Hay determinadas verbalizaciones e ideas sobre la existencia, aparentemente inofensivas y por lo visto totalmente asumidas, que en el marco de las organizaciones actúan como bombas de racimo impactando directamente en aspectos determinantes del estado de ánimo de las personas.
Desde mi punto de vista, ya está bien que urdamos metodologías y técnicas para procurar un buen ambiente y asegurar que las cosas salgan con el mejor ánimo posible, pero más valiera, primero, controlar aquello que se da en el día a día más cotidiano.
Es sabido que el fenómeno del estrés social no es tan sencillo como para eliminarlo, simplemente, con una dieta sana, ejercicio o paseos por la montaña. Es cierto que un estimulo estresante lo es más o menos en función de cómo tenemos el cuerpo pero también, y eso no es menos importante, de cómo interpretamos la existencia.
Está ampliamente aceptado [y si no, francamente, me es igual, yo estoy totalmente convencido] que el discurso que elaboramos sobre nuestra experiencia puede determinar tanto nuestro estado físico y la tolerancia a ciertos estímulos estresantes, como lo es un resfriado respecto a cómo vivimos los lunes.
Si hay que desprenderse de la carga semítica, empecemos por no abonar la idea de que este mundo es un valle de lágrimas y de que ganaremos el pan con el sudor de nuestra frente. No olvidemos que estos castigos fueron la consecuencia fulminante de la lógica ambición, en aquella primera pareja, de adquirir conocimiento, de tener perspectiva y de comprender, más o menos, la estructura organizativa y la línea de mando allá, por el Paraíso.
Pero todavía hay quien pretende ganar en influencia afirmando que trabaja duro como si la palabra “duro” significase trabajar más y mejor.
También se lleva mucho eso de ser “pragmático”. Las discusiones se cierran en aras a que uno es pragmático. Lo cual suele ser sinónimo de científico (¿¿?), y las más de las veces implica la pobre forma de elaborar discursos del tipo: qué me vas a contar, no hay que esperar lo mejor, las cosas son como son, la gente no cambia, etc. Conceptualizaciones cul de sac que no aportan valor, agotan, frustran y que no llevan a nada. Conduce a un equipo a lo largo de un proceso de planificación y verás cómo este tipo de pragmático florece por doquiera…
Ser maduro equivale a ser consciente del valle de lágrimas. Como si el hecho de serlo o no serlo interfiriese en cómo es o deja de ser el dichoso valle. Palabras como ilusión, ganas de vivir, divertirte trabajando, me siento bien… es sinónimo, en muchos círculos de inmadurez, inocencia, juventud o de ser un panoli. Si ya tienes unos años es cuando te sueltan aquello de… a tu edad…
Desde mi punto de vista, ya está bien que urdamos metodologías y técnicas para procurar un buen ambiente y asegurar que las cosas salgan con el mejor ánimo posible, pero más valiera, primero, controlar aquello que se da en el día a día más cotidiano.
Es sabido que el fenómeno del estrés social no es tan sencillo como para eliminarlo, simplemente, con una dieta sana, ejercicio o paseos por la montaña. Es cierto que un estimulo estresante lo es más o menos en función de cómo tenemos el cuerpo pero también, y eso no es menos importante, de cómo interpretamos la existencia.
Está ampliamente aceptado [y si no, francamente, me es igual, yo estoy totalmente convencido] que el discurso que elaboramos sobre nuestra experiencia puede determinar tanto nuestro estado físico y la tolerancia a ciertos estímulos estresantes, como lo es un resfriado respecto a cómo vivimos los lunes.
Si hay que desprenderse de la carga semítica, empecemos por no abonar la idea de que este mundo es un valle de lágrimas y de que ganaremos el pan con el sudor de nuestra frente. No olvidemos que estos castigos fueron la consecuencia fulminante de la lógica ambición, en aquella primera pareja, de adquirir conocimiento, de tener perspectiva y de comprender, más o menos, la estructura organizativa y la línea de mando allá, por el Paraíso.
Pero todavía hay quien pretende ganar en influencia afirmando que trabaja duro como si la palabra “duro” significase trabajar más y mejor.
También se lleva mucho eso de ser “pragmático”. Las discusiones se cierran en aras a que uno es pragmático. Lo cual suele ser sinónimo de científico (¿¿?), y las más de las veces implica la pobre forma de elaborar discursos del tipo: qué me vas a contar, no hay que esperar lo mejor, las cosas son como son, la gente no cambia, etc. Conceptualizaciones cul de sac que no aportan valor, agotan, frustran y que no llevan a nada. Conduce a un equipo a lo largo de un proceso de planificación y verás cómo este tipo de pragmático florece por doquiera…
Ser maduro equivale a ser consciente del valle de lágrimas. Como si el hecho de serlo o no serlo interfiriese en cómo es o deja de ser el dichoso valle. Palabras como ilusión, ganas de vivir, divertirte trabajando, me siento bien… es sinónimo, en muchos círculos de inmadurez, inocencia, juventud o de ser un panoli. Si ya tienes unos años es cuando te sueltan aquello de… a tu edad…
Los responsables de Recursos Antropomorfos (por romper el oxímoron de RR.HH) deberían intervenir en el discurso organizativo y volatilizar de un plumazo a estos focos de estrés que tan bien describía Machado y cantaba Serrat: pedantones al paño, que miran, callan y piensan que saben, porque no beben el vino de las tabernas.
En el día a día, las frases que hay que cauterizar son aquellas del tipo: Uf! Lunes… o no hay puente hasta el mes de…por ejemplo. ¿Alguien sabe para qué sirve este conocimiento a parte de para producir un agotamiento extra?
Oscar Wilde ya lo aconsejaba en su elogio a la mentira: no aporta ningún valor a la experiencia el limitarse a describir lo que ya vemos, habla de lo que no existe y crearás algo nuevo. Si además eres inteligente, depende de lo que hables ofrecerás algo bello…eso si eres inteligente, claro.
Echo de menos a Baloo en mi formación de base…
ja, ja, lo de "urdir metodologías" no tiene precio!
ResponderEliminarMuy bien expresado. Me ha venido a la mente lo de la virtud de la vagancia. Lo de ser maduro también es cansino, ¿verdad? Porque mira que es divertido "tener la cabeza llena de pájaros" pero te lo dicen como algo peyorativo. Total, maduras y te caes del árbol "chof".
ResponderEliminarAcabo de hacer el beneït con otra posible denominación para lo R2H2: Recursos bípedos... total, no creo que sepan distinguir entre un tipo y un pato ;-) .
Hombre! ya lo creo,... al parecer tenemos la máscara de buzo empañada y por eso no podemos ver (o visualizar) lo que en realidad nos interesa ver y en lugra de eso nos estresamos con lo borroso de nuestra limitada visión (por hacer alguna analogía).
ResponderEliminarEl discurso negativo lo veo agotado y disperso, por lo que es buen momento para retomar las enseñanzas de Baloo.
SM
Clarividente en el fondo y en la forma. Eso sí, pedantotes al paño somos un poco todos, depende cómo y cuándo nos pillen.
ResponderEliminarEn todo caso estas reflexiones, incluso estas actitudes, son un lujo que no todos los trabajadores pueden permitirse, al menos sin recorrer una camino previo que es difícil de encontrar y de seguir.
La estrategia reside en ser más rápido esquivando las pedradas de los que te quieren hacer madurar y caer del árbol. Al fin y al cabo, ¿para qué? Si miras hacia abajo desde la rama, sólo se ve un monton de... ¿qué es aquello que se ve?
ResponderEliminarDicen que el imperio Maya se agotó, cuando èstos agotaron sus bosques; no quedando nada para subsistir. De allí el término de "sustentable". La vida de Baloo es buena, en cuanto no hayan muchos que hagan lo mismo, pues al agotarse los cocos y cambures, tendrían que ponerse a sembrar. En mi tierra dicen: "bueno es cilantro, pero no tanto.."
ResponderEliminarLlegar a nuestra edad, debería significar trabajar por placer haciendo lo que nos guste, ergo, con "madurez".
Un abrazo,
Alberto
¿¿Sustentable??
ResponderEliminarSuastentable es algo que por cuido o por eficiencia puede pasar de una generación a otra y permitirle que tengan las mismas oportunidades. Si en un bosque hay mas baloos que comida, no sería sustentable. Según wiki:
ResponderEliminar"Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades." Al acabar los bosques no hubo condiciones a la generación siguiente
Saludos
Alberto
Ok, Alberto. Sustentable = sostenible. Gracias por la aclaración.
ResponderEliminar@Tic616: Sí, “urdir” tiene algo como perverso…verdad? ;-)
ResponderEliminar@mkl: Ya lo hemos comentado a veces: “antes maduras, antes te pudres…”
@SM: El discurso de Baloo es, tan solo, fundamental…cómo no le hemos hecho caso antes? Siempre ha pesado más Bagueera…Les damos valor a l@s Bagueera!!
@Yoriento: Cierto Alfonso, tenemos un rato largo de pedantes…a veces claro…
Con Odilas y mkl lo comentábamos un (el) día: qué dificultad que encierra la sencillez…
@Anna: Hojas? Hierba? “Chofes”? Mierda?...???
@FM: Qué razón que tienes Alberto. Coger tan solo aquello que necesitas y ya está… Quizás es un atraso llegar a ser “civilización” :-0 (Paradojas de la vida…)
Gracias a tod@s, ahora a ponerlo en práctica, que cuesta lo mismo, da buen rollo y perjudica menos
"Busca lo más vital, no más. Lo que has de precisar, no más. Pues nunca del trabajo hay que abusar. Si buscas lo más esencial, sin nada más ambicionar, mamá naturaleza te lo da"
ResponderEliminarBaloo dixit, suscribe servidor.
@ Nacho: Fantástica la canción, no tiene desperdició la escena...
ResponderEliminar¡Dios!, ¿qué me pasa? Llevo toda la semana silbando la canción... ;-)
ResponderEliminarAnna:
ResponderEliminarTe pasa que es un canción fantástica por la letra y por la música. Hay muchas maneras de "canviarnos" el estado de ánimo, y una de ellas es la música.
Por cierto, ¿habéis leído el libro de la selva? Forma parte de mi formación...
@ carme: el de Rudyard Kipling? el libro de las tierras vírgenes? muy bueno! durillo...
ResponderEliminar