nuestras actuaciones. De ahí la introducción.
E inevitablemente todo esto me llevó a pensar en el público asistente y una cosa llevó a la otra y me vi recordando a aquellos clientes con los que habitualmente colaboro y en la utilidad real de este tipo de perspectivas en el desarrollo de sus responsabilidades. ¿Qué tienen que ver ciertas aproximaciones al concepto de liderazgo con la realidad de aquellos gerentes, directores, jefes de servicio o jefes de equipo con los que trabajo normalmente?
Y así caí en la cuenta [o me lo hice venir bien, que todo puede ser] de que, tal y como sucede en la religión, la distancia entre algunos conceptos y la vida real la salvan la multitud de capas sacerdotales que se hallan en medio y que además de cardenales y de obispos, como aquellos que estaban debatiendo en aquella mesa redonda, un tema como el del liderazgo bien necesita de simples sacerdotes, lejos de las catedrales, que se arremanguen y lo acerquen, traduzcan y adapten a las preocupaciones, retos y desafíos reales con los que se encuentran estos jefes y directivos. Y fue entonces que consideré oportuno sacar mi libreta y empezar a tomar estas anotaciones.
Bon dia, Manel.
ResponderEliminarExcelente post. Cada visión aplica su propia traducción.
Personalmente, interpreto como líder aquel coordinador o mediador que representa al grupo que convierte en líderes a cada uno de los miembros de su equipo en el desarrollo de sus funciones, motivándolos. Difícil, por eso no todos podemos ser coordinadores o líderes. Un jefe es otra cosa.
Una abraçada i bon diumenge.
Buena definición. No suele ser fácil estar a la altura de esta interpretación, es cierto. Muchas gracias Begoña.
EliminarUna abraçada
Siempre me interesa lo que nos cuentas (y como lo cuentas) sobre tu trabajo, los casos prácticos a los que te enfrentas y el modo en que los encauzas, las experiencias que has tenido y esa peculiar visión del liderazgo que has ido desarrollando en los últimos años.
ResponderEliminarPero, además, ¡me encantan estos posts en los que nos dejar vislumbrar tu proceso de iluminación!.
Es un placer leer el relato de como a partir de un hecho extraes algo que te llama la atención, que nos permitas conocer el proceso de como una cosa te lleva a la otra y la engarzas en tu línea de reflexiones profesionales, asistir al nacimiento e la incorporación de una idea al "banco de ideas" cumclavis. Un privilegio.
Mi trabajo siempre gira en torno a cosas sencillas que a veces son difíciles de encontrar, como las setas, pero sencillas a fin de cuentas. A mí me gusta porque me permite interrelacionar diferentes experiencias, conocimientos y fantasías, aunque es muy posible que de tanto interrelacionar me haya creado un poco este oficio mío y que debido a eso puedo vivir EN el.
EliminarMuchas gracias por este comentario y por hacerme sentir orgulloso, Judith, me da ánimos. Un beso.
Manel:
ResponderEliminarHe leido esto con atención: "Aquel tipo de liderazgo propio de los que conducen a su pueblo a través de desiertos hacia tierras prometidas (...) Era propio de líderes proponer a sus seguidores un destino al que mereciera la pena llegar (...) la imagen del líder visionario y elocuente que ha desaparecido por completo de mi discurso en pro de aquel capaz de construir un destino junto a sus seguidores".
En realidad son dos enfoques y discursos diametralmente distintos y difíciles de conciliar. Es un antes y un después. Cuando propongo esa visión alternativa del liderazgo, reconozco que gusta pero que al mismo tiempo se percibe como una utopía buenista o cosa de frikis 2.0. Son palabras que no tienen más recorrido que el que seamos capaces de demostrar con hechos. Te pido permiso (prometo no hacerlo otra vez) para autocitarme porque escribí hace tiempo un artículo que habla del "liderazgo humanista", y que tiene muchísimo que ver (aunque contado de otra manera) con el tema de tu post: http://www.emotools.com/contents/articulos-y-blogs/amalio-rey-liderazgo-humanista-en-las-organizacion/
Un abrazo :-)
Hola Amalio,
EliminarTienes razón con eso de la percepción “buenista” de ciertos enfoques, como si fueran fantasías que sólo se pueden alimentar al margen de la “cruda realidad” que ofrece el día a día. No suelo hablar de liderazgo en mis proyectos, siempre he creído que el liderazgo se manifiesta en aplicaciones concretas y lo que suelo hacer es inducir y promover la reflexión sobre la idoneidad y oportunidad de determinadas actuaciones en el seno de proyectos concretos. En este sentido tengo la suerte de colaborar normalmente con directiv@s altamente sensibles y decidid@s de los que sigo aprendiendo, no lo digo por decir.
Conocía este post que enlazas. Es muy bueno y directo. Le he dado un nuevo vistazo y me sigue gustando. Me he quedado pensando en porqué calificar tanto al liderazgo, creo que el listado de calificativos ya es enorme [situacional, resonante, transaccional, transformacional, catalítico, catatónico…] No sé, sólo hay líder cuando hay seguidores [no “obedecedores”…], quizás con extraer, para cada situación, las claves de esta relación tendríamos los ingredientes para cocinar el liderazgo. En muchos casos, es posible que incluyan los rasgos que bosquejas y es posible que, en otros, haya ligeras variaciones.
Por cierto, puedes enlazar todo aquello que creas oportuno no deja de ser pensamiento que incorporas a la conversación. Además esto es un blog con humildes pretensiones de contribuir a hacer red.
Un abrazo fuerte.
Llevo trabajando más de veinte años en una organización que fué liderada por una persona muy especial. Estuvo al frente de la misma durante casi veinte años. Persona muy capaz, talentosa y trabajadora. Era un líder Dios. La organización avanzó y mejoró muchísimo en aspectos importantes bajo su "mandato", gracias en gran medida a su visión y esfuerzo. Su estilo de liderazgo de ordeno y mando, ayudó a construir una organización eficiente, mostrada como modelo en su campo a nivel estatal.
ResponderEliminarHace seis años desapareció de manera trágica, demostrándose que muchas de sus reacciones eran fruto de una severa patología.
Dejó una organización muy bien posicionada en el mercado, pero MUERTA internamente. Huerfana de líderazgos, no existe en su estructura personas preparadas para pensar, crear, tener iniciativa, liderar... Estamos pagando las consecuencias de aquel liderazgo insano...
Es lo que tienen las organizaciones monoteístas que, como las religiones que también lo son, sólo admiten a un solo Dios omnisapiente y cualquiera que se atreva a cuestionar su liderazgo se convierte automáticamente en el Diablo y es enviado al abismo. Tan sólo puede sentarse a la diestra de este padre aquel que no aspire a querer ser jamás como él y que admita que no puede haber ni habrá jamás ningún otro. La mortalidad no encaja en este esquema y por eso es un mal referente para las organizaciones humanas. Es mucho más indicado el politeísmo de los clásicos o ciertas tradiciones gnósticas que situaban a dios dentro de cada individuo.
EliminarCon estas referencias a los clásicos he recordado un libro que es probable que conozcas, que me encantó y que siempre recomiendo encarecidamente por tratar sobre el diseño de la cultura corporativa tomando la historia de Roma y su guerra contra Cartago como referencia. Al final, propone una autoevaluación y la última pregunta es: ¿Ha desarrollado un proyecto que le asegure la generación de líderes y, por tanto, la sucesión? Es muy, muy bueno. La referencia esta AQUÍ
Aún así, no estoy muy seguro de que esa organización en concreto quedara tan muerta como dices. Quizás quedara huérfana de liderazgos y en manos de arcángeles desorientados pero a mí me consta que hay evidencias de que en su estructura SI existen personas preparadas para pensar, crear, liderar que son muy queridas y respetadas. Seguramente no aprovechadas pero existen.
Muchísimas gracias por comentar Paulino, un abrazo
Creo que hubo un tiempo en que los líderes "semi-dioses" eran ¿adecuados? .... no se si es la palabra .... lo que si está claro es que en estos momentos las estructuras piramidales y los semidioses se derrumban, no son para los tiempos que corren, en los que se trabaja en equipos más horizontales, heterogéneos, participativos .... está "emergiendo" una forma distinta de organización, iremos viendo ....
ResponderEliminarCreo que tienes toda la razón Juana, que la adecuación del líder viene determinada por el contexto general en el que se halla y por el específico en el que se desenvuelve. Como las deidades, cada época ha reclamado un tipo de líder. En estos tiempos de incertidumbre, de conversación y de conocimiento, el líder shakesperiano carismático y visionario, no parece ya el más oportuno. Iremos viendo…
EliminarExcelente anotación la que has llevado a tu libreta Manel. Sabes que suelo insistir en que la realidad del tejido productivo es la más de un 80% de empresas que no pasan de dos personas en plantilla y eso se traduce en una estructura social que encaja mucho mejor en la definición que das: “líderes de equipos o de pequeñas empresas o instituciones, que habitan los diferentes niveles de la pirámide buscando conciliar e implicar a los distintos estratos entre los que suelen estar emparedados”.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, hay que alejarse de la idea de catedral y quedarse en el bazar, un principio muy hacker del que algo habremos aprendido. Es cierto lo que dice Amalio, tendrá el recorrido que seamos capaces de darle pero en eso tal vez nos ayude la situación actual, no hay muchas más opciones. Impresionante el relato de la experiencia que hace Paulino. Un abrazo.
Gracias Isabel. Si recuerdo que más de una vez has hecho referencia a este factor para orientar ciertos enfoques a la realidad. La mayoría de directiv@s con los que colaboramos están comprimidos entre una estructura que tira en direcciones contrarias y el ejercicio del liderazgo no es tanto una actuación de manual como el resultado de un diseño que se ha de realizar sobre “cada” terreno, aunque para ello se aconseje tener en cuenta algunos principios básicos, sobre los que suelen influir los tiempos que corren y los modelos esperados. Vaya, tal y como creo que se desprende de tu comentario, ahora es una buena oportunidad para poner en práctica modelos más atrevidos y acordes con la situación.
EliminarUn abrazo.
Mi libreta no está muy llena, aún. No son muchas las anotaciones, de modo que tengo mucho espacio libre para poder ir añadiendo notas a partir de reflexiones provocadas por entradas como ésta y sus ramificaciones.
ResponderEliminarEn torno al liderazgo, la página la preside la palabra utopía, cruzada por dos líneas, tachada en rojo. Porque una parte de mi realidad habita ya en esa isla antes inalcanzable. No sé si la palabra que lo define es compartido, pero es la que el resto entiende cuando hablamos de ello.
Un liderazgo sano, libre, comprometido, sin complejos ni límites, esperanzador y generoso asignado por el grupo y asumido por la persona adecuada, que no duda en pasar, en esas mismas condiciones, de un alma a otra en un equipo absolutamente enfocado a la tarea, objetivo, desafío que corresponda abordar en cada momento.
A veces, aprendemos a identificar aquello que es valioso desde la observación, en el mejor de los casos, o desde el padecimiento, en el peor, de situaciones difíciles, duras, incomprensibles, injustas, inútiles, ... Lamentablemente, veo que no son escasos los ejemplos en este sentido.
Pero no me apetece perder el tiempo en lamentos. Prefiero explorar, buscar. Es una gran oportunidad para encontrar, entre las ruinas, pequeños tesoros. Y convertirlos en frases en nuestra libreta que nos traigan, cuando menos, ricas reflexiones.
Perdí la fe en aquel líder-dios de forma casi inmediata. Pero encontré el liderazgo. La esperanza nos hace seguir buscando.
Hoy, años después, sigo aprendiendo al lado de la persona que me lo mostró a valorarlo, a cuidarlo, a ejercerlo, a compartirlo.
Y muchas veces, nos mojamos juntos.
Y muchas de ellas, como bien sabes, cantamos bajo la lluvia.
Oso muxu handia, Manel.
Hasta pronto.
Ante la sensación de orfandad que se suele exhibir por la experiencia que a algunos les toca o tocado vivir, me gusta lo que nos dices Marta, de cómo trazando el contorno de la peor de las actuaciones vas, a la vez, delimitando la silueta de aquel liderazgo al que te ha apetecido contribuir y en el que vivir. También me gusta la frescura y credibilidad con la que nos describes este liderazgo sano y cómo en la definición incluyes junto a líder y seguidores el porqué y la dinámica de esta relación. Un abrazo!
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