viernes, 17 de diciembre de 2010

Participación: algunas advertencias

Aunque lo parezca y pueda serlo, este artículo no se cocina desde la idea de ser un complemento a otro post anterior donde también se trataba el tema de abrir ámbitos de participación a los equipos y a las personas cuando se trata de dar forma y elaborar los referentes estratégicos de una Organización [planes directores, de formación, de comunicación, etc.]

Más bien se trata, como al final he especificado en el título, de un conjunto de advertencias muy, muy básicas, inspiradas en las miradas de codicia que observo cuando transfiero experiencias, resultados y/o planteo los beneficios inmediatos de instaurar procesos participativos.

Así pues, creo que a la hora de enfocar ese tipo de mecanismos hay que estar especialmente alerta en no caer en ciertos tópicos de alguna manera interrelacionados:

1. Hacer participar por hacer participar, porque gusta la idea, queda bien y contribuye de manera decisiva a ese sospechoso complemento de la imagen al que, actualmente, se denomina “marca personal”. Sin que sea necesario cursar estudios especializados ni sumergirse en la más abstrusa bibliografía, es imprescindible que la filosofía que se halla detrás del impulso de dinámicas participativas [aprovechar conocimiento, construir conjuntamente, implicar, etc.] emane de uno mismo e impregne de manera decisiva el conjunto de la acción.

2. No concretar el porqué de la participación. Esto es, no contemplar que la aplicación de procesos realmente participativos es algo raro, poco común y que suele ser espontáneamente interpretado como falsas cesiones del poder de la opinión al grupo. Aplicarse el sencillo principio aconsejado en el primer punto, es decir, explicar hasta la saciedad los principios a los que obedece la utilización de este tipo de dinámicas, es evitar que los equipos y las personas etiqueten con un #nomecreonada el conjunto de la acción.

3. Impulsar la pseudoparticipación, entendida ésta como la introducción de dinámicas participativas que son un fin en sí mismas y donde los resultados importan poco, no se aprovechan o no se tienen en cuenta como productos legitimizados por el grupo de trabajo. Tristemente los espejismos de participación son una de las ilusiones ópticas más frecuentes en nuestras organizaciones…

4. Confundir participación con la colegiación o la toma de decisiones asamblearia. Muy frecuente en mentalidades del todo o nada, donde no existen puntos intermedios que constituyan la melodía que seguirá la toma de decisiones y que, a menudo, acompaña a personalidades que sienten la necesidad [y el consecuente miedo] de exportar de manera unívoca la imagen contraria de lo que realmente quieren ser. Vaya, como cuando el que quiere todo para sí interpreta que generosidad es, justamente, desprenderse de todo y no quedarse con nada [quisiera llamar la atención sobre los componentes de autoflagelación que conllevan este tipo de actitudes…]

5. Falta de criterios claros y objetivos para la toma de decisiones y/o priorización de las ideas. Este es uno de los aspectos que abonan el punto anterior y donde prestarle especial atención ayuda a disipar muchos de los miedos que genera ceder a los equipos y a las personas la palabra. La guinda sería no imponer estos criterios y diseñar dinámicas participativas para determinarlos, pero esto, insisto, ya es para obtener “nota”.

6. Competir para colaborar. Es decir, apagar las individualidades en aras a una falsa promoción de la colectividad, muchas [demasiadas] veces para enmascarar la necesidad de ser reconocido como el único individuo...
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En la fotografía, participantes del Master en Marketing Político y Comunicación del 2010, impartido en el ICPS [Institut de Ciències Polítiques i Socials]

9 comentarios:

  1. Me viene de perlas tu reflexión. Estamos "intentando" coordinar el cambio de una mesa de quirófano en una unidad, la complejidad es debida a la falta de comunicación entre ellos, pero ¿quién tiene los reaños de decírselo? .... porque entre tener la autoridad y ser un autoritario hay una delgada línea, entre dejar participar y que el personal quiera "enmascarar la necesidad de ser reconocido como el único individuo .... " también es una diferencia sutil ....
    Me gustaría colocarlos a todo juntos y que le dieses un curso.

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  2. Hola Manel, ya de regreso. Te tengo que contar los motivos.
    Me encantaría saber que haces como estrategia de trabajo, con los post it, parece bien divertido. Si no lo cuentas por acá, me envías un correito,
    Salludos
    Alberto

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  3. Manel:
    acabo de comentar la excelente entrada de Asier sobre si participar es una actividad facil o dificil.
    Ahora leo la tuya. En fin, este tema me atrae muchisimo, como sabes.
    Las "dinamicas participativas" como un fin en si mismo,interesante asunto. La "marca personal" que quiere posicionarse como guay-de-la-muerte por su propia inseguridad. Autoridad vs. autoritarismo, como comenta Juana. En fin, yo creo que esto de "jugar a la participación" es algo que es creible o se cae por su propio peso. Es muy dificil disimular o aparentar. Y es que siempre termino diciendo lo mismo, ya voy a aburrir. Esto sera verdad si: ¡¡se predica con el ejemplo!!
    Otro asunto que me preocupa es el de la "eficiencia" de los procesos participativos. Creo que tenemos que "engrasar" esto, porque las organizaciones necesitan encontrar un equilibrio entre participación y tempo de respuesta. Vivimos donde vivimos: una sociedad que exige rapidez.
    Un abrazo, amigo... seguimos pensando :-)

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  4. @Juana, difícil el caso que traes…supongo que no siempre se trata lo mismo cuando se “trata” algo y los aspectos individuales pueden pesar más que los colectivos u organizativos…ya lo dice el refrán que “no es productividad todo lo que reluce”. Malogradamente, en ciertos balances pesan más cosas que no deberían pesar tanto, si no, todo sería más sencillo. Las evidencias cantarían y el personal se pondría manos a la obra. Quizás se debería cambiar la mesa en su conjunto [me imagino que esto es poco menos que imposible]… pero sí, alguien debería decirle algo a alguien aunque también sea del todo inútil esperar algo.

    De hecho, hace muy poco que se espera que los directivos dirijan [sobre todo en las administraciones]. Este es el principal determinante de que, hasta el momento, algunos se limiten, como mucho [y los mejores], a mandar y una gran mayoría no intervenga para evitar el conflicto.

    Gracias por el comentario Juana, un abrazo.

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  5. @Facility Manager: Hola Alberto, con Post It de diferentes tamaños vengo trabajando desde hace unos [muchos]años pero confieso que, desde hace un par de ellos, y coincidiendo con la revisión que estoy haciendo sobre las metodologías utilizadas en consultoría los utilizo mucho más. Así pues los hago servir para valorar actividades, para realizar análisis y valoraciones organizativas, para priorizar ideas, valores, etc.

    Me gusta la técnica porque es “abierta” y, al contrario de los cuestionarios, informan a tod@s. También aprovecho la posibilidad que dan de integrar y promover la opinión de tod@ y, por supuesto, su movilidad para ser agrupados y etiquetados.

    Actualmente, y dentro de las buenas costumbres que estoy adquiriendo, hago una foto de estos paneles que elaboran mis clientes, los llevo inmediatamente a mapas mentales y los cuelgo en la correspondiente wiki de proyecto. Todos ganamos, se pierde poco conocimiento y yo gano mucho tiempo…

    Me alegro de que vuelvas a estar en “activo” Alberto. Hace poco me han hablado de un proyecto en Venezuela pero no me quiero hacer ilusiones [¿te imaginas?] :-)

    Un abrazo,

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  6. @Amalio, Coincido en lo que ha comentado Molini en el post de Asier, concretamente en aquello de que se trata de invertir los tiempos. Creo que al final, como poco, todo suma lo mismo y, lo más probable, es que se obtengan resultados más rápidos, fiables, duraderos y eficientes trabajando como es debido, tratando a las personas como tales y considerando que debajo de cada mata de pelo se halla, casi seguramente, una corteza cerebral con sus surcos, circunvoluciones y todo… Convencer al cliente de lo que conviene en términos de sostenibilidad empresarial [y personal] forma parte del contrato tácito en consultoría.

    Hay que plantearse si se poseen competencias suficientes para hacerlo y también si se tienen las agallas para desestimar un proyecto cuando lo que se busca no es un consultor, sino un escribiente, un #correveydile o al conejo con prisas de Alicia. En fin, ya hemos hablado de esto alguna vez en el marco de la consultoría artesana.

    Un abrazo colega y gracias por pasarte y comentar Amalio.

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  7. Interesante. Creo estar a favor de la participación auténtica (¿hay otra forma de crear valor por parte del trabajador del conocimiento?), y sin embargo confieso que creo haber caído en todos y cada uno de los riesgos o advertencias que describes. Espero aprender desde los errores.
    Gracias.

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  8. @javier ruiz, Seguro que estás a favor de ella Javier y seguro que valdría la pena saber cómo te va en tu práctica, porque también estoy seguro que eres alguien que aprende de sus errores [lo primero y más importante es detectarlos y admitirlos].

    Gracias por pasarte por aquí y comentar. Nos leemos.

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  9. Amigo Manel; gracias por las ideas que me indicas con los post it pero habría que ver un ejemplo para entender.

    Sería increible que pudieras venir a America. Te atendería en mi tierra querida y tan golpeada actualmente. Ojalá puedas venir pronto. Yo espero viajar este año para Catalunya tambien. Así podré salir en el vídeo del año próximo.,
    Abrazos artesanos,

    Alberto

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