lunes, 24 de noviembre de 2008

Decisiones...

Como ya es conocido, a mi The Matrix me impactó especialmente. En esta fabulosa película vi reflejado todo un universo conceptual que había anidado poco a poco a partir de fuentes de lo más dispares.

Realmente creo que The Matrix tiene tantas lecturas como diversidad de espectadores había aquel día en que la proyectaron. Así pues, el hecho de presentar dos mundos, uno real y otro creado por una potencia ajena para esclavizar al género humano, me sonó a
gnosis de la de verdad, aquella que predica que el mundo actual es una patraña creada por un impostor [el demiurgo], el cual impide que sepamos para no poder trascenderle [esto le cambia de todas todo el papel a la serpiente en la escena del paraíso… ¿deberíamos llamarla Orfeo?].

Del pensamiento gnóstico me gusta especialmente aquello de que no hay que tener fe para salvarse sino conocer para liberarse, lo qual parece ser una clara alusión a la pastilla roja.

Ya no os cuento lo que me evocó el hecho de que al creador de The Matrix le llamaran el
Arquitecto

Los parecidos de la idea que se desprende de The Matrix y nuestro modelo de vida actual son asombrosos [no soy el único que encuentra relaciones…]. De hecho creo que fue Leontiev quien dijo, en su día, que nuestras redes neuronales se establecen a partir de cómo hemos aprendido [cómo nos han enseñado], de la lógica imperante en nuestra cultura y que esto lleva a una manera de interpretarlo todo, de ver el mundo, predeterminada…conducida…vaya, hecha de antemano.

Hace muy poco, salió a colación la película a propósito de una situación de toma de decisiones en una organización.
Lástima no disponer de las dos pastillas en aquel momento…


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