jueves, 24 de octubre de 2013

Daltonismos

Todo empezó una vez que, de pequeño, mi madre me pidió que trajera la caja de colores, una de esas Alpino de veintitantos colores, para ayudarme con unos deberes de la escuela. Yo creo que ella ya andaba un poco mosca por mi particular manera de pintar cielos, tejados y árboles, pero creo que fue en aquel momento, al ver que salvo cuatro o cinco lápices, el resto estaban intactos, cuando certificó que algo no iba bien en mi relación con los colores.

Me doy cuenta que el daltonismo da forma a una parte importante de mi manera de conducirme socialmente. Ser consciente de ese desajuste entre lo que veo [o no] y lo que la mayoría dice percibir con toda normalidad hace que me sienta la persona menos autorizada para emitir una opinión sobre cualquier aspecto que tenga un componente cromático y es la principal causa de mis circunloquios cuando se trata de colores o de que adorne una posible opinión con aquella duda crónica que utilizo para rastrear el rostro del interlocutor buscando su validación. Esa es una de las razones por las que no suelo hablar de colores, dibujo sin pintar y siempre me refiero a las cosas como más o menos oscuras.

Todo eso viene a cuento porque cuando se trata de opinar sobre temas de género experimento las mismas sensaciones sociales que con mi daltonismo. Independientemente del contexto y sea cual sea la opinión que emito, hay algo que emerge de mi propia condición que me hace dudar de que el enfoque sea realmente el acertado, de que no resuene, aunque sea de manera lejana, algún eco de mi educación patriarcal, y ahí es donde me encuentro espiando en los rostros de aquellas mujeres que están presentes, la serenidad de una aprobación que nunca me parece del todo suficiente. Tal es la duda que el daltonismo ha sembrado en mí y que hace que sospeche que no se halle de una manera u otra, extendido a otros ámbitos de mi percepción.

Pensando en aquellos valores en los que creo que ha de afirmarse el liderazgo actual y que de alguna manera busco y espero tanto en el plano organizativo como en el político y social, he evocado un recuerdo que creía olvidado y en el que me parece que se halla escondida una clave de lo que pienso ya que no acertar con el nombre de los colores no me impide disfrutar de las sensaciones que me produce el estar rodeado de ellos.

A lo largo de mi vida he viajado lo suficiente en avión como para que ya no me haga ninguna gracia hacerlo. Evidentemente mi trabajo me lleva a coger aviones, pero mentiría si dijera que me es indiferente ya que normalmente anida en mí una pequeña dosis de ansiedad que va siendo directamente proporcional a la desconfianza que voy desarrollando ante la infalibilidad de lo humano. No se trata de un tema puntual y focalizado a este medio de transporte, sino que trasciende a otros ámbitos como el de la medicina en los que normalmente he depositado una confianza ciega que ha caído hecha pedazos ante la evidencia de la gran presencia de error que existe por cada acierto. Separar la gran evolución del pensamiento y el progreso tecnológico y científico al que haya podido llegar la Humanidad de la veleidad con la que las personas suelen tratar, en su día a día, aquello que creen tener por la mano, es una de las consecuencias menos gratas a las que me ha llevado la edad.

Dicho esto, en uno de mis viajes, mientras el avión se ponía en movimiento para encarar la pista de despegue y la tripulación hubo dado mecánicamente las explicaciones de siempre, oí la voz de una mujer que se presentó como la comandante y nos daba la bienvenida para desearnos el mejor de los viajes. La voz que emergía subversiva y cantarina con unas octavas más alta de las que nos tiene acostumbrados la ancestral masculinidad de la cabina, compartió alegremente que aquél era el primer viaje después de una baja por su reciente maternidad.


De poder describir el porqué del abanico de sensaciones que experimenté en aquel momento tendría resuelto lo que quiero exponer en este post ya que inmediatamente me invadió una sensación de confianza y de descanso que ahora relaciono con la certeza de unos valores que, pese a mi daltonismo, le supuse a la piloto en virtud de su género.

Supongo que ahí proyecté aquella seguridad y autonomía a prueba de retos y ridículos desafíos masculinos, la contención de la impaciencia que se desprende de la tolerancia a la frustración y del cálculo del riesgo para la estabilidad y el bienestar de otros, la tenacidad discreta de quien antepone aquello que persigue a la admiración que despierta, la capacidad de escucha y la fortaleza suficiente para aceptar sugerencias y cambiar una decisión sin que se resquebraje por ello el yo. Algo que ya sé que no necesariamente ha de corresponderse con lo que cabe esperar de una persona por el mero hecho de ser mujer, pero que no por ello deja de tener su interés por referirse al arquetipo que tanto echo de menos en estos tiempos en los que reclamo y exijo otro liderazgo que se inspire e impulse unos valores distintos a aquellos que nos han llevado hasta dónde estamos y que creo más posibles des de lo femenino.



24 comentarios:

  1. Plás, plás, plás!!

    A ver si se me ocurre luego algo interesante que decir, que me has dejado sin palabras.

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    1. Pués aquí me quedo, esperando. Si no son palabras quizás puedas echar mano de esas imágenes tuyas y regalarnos a tod@s... :-) Gracias de todos modos, Judith.

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  2. Que honesto eres ... una delicia ¡gracias por la reflexión! ...

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    1. A mi tu mirada me llega y me sirve, Juana, mucho! Gracias.

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  3. Pues sí que sí, muy bonito el texto. Nunca he escuchado en un avión semejante comentario cómplice por parte de quien comanda la nave. Un detalle impresionante por lo humano. ¿Tendrá que ver que fuera mujer?

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    1. No, no es lo que se dice “muy corriente”, pero sienta de maravilla como aquellos “buenos días” bien dados. Un detalle importantísimo y fascinante por lo sencillo, impactante y transformador [del enfoque del día o de este post]. Y creo que sí, que es más fácil esperarlo de una mujer.

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  4. En temas de género, y en otros muchos dominados por el mainstreaming y la “normalidad”, me confieso tan daltónica como tú. Tal vez ya no espío los rostros pero más bien porque prefiero anotar las dudas para indagar y reflexionar. Tu actitud es la correcta pero no por ser hombre, la educación recibida es un denominador común y evolucionar no es rebatir o reequilibrar balanzas sino dejar que duda y percepción caminen juntas. Pero este es un tema en el que creo que seré una apátrida permanente.

    Tal vez sería bueno aprender a olvidar el nombre de los colores (y de muchas otras cosas) para disfrutar de las sensaciones. Transformo un poquito esta frase y me la apropio: “adornar una posible opinión con la duda crónica que se utiliza para rastrear”. En eso consiste la reflexión, ¿verdad?

    El último párrafo hay que destilarlo con calma, da para mucho. Bello post :)

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    1. Bueno,bueno, me consta que, en estos temas, no eres tan daltónica como yo y que has invertido tiempo y esfuerzo en materia de género en el entorno de Galicia. Aún así me doy cuenta, me satisface y te agradezco el guiño cómplice que a modo de feedback me dedicas mientras rastreo tu rostro. ;-)

      Anoto el giro que le das a la frase aunque ya sabes que aunque convierta el síntoma en causa [de la reflexión] no por ello dejará nunca de ser consecuéncia de mi discapacidad :-D , es lo que tiene no poder elegir en algunos asuntos... ;-)

      Gracias Isa, un abrazo.

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  5. Hola amigo, también el daltonismo compartimos. Pero tu desde la psicología, imagínate lo que es desde la arquitectura. En fin, me parece maravilloso colorear los cielos de los colores que vemos y no otros. La verdad es que nunca me acuerdo, a menos que alguien lo mencione.
    Alberto

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    1. A ver si vamos a dar con algunos rasgos “genéticos” del consultor!! ;-) Si, tienes razón que es difícil acordarse de lo que es habitual y cotidiano de ahí la importància de tenerlo más en cuenta ya que, bien mirado, es el principal determinante del enfoque con el que uno interpreta su realidad. Vaya, vaya...así que daltónico... ;-)))

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  6. Fantàstic, Manel! M'identifico plenament amb el daltonisme, i mai m'hauria pensat que donés per una reflexió com aquesta!

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    1. Gràcies Xevi! M’has fet recordar que una vegada en Jordi G. Em va comentar que els bolets s’uneixen uns amb els altres mitjançant una malla subterrània estesa al llarg del bosc i pensava que potser les paraules també. I si estirem d’una a poc a poc i delicadament anirem a parar a tota la resta...com si totes les coses i fenòmens del món es poguessin explicar a través de qualsevol element d’aquest mateix món. M’agrada veure’t aquí. Una abraçada forta!

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  7. Hola Manel!!
    Me avisó Alfonso de que habías escrito un post muy bonito, y sí, así me lo parece también a mí.

    Creo que haces un paralelismo muy interesante entre el daltonismo cromático y el de los ¿valores? o ¿nociones? de género (que podríamos extenderlo también a otros muchos ámbitos). Y creo que en general en estos ámbitos todos somos daltónicos aunque a diferencia -creo- del daltonismo cromático, a través del esfuerzo consciente por percibir más y comprender más profundamente, mejoramos. Y tu post ayuda a ello. Y como tú bien sabes y lo expresas en el post, para una percepción / comprensiva profunda, que conecta contigo, con tu cuerpo, con tus sensaciones, no hace falta poner nombre a cada parcerlita que percibimos. La percepción es algo mucho más mágico y enigmático.

    Y me encanta lo que dices del liderazgo, que también aplicaría al ámbito organizativo además del político y social, al menos, para el espacio de modelos organizativos y de gestión sobre los que nos referimos cuando en nuestros círculos hablamos de 'transformación organizacional' o 'modelos basados en personas'.

    Por ello, tu post, como intuía Alfonso, encaja muy bien, a mi parecer, en esta iniciativa puesta en marcha entre Silvia Muriel, Izaskun Merodio y yo misma, por la que animamos al cruce dialógico entre feminismo y transformación organizacional, y por tanto, con tu permiso, lo llevamos al repositorio de materiales que estamos recogiendo aquí: http://www.scoop.it/t/femin

    Muchas gracias, Manel, y un abrazo!!
    Maite

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    1. Lo comentaba hace poco, de repente surge alguien y te das cuenta de que aquello que te despierta dentro es justamente aquello que realmente necesitas y por lo que te apetece moverte sin saber realmente de qué se trata pero con la consciencia de que si hay algo cierto y que merece la pena se trata de eso. En el plano social tengo la suerte, aquí en Catalunya, de estar bajo el influjo de un par de experiencias que, des de lo que interpreto como femenino, están abordando desafíos mucho más colosales y generativos que los que, en el mismo tiempo, se ofrecen des de la beligerancia mortal y ninguneante de lo masculino. Sí, al igual que tu, creo que daltónicos o no tenemos la capacidad de discernir y de escoger el lado en el que preferimos estar.

      Me siento muy honrado de que hayáis incluido este post en el repositorio de Begirada feminista, muchísimas gracias Maite, un abrazo!

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  8. No sé si el teu daltonisme és una cosa semblant al que em passa amb la fotografia. Vaig començar a fer fotos en blanc i negre, de manera que durant molt temps, quan fotografiava, "veia" la imatge, la pensava en B/N. Els colors em distreien. Ara ja m'he acostumat al color, però de tant en tant torno al B/N És un altre punt de vista. La imatge que surt em parla més de les sensacions. I no és que el color no em digui res, em parla amb un altre ... llenguatge, o em provoca altres sensacions.
    Estic d'acord amb tu que es troba a faltar un "lideratge" des de uns valors més femenins. Encara que de vegades, les dones que arriben a liderar un partit, un país...acaben actuant com els homes. Seria com una foto en colors impresa en blanc i negre. O a l'inrevés; una foto en B/N pintada no sé :-)
    Una abraçada

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    1. Interessant la semblança que fas amb la fotografia i molt gràfica i ben trobada l’analogia del final :) Estem d’acord en lo dels valors femenins i en el fet de que no cal esperar-ho per l’únic fet de ser dona...exemples a l’empresa i a la política en tenim a dojo. Una abraçada!

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  9. El daltonismo, simplificando, es el acto equivocado de ponerle una etiqueta social compartida (nombre de los colores) a una sensación visual personal.

    Los temas de género son de igual modo complejos de llevarlos a palabras. Porque en muchas ocasiones expresamos intuiciones, sensaciones, experiencias propias y experiencias vividas. Y todo esto es personal, único, procedente del mapa mental de cada persona. Son nuestros sesgos, porque toda percepción está sesgada y toda interpretación también. El doble, o el triple de sesgada.

    Me ha gustado tu post, por todo lo que han dicho l=s comentaristas anteriores, pero especialmente por dos razones: una, porque me has hecho recordar que mi propio discurso, argumentaciones, "datos", etc. están hechos sobre dudas daltónicas y a veces se me olvida.

    Y otra, porque yo a veces soy un poco como esa comandante, haciendo comentarios "humanos" o "femeninos" con mi voz de mujer frente a auditorios masculinos. Y siempre pienso "¿qué habrán pensado/sentido al oirme?". A veces se me acerca alguno, despúes, para mostrarme su agrado por haber "humanizado" el discurso. Pero la mayoría silenciosa, ¿habrá sentido algo como tú sentiste, o en sentido contrario?, ¿o será ya inmune a estas pequeñas salidas de guión, "fruto de una mujer poco seria"?.

    Muchas gracias por traerme a la consciencia el límite vago de las palabras y las percepciones, y por reforzarme mi postura de no replicar el estilo masculino en mis comunicaciones (mis dudas vienen sobre todo cuando quienes me escuchan son hombres) aun con el riesgo de que me tilden de friky, especialita.... o feminista. Las últimas veces me han llamado feminista. :) Y solo por hacer comentarios que, al parecer, un hombre no haría. Y por ser mujer, supongo. A un hombre no le llamarían feminista.

    Un placer leerte. Inspiras, entre líneas.

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    1. Muchas gracias Silvia. Por mi parte agradezco y prefiero estas variantes de la comunicación que planteas. Hace poco el discurso emocioando de una mujer [interrumpido por el llanto] le dio una dimensión extraordinariamente real a todo el contenido que estaba proclamando, me sentí profundamente identificado y convocado con lo que decía. Me doy cuenta de que estos aspectos son los que dotan de “vida” a la palabra que de otra manera permanece fría y acerada. Personalmente lo prefiero y me consta que la gran mayoría de las personas con las que me relaciono también aunque claro, a la vista está que hay puntos de vista para todo…;-)
      Lo dicho, muchas gracias! Un placer y un “todo” tenerte por aquí, le sienta bien a este espacio.

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  10. Me gusta el tono de humildad que destila el post y comparto contigo que en temas de género, es fácil arrastrar inconscientemente comportamientos, visiones e ideas heredadas de una educación patriarcal, lo cual no es disculpa para asumir que cada quien decide en qué quiere ser más consciente y mejorar su visión, poniéndose las gafas de género o las de raza o las de clase, o todas juntas. Me identifico mucho con tu comandanta, con la indivisibilidad de las vidas para nosotras y con algunos de los valores "soft" asociados tradicionalmente a las mujeres: la empatía, el altruismo... pero como dices, cuidado con estereotipar a las personas y con idealizar el estereotipo femenino porque ahí, tendríamos que hablar de la sumisión, la falta de asertividad... Hace poquito estuve con una persona que ha investigado sobre los items andróginos, esos que serían deseables en las personas, independientemente del sexo con el que hayan nacido. Si te interesa, me dices. Ah, y gracias otra vez por la foto, el tono y la propuesta de conversación, un abrazo!

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    1. Muchísimas gracias a tí por el comentario Izaskun. Los daltónicos vamos aprendiendo a lo largo de los años, a fuerza de contrastar al final identificamos ciertos rasgos que identificabn aquellos colores a los que somos ciegos. De hecho creo que cada vez lo soy menos...en todo. Como tu dices, es cuestión de querer.
      Me interesa esta información que me ofreces sobre los items andróginos, te estaré muy agradecido si me la haces llegar.

      Muchísmas gracias, fuerza y enhorabuena por vuestro trabajo. Un abrazo.

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  11. Indagar en la mirada del otro sobre la propia percepción. Un ejercicio enriquecedor y hermoso que, en muchas ocasiones, me ha hecho ser espectadora del resquebrajamiento de mi yo en otros ojos que observaban. Dejó de doler hace tiempo ya y hoy camino de la mano de la duda, mi amiga, indagando y explorando otros caminos de otras almas, mientras recorro y descubro el mío. Alguna certeza a mi lado, también.

    En cuestiones de género soy más consciente aún de los condicionantes que me zarandean. Del rechazo absoluto, en mis primeros contactos con el significado social del rol que me era propio en mi entorno más cercano, a cualquier detalle que me vinculara a lo "femenino" he viajado despacio a una comprensión más amplia y profunda de las carencias y vedas de las que han adolecido uno y el otro y empecé, hace no mucho, a acariciar con ternura y naturalidad algunos de los aspectos desechados que luchaban por integrarse en mi persona, al margen de su género.

    Tengo mucho que agradecer, en este sentido, a seres que se han ido cruzando en el camino, para quedarse y mostrarme. Como tú.

    Las palabras más bellas que he escuchado al incorporarse al trabajo tras el nacimiento de su hija las pronunció mi compañero Iñigo, con los ojos empapados de emoción. Y tengo muchos más ejemplos de este tipo ... Soy afortunada, supongo. Y, por ello, especialmente cuidadosa con mis sensaciones y opiniones en estos temas.

    Basta leer tus lienzos para admirar la riqueza de tu paleta de colores.

    Un abrazo pintado! [elige tú el color ;)]

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    1. Pues yo no me he podido deshacer todavía del efecto que causan mis percepciones en la mirada de los otros aún sigo actuando como si todas mis dudas fueran certezas para el resto, …o quizás ya no tanto, pero algo sí… ;-)

      Mis lienzos estan dibujados y sin pintar para que las personas que pasáis por aquí lo hagáis con comentarios como éste Marta. Muchas gracias [siento haber tardado tanto en responder]

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  12. Hola, Manel.
    No sólo tus post son instructivos e interesantes, sino que gente como tú convierte este medio, el 2.0, en humano con todas sus consecuencias. Hablar con naturalidad de tal como uno es, lo considero una gran fortaleza, pero sí te reconozco que no todos tenemos esa seguridad para mostrar todas nuestras virtudes especiales abiertamente. Por cierto, comparto esa sensación que tuviste con la comandante como si la hubiese vivido yo: a mí también me hubiese inspirado una gran seguridad de estar en manos de una gran profesional humana. Creo que la mayor parte de los humanos tenemos nuestro propio daltonismo no específicamente cromático:D.

    Una abraçada.

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    1. Pues tu te has estado abriendo durante mucho tiempo de la manera más hermosa, mediante tu poesía.

      Muchas gracias Begoña por tu comentario. [Siento haber tardado tanto en responderte]

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