Quisiera poner en consideración de aquell@s que lean este post, algunas anotaciones sobre la utilización o aplicación que se hace del concepto de equipo, aún corriendo el riesgo de que sea considerada una perogrullada.
· Un equipo no se crea con conjuros del tipo: ¡Hágase el equipo! Y el equipo se hizo…
· Un equipo es algo más que un grupo de individuos juntos en un espacio común.
· Por compartir un mismo directivo y organizar el turno de sus vacaciones no debería creerse que se pertenece o que se tiene un equipo.
· Tampoco es un equipo por el hecho de compartir un mismo estrato organizativo y asistir a una determinada reunión (por ejemplo: algunos equipos directivos).
· Un equipo no requiere que sus miembros, además, sean amigos.
· Sólo por tener una misma meta (objetivo o como quiera que se le llame) no se supone que somos “equipo”.
· Las actividades informaleslúdicoaparentementedivertidas no necesariamente crean o mejoran el trabajo del equipo.
· Un equipo no supone la uniformidad de sus componentes, más bien lo contrario, potencia la diversidad y la singularidad de las personas que lo componen.
· El café para tod@s puede ser nocivo para el equipo. Es decir, un equipo asume como propios todos sus resultados pero también reconoce el valor añadido aportado por sus diferentes miembros.
· El equipo no es bueno o mejor que nada porque sí; tan sólo cuando para alcanzar una meta común se requiere de las capacidades interrelacionadas de sus miembros; es decir, a veces, lo mejor es no hacer equipo.
¿Creéis que se debería matizar algo o añadir más puntos?