martes, 12 de enero de 2010

Un tiempo para cada cosa

Saben los buenos marineros que para una buena navegación es necesario que en el buque haya un sitio para cada cosa y que cada cosa esté en su sitio. De la misma manera podemos afirmar que se requiere de tiempo para hacer cosas y que cada cosa necesita de su tiempo

Parece sencillo, y dicho esto se podría dar por terminado este post por ser ésta una de aquellas verdades fundamentales sobre la cual parece imposible que pueda haber un desacuerdo.

No obstante, nada más alejado de muchas de las realidades en las cuales nadamos ya que, lo cierto, es que queremos esas cosas pero no disponemos de tiempo para hacerlas o les dedicamos menos tiempo del que requieren para hacerse... Realmente tengo mis dudas de que a veces se quiera nada en concreto como no sea simplemente el querer hacer como que se quiere algo… Y es que todo parece un trabalenguas, pero es que la realidad es todavía más incomprensible y en el fondo de muchas retinas se aprecia tal oscuridad, respecto a este tema, que incluso parece intuirse la formación de estalactitas.

Y así nos vemos confundiendo la rapidez con la inmediatez porque el hecho de que algo sea rápido no necesariamente requiere que sea inmediato. Algo se puede hacer rápidamente y requerir de mucho tiempo por parte de una mano experta que, aun así, seguramente lo hará mucho más rápido que otra, simplemente por ser más ágil y/o estar más habituada.

Cómprate un traje en Zara, te lo darán inmediatamente y no dejará de ser un traje. Ahora bien, no esperes que se te ajuste y proyecte tu cuerpo como si hubiese sido hecho a medida, para ello deberías esperar un tiempo…el necesario para que lo hicieran exclusivamente para ti… Si se tratara de un buen sastre o de una buena modista seguro que no se demoraría más de lo necesario. En definitiva, tú escoges entre el fast-food o un restaurante con manteles de tela, siempre se trata de lo mismo, de comer, pero no es el mismo comer ni se come lo mismo. Los dos sirven pero no a la misma finalidad.

No pretendo hacer un elogio a la lentitud, simplemente insistir en que cada cosa requiere de su tiempo, que no necesariamente ha de ser ni mucho ni poco, sino simplemente del suyo. Además, no es que lo rápido sea malo, pero no por ser rápido es bueno y, a veces, muchas veces, parece que es esto lo que se compra [o se vende] simplemente la rapidez inmediata.

Y de este modo corremos y corremos para formular estrategias a cuatro años en tan sólo una tarde, o invertimos poquísimo tiempo en reuniones de toma de decisiones de indudable [y a la vez sospechosa] importancia, o invertimos una cantidad ínfima de tiempo en escuchar a nuestros equipos y personas o enviamos mails sin revisar el texto ni el formato y, entre muchísimas más cosas, tampoco le dedicamos el suficiente tiempo a pensar en aquellos aspectos que requieren ser meditados a conciencia…

Y todo porque aquello de ‘eso lo necesito para ayer’ nos pareció ingenioso y nos hizo sonreír en su día… vaya gracia…

16 comentarios:

  1. Desgraciadamente nos pagan por hacer las cosas... pero pocas veces para hacer bién las cosas.

    Y mucho menos nos pagan para pensar en cómo hacer las cosas...

    Estamos en una sociedad donde la velocidad es inherente en cualquier acción y, además, cada vez es más rápida, es una cualidad que se persigue, (es curioso esto de perseguir a la velocidad ;-)

    La paciencia no es un valor que esté de moda...

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  2. Me gusta el matiz entre lo rápido y lo inmediato. Nunca lo había pensado (y yo pienso mucho, aunque no muy rápido :)

    Así que lo rápido respondo (a veces) a la habilidad, lo inmediato (casi siempre) a la vulgaridad.

    Genial
    ...y cuidado con el fast-food!

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  3. Cada cosa necesita su tiempo... Nos agobiamos por la prisa por hacer, por los tiempos de acción, aquellos que cuentan desde que nos arremangamos y nos ponemos manos a la obra. Pero hay otro tiempo [precioso], que es el destinado a pensar, a devanar inspiraciones y ovillar ideas. Un tiempo que es íntimo y del cual nosotros somos los únicos responsables de administrarlo como corresponde. Si este tiempo sedimenta y da fruto, lo que puedan parecer ratos perdidos (¿perdidos?) son espacios que nos acercan imperceptiblemente a lo necesario para ser ágiles sin necesidad de ser veloces. Un bello post.

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  4. Pararse, sentarse, charlar .... esas cosas que yo personalmente echo de menos.
    Nosotros compramos aparatos que luego el personal no sabe utilizar correctamente porque nadie se "para" a enseñarles .... no hay tiempo ¿os imagináis lo que nos cuesta eso? .... mejor no saberlo.
    Buena reflexión, gracias.

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  5. Hola Manel, de verdad, gracias por tu acogida.

    Pues yo os animo a seguir los pasos del tal Honoré y darle culto a la "lentitud" que para mi es atención, conciencia y sobre todo presencia. y no ineficacia, falta de energía o cosas similares. Después de pasarme 20 años corriendo en muchas direcciones y sin saber muy bien para qué, decidí parar. ¿Difícil?, sí. Pero para poder hacerlo me fui a vivir a un pueblo muy, muy pequeño al lado del mar. Es increíble la cantidad de tiempo que se tiene para todo: comer, trabajar, charlar, pasear,... Cuando tengo que acercarme a las ciudades por trabajo, uf! que desperdicio de vida. Ahora tengo la sensación de que las ciudades son claramente la expresión de la locura. Aunque mi entorno me diga que la loca soy yo.
    Y todo esto me conecta con mis clientes que cada vez piden más resultado con menos tiempo invertido y cuando trabajas para que la gente aprenda cosas nuevas, formas de trabajar, actitudes, en definitiva para que transformes su cotidianidad en otra coas, pues, la verdad me parece una aritmética imposible. ¿cómo se pueden desarrollar competencias profesionales con píldoras on line de 3 horas? ¿os hacéis la misma pregunta?

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  6. Bonito post. A mí una cosa me ha llevado a la otra y no he podido dejar de asociar, a veces, la velocidad (la inmediatez ya ni te cuento!) con la falta de intensidad… ahí creo que está el problema. Encontrar ese equilibrio que nos permita saborear, planificar, vivir, sin rebajar la intensidad del placer, del análisis o del momento, tanto da. La lentitud tampoco garantiza nada. El secreto, como siempre, está en lo más difícil, el equilibrio... creo (pero seguiré reflexionando, que el tema lo merece)

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  7. Sería preciso darme un tiempo para comentar como quisiera este artículo, pero no dispongo del mismo, es decir, que lo haré de forma rápida e inmediata (posiblemente sin brillantez). Lo hago así, sencillamente, porque el mensaje que quiero transmitir es que me ha encantado el enfoque del artículo y, aunque podría decirlo afinando otras argumentaciones, el objetivo principal es simple: felicitarte.
    Un abrazo!

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  8. Hola Manel,

    He leído rápidamente tu post e inmediatamente me he dado cuenta de que debía releerlo con más calma. A veces lo obvio resulta oculto u ocultado por la práctica cotidiana. A veces siento que el correo electrónico en las organizaciones es un arma de doble filo, porque es una herramienta magnífica que facilita enormemente la comunicación, pero ha generalizado el hábito de esperar respuesta con inmediatez, aunque lo que se esté 'pidiendo' en él sea complejo y precise de reflexión previa. Existen frases del tipo "hace una hora que te he mandado un correo y aún no me has respondido" que me enervan y me sublevan, sobre todo porque paralelamente a la exigencia de inmediatez, llevan implícita una infravaloración de nuestro tiempo de trabajo si dedicamos más de una fracción de segundo a resolver o a atender las peticiones que nos llevan, independientemente de la complejidad que puedan presentar.

    Perdona por haber escrito un párrafo tan largo para decir tan poca cosa, pero es que no tengo tiempo para resumirlo. ;-)

    Un abrazo.

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  9. @MarcG: Cierto, vete tú a saber porqué le pagan al que paga…pero seguramente tampoco es por esto… Sí que es curioso esto de “perseguir la velocidad”, le podríamos llamar la “lógica del correcaminos”, eternamente persiguiendo algo que por sí mismo siempre se hace inalcanzable…;-)

    @Odilas: Eso de que piensas mucho pero no rápido debe ser garantía de que tus pensamientos, independientemente de si buenos o menos buenos, deben ser, al menos, tranquilos. Lo cual ya es algo de por sí, muy bueno ;-) Quizás la habilidad sí que genera rapidez [no tengo claro que la rapidez sea siempre consecuencia de la habilidad…ya me entiendes…]. Tampoco sé si la inmediatez siempre responde a la vulgaridad, hay cosas que han de ser a más inmediatas mejor…no sé…pongamos por ejemplo servir el Dry en la copa, sería terrible dejarlo en el vaso mezclador, aunque sea por breves momentos, ya que se mezclaría con el agua del hielo… Pero entiendo que, en el contexto donde lo aplicas, estas correspondencias deben ser tal cual. Muchas gracias por pasarte y comentar MJ…iré alerta con el fast-food….

    @Anna: Gracias Anna. Sí, lo mismo que en un tiempo se hablaba de aquello del coste de la “no-calidad”, nos llevaríamos las manos a la cabeza se supiéramos el coste que supone, diariamente “no-pensar”…

    @Juana: Totalmente de acuerdo, no invertir tiempo en hacer las cosas bien nos lleva a malgastar el poco tiempo del que nos quejamos tener. Como comentaba con @Anna, los costes deben ser terribles…

    @vale: Hola Silvia. Sí, de seguir los pasos de Carl Honoré mi ritmo cardíaco sería más “sostenible” y, sospecho, que contribuiría a que lo fuera el de l@s que me rodean… Vivimos en una época de inmediatez, se omite el proceso intermedio…y, no, al menos yo no creo que en 3 horas se desarrolle ninguna competencia aunque, visto como se trata el tema y a lo que se le llega a llamar competencias…

    @Francesca: Sí, quizás este culto a la inmediatez desemboca en vidas extensas pero poco intensas. Importa poco la experiencia en sí, lo que cuenta es la cantidad de experiencias…no profundizar, moverte rápido, quedarte en la superficie…Esto aplicado al mundo de las organizaciones explicaría la tontería en la que se ven sumidas muchas de ellas… Sí, quizás conviene tomarse su tiempo y seguir pensando…te sigo.

    @Nacho: Y no sabes lo que te agradezco el que hayas dedicado parte de este precioso tiempo a valorar el post. Gracias amigo!

    @Joanka: Es como si, de alguna manera, el progreso nos hubiera llevado a un total desconocimiento de los mecanismos y engranajes que se han de poner en marcha y funcionar para que se produzca algo. Este es un mundo feliz en el que, simplemente deseándolo, se ha de producir algo…independientemente de lo que cueste elaborarlo. Se obvia el proceso, nos hemos quedado solo con el input y el output. Un abrazo,

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  10. Exige mirar alrededor y decidir. Decir que no a propuestas sugerentes y atractivas.

    Esforzarnos en matizar y llegar a sitios nuevos, avanzar en trabajos hasta lugares dónde no pagan.

    Parar, releer, repensar y sistematizar lo que aprendemos.

    Un poco de escucharnos a nosotras mismas, nuestro cuerpo, quitar ruidos o escucharlos de otra manera...

    No es otro reto. Es el reto.

    Un abrazo

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  11. @Gallas: Justo! El reto… No hubiera podido explicarlo mejor.

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  12. Pues sí... Incluso confundimos rapidez con velocidad... Y de la física aprendemos que la urgencia tiene que ver con aceleración...
    Estaba precisamente escribiendo sobre eso... Excelente post y excelente conversación.

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  13. Hola amigo Manel (aunque @arey dice que no se debe intimar, jeje):
    Los japoneses que tanto han estudiado el tiempo y los recursos, han desarrollado un método que llamaron las 5Ss. Se trata entre otras cosas, de tener una lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar.

    Así debería ser en todo, en las acciones y hasta en los pensamientos, no?

    Eso ayudaría
    Un abrazo,
    Alberto

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  14. @Facility Manager: esta frase que atribuyes a los japoneses [un sitio para cada cosa y que cada cosa esté en su sitio] es la que encabeza el post. A mí me la enseñó un patrón de barco cuando aprendía vela, de tan nervioso que se ponía al ver la cubierta que le estaba dejando… Supongo que esta manera de hacer ordenada, priorizando y con previsión es lógica en cualquier situación que pueda desembocar en un escenario críticamente vital como por ejemplo el navegar o cualquiera de las múltiples situaciones críticas que pueden montar los japoneses…
    Un abrazo,

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  15. Vaya, no habia leido este post. Me gusta porque se mueve en territorios conocidos pero complejos. La idea de discernir entre "rapidez" e "inmediatez" es muy pertinente. Tendemos a confundirlo. Al final, como ha dicho alguien en los comentarios, se trata de encontrar el dichoso equilibrio, ¿quien lo consigue? que levante la mano, y nos cuente....
    "Cada cosa requiere su tiempo", pero decir eso es como no decir nada, porque todo es relativo. Cada cual tiene un ritmo, un "tempo vital" que asigna a cada cosa un tiempo determinado que considera "razonable", y ahí nos engañamos bastante, según cómo vayamos de revoluciones.
    Darse un paseo por la playa puede "necesitar" un tiempo X para tí, mientras que para mí un tiempo 5X, y sin embargo estar los dos equivocados. Digo equivocados porque eso es lo que creemos. ¿Quien nos enseña a calibrar con equilibrio el tiempo merecido de cada cosa que hacemos?
    Perdona el trabalenguas... pero es todo (para bien y para mal) tan relativo...

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  16. @amalio: Razón tienes colega, además ya sabemos que el tiempo, como decía Momo, radica en el corazón de cada persona. Este post se inspira en las prisas que nos damos para abordar temas que requieren de otros tiempos…como hacerlo bien si no? No hace mucho, en tu blog comentabas también sobre la necesidad de, no tanto de ir lentos, como de darnos el tiempo necesario...¿te acuerdas? Creo que era en relación con el movimiento slow. Gracias por tu comentario.

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