domingo, 11 de febrero de 2024

Tu límite


La percepción y comprensión del entorno y, en general, de todo lo que pasa, está determinada por el marco mental de cada cual. Un marco formado por creencias que son las que se ocupan de generar juicios de valor y que conforman el sistema interpretativo y el sesgo con los que la persona afronta y explica su relación con el mundo y con ella misma.

Este marco mental, es el que limita la capacidad de ver cualquier realidad desde una óptica distinta de la que hemos aprendido a observarla y, a la vez, nos empuja a no querer verlo de otra manera ya que, probablemente, ello implicaría tener que cambiar muchas cosas: creencias, opiniones, juicios de valor emitidos hacia otros o hacia nosotros mismos. La mayor parte de las veces decidimos quedarnos en nuestros sesgos, cambiar de idea significaría deshacer lo que creemos saber para volver a tejerlo de nuevo integrando, esta vez, lo aprendido, todo un trabajo.

Todos tenemos, pues, limitaciones, este es un rasgo común, pero no todo el mundo tiene el mismo nivel de consciencia de ello y esta es la variable que diferencia a unas personas de otras. 

La falta de consciencia sobre la propia limitación suele ocupar mucho espacio relacional, las personas que desconocen el sesgo de sus percepciones exponen sus principios, afirmaciones, juicios de valor y conclusiones que se presentan como verdades incuestionables.

Las posiciones personales inamovibles suelen remitir a la necesidad imperiosa del individuo de no desaparecer junto a sus propias ideas o creencias cuando estas son cuestionadas o rebatidas. Este suele ser el principal motivo de estos debates interminables en el que los participantes parecen no atender a los argumentos del otro y se enredan en bucles infinitos anclados en sus propias convicciones.
 
Cuando no se sabe con qué se limita, se corre el riesgo de poder llegar a pensar que no existen límites y confundir la parte con el todo, dando lugar a una visión reducida del mundo que es considerada como la única con sentido.  Si además va parejo a una buena habilidad comunicativa y posición de influencia social, como la de algunos políticos o ciertos conferenciantes, el efecto es empobrecedor.

La consciencia de la propia limitación, en cambio, busca ampliar horizontes e invita a callar y a escuchar.


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Imagen encontrada en Pixabay

 

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