viernes, 7 de septiembre de 2012

Llevo ya…

…un par de borradores totalmente acabados de posts que, al final, he decidido no publicar.

En uno abordaba el tema de la utilidad de la formación para directivos desde el punto de vista de los escasos indicadores de su puesta en práctica y aplicación. Mi intención no era otra que cuestionar los programas formativos que se imparten en la actualidad desde la perspectiva de su impacto en las organizaciones.

¿Se puede hablar de un antes y un después en aquellas organizaciones, departamentos o unidades en las que su directivo, líder o como quiera denominársele, haya realizado uno de estos costosos cursos?

Una pregunta, no sé si muy original, pero con su jugo ya que podía mover a la reflexión sobre los diferentes objetivos y cuestiones metodológicas a tener en cuenta para abordar futuros programas formativos con más aplicabilidad a la realidad del momento y a la de nuestras organizaciones. Al final me ha salido un exabrupto en el que parece que cargue contra los profesionales de la dirección toda la responsabilidad por no aplicar un conjunto de contenidos que, por otro lado, estoy convencido que han quedado ya obsoletos. En total, unas novecientas palabras que no aportan nada nuevo bajo el sol y con un tonillo irónico que hasta a mí mismo me saca de quicio.

Aprendida la lección del fiasco de artículo anterior y centrándome en el papel que le toca a la mortaja de incertidumbre con la que nos envuelven estos tiempos, he querido plantear el tema desde otro punto de vista. En una sociedad presa de la impaciencia y fácilmente irritable cuando no se materializa al instante aquello que se desea, con el futuro capturado por el presente más inmediato y donde obtener resultados rápidos y resolver la urgencia a la que es elevado cualquier problema es el indicador de la eficacia por excelencia: ¿Tiene algún sentido seguir responsabilizando a nuestros directivos de la atonía actual y seguir bajando la testuz, insistiendo, dale que dale, en las consabidas capacidades para liderar, al margen de las dificultades del entorno para dar una oportunidad a que éstas tengan alguna posibilidad, sin que [toca respirar que la pregunta es larga] estos profesionales sean expulsados a patadas de sus puesto de trabajo por soñadores inoportunos e iluminados?

Y aquí me he puesto a disertar, inspirado por alguna que otra lecturilla de verano, de aquellas que llevan incorporada protección solar y que te dejan blanco por la dificultad minotáurica con la que plantean cualquier salida a la situación actual, y he acabado escribiendo cosas como ésta:

“Bajando en picado escalones en la pirámide de necesidades de Maslow, que me diga alguien cómo se puede motivar hacia la transcendencia [del servicio, equipo u organización] cuando no están satisfechas las necesidades de seguridad, una de las más básicas situadas en el segundo escalón del clásico esquema. Difícil, muy difícil promover la innovación o inocular herramientas de crecimiento personal y organizativo cuando pende peligrosamente una espada de Damocles incluso sobre aquellos puestos de trabajo que se consideraban, hasta ahora, los más seguros.”

En definitiva, cuando llevo ya unas quinientas palabras escritas me siento poseído como un monje dominico llamando a las cruzadas, sumergido en las tinieblas del apocalipsis e hipnotizado en un discurso que nada propone, nada añade, depresivo y ciego.

Total, que he decidido abordar este tema otro día, seguramente desde otra perspectiva y cuando tenga algo útil que aportar. Mientras, me vuelvo a sumergir en la refrescante lectura de Mal de escuela [Daniel Pennac], una deliciosa recomendación del amigo Asier, corriendo a subrayar y compartir un fragmento que, aunque parezca que no viene al caso, me parece ideal como colofón a este post:

“No pierdas la cabeza, nada ocurre como está previsto, es lo único que nos enseña el futuro al convertirse en pasado”
---

En la fotografía: "esborranys" de [cumClavis]


18 comentarios:

  1. me he reído mucho con la imagen del dominico echando exabruptos a las huestes. Lo mismo es que necesitabas escribir esos posts como catarsis, que además es algo que suele funcionar. Conveniente destruirlos después, por supuesto.

    Supongo por otro lado que es posible que los directivos hagan algo similar con los consultores...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo un problema con esto de destruir…algún día tendré un disgusto…seguro! ;)

      Yo también supongo que los directivos deben hacer lo mismo, además, tácitamente creo que de alguna manera sabemos que, como ocurriera con Prometeo, en el desarrollo de determinados oficios uno debe ser inmolado y regenerarse una y otra vez … ;)

      Eliminar
  2. LLevo un rato escribiendo "barbaridades" .... casi que no las pongo ....

    Solo se me ocurre una frase que me gusta: "La Vida .... tiene un Plan" .... lo iremos viendo con el tiempo ....

    Nota: Creo que mi "frase" tampoco parece que venga a cuento jajajajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Confío en tu criterio Juana, tanto si pones como si decides no hacerlo. ;)

      Nota a la nota: Pues no sé yo si la frase que nos dedicas no viene tan a cuento…, no deja de tener su miga… :)

      Un abrazo

      Eliminar
  3. Menos mal que no has desechado los borradores y que de su reciclado y combinación has creado este otro.

    Quizás la censura que te autoimpones en aras a publicar textos de la máxima calidad, sea demasido estricta.

    ¿No estarás en ocasiones sometiendo a una dictadura a tu talento?

    Me gusta la entrada y me gusta la traza de esborranys. Zorionak.

    Y sí, la última frase viene que ni pintada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tomaré en cuenta esta advertencia Pau, aunque lo de la “máxima calidad” lo tome más como un amable cumplido, lo cierto es que en lo más profundo de mi formación se respira más el ambiente asfixiado de los cirios que los aires libres y frescos en los que se desarrollaron generaciones posteriores.

      Muchísimas gracias por tu comentario Pau. Un abrazo.

      Eliminar
  4. … y cuando tenga algo útil que aportar :)

    Sería un buen título para un post al estilo monje dominico llamando a las cruzadas contra los que proponen esos discursos que nos invaden y nada aportan. La imagen es buena sí, yo tampoco he podido evitar la risa cuando leí ese párrafo.

    Indicadores para el impacto en las organizaciones de la utilidad de los programas formativos de sus directivos… Sí, parece importante. Y necesaria para el futuro… si es que quedan organizaciones. Y no me parece mal la propuesta de Goio, que los directivos hicieran lo mismo con los consultores, no vendría mal un poco limpieza, de utilidad y de orden antes de ponernos de nuevo con lo de la trascendencia. Aunque estoy pensando que se me debió colar el espíritu del monje dominico porque de repente he tenido una extraña asociación de ideas con la Revolución Francesas… #quecosas

    Que bien que hayas traído a Pennac, se me había olvidado (“El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir.”). De nuevo en las garras de la adicción lectora ando yo remezclando recomendaciones de los amigos con mi des-ordenado afán investigador. Si es que ya no está una para repetitivas Apocalipsis. O conversaciones tranquilas o la metralleta, por favor.

    Lo de tirar los borradores es una buena medida para la salud mental. Creo que voy a hacer limpieza en el área interna de mi blog.

    El martes parece que va a ser un día importante. Mando un abrazo fuerte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo, en cambio, soy de tirar poco. Confieso que he intentado cambiar en aquellos momentos en los que desprenderse de cosas y “hacer limpieza” ha estado más de moda. Pero no me siento bien haciéndolo…acabé de verlo mientras revisaba con mi madre antiguos materiales infantiles que ella guarda celosamente. Para mí que no quiero renunciar a esos breves momentos de reencuentro entre el que soy y el que fui, lo admito como una “manía” mía y entiendo otros puntos de vista. Respecto a los materiales documentales [entre los que incluyo los “esborranys”] me veo a menudo revisándolos o acabo normalmente utilizándolos de una manera o de otra. Esta es mi especialidad, el poner en comunidad contenidos que aparentemente están en las antípodas. Lo admito también como otra singularidad.

      Efectivamente, para el martes hay organizada una de buena, no se si será importante pero lo que sí que es seguro es que será muy especial y muy emocionante. Muchas gracias por el abrazo Isa! :)

      Eliminar
    2. Uf, me temo que hablaba de lo que me gustaría hacer pero no hago. Ni te cuento todo lo que guardo y a lo que no puedo (incluso creo que no debo) renunciar. Como bien sueles decir, hay que diferenciar el proceso de aprendizaje del de desarrollo y lo que guardamos sirve, entre otras cosas, para vernos en nuestra auténtica dimensión.

      Yo también me re-utilizo constantemente :)

      Eliminar
    3. Me consta que dispones de un buen sistema de archivo y disciplina para llevarla a cabo, eso ya es mucho…;)

      Eliminar
  5. Los has publicado, Manel, al menos yo lo siento así.

    "Que nada propone, nada añade..." No estoy, en absoluto, de acuerdo. Aportar no tiene que ver con respuestas o soluciones. A mi modo de ver, se vincula más con preguntas e indicaciones de caminos a la reflexión. Exactamente, lo que tu disertación y tus "esborranys" han hecho.

    Pensando, simplemente, en las sonrisas provocadas en algún momento de la lectura no me quedan dudas de la utilidad de tu aportación, pero añado las cuestiones planteadas, la invitación a profundizar, la inquietud generada ...

    No traes el fuego, no. Pero, quizás, no es el fuego lo que los mortales queremos ...
    O necesitamos.

    "En este mundo en el que vivimos la única constante es el cambio". Lo dijo Heráclito de Efeso, intuyendo ese futuro que se convertiría en pasado, hace 2.500 años.

    Intentaré, pues, no perder la cabeza.

    Laister arte!! Muxu!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí Marta, creo que también. Me llevé el espíritu de los dos textos y le di un cuerpo más amable a base de plantear las dificultades para conseguirlo.

      Llevas razón cuando dices que aportar no tiene que ver necesariamente con dar respuestas o soluciones, pero esta inquietud que dices que se ha de generar ha de estar dirigida al crecimiento y dibujar una sonrisa en el lector distinta a aquella que pueda generar la comicidad de quien escribe a partir de cómo se describe. Ya sabes a qué me refiero, se trata de aquella sonrisa que emerge de dentro cuando aquella reflexión a la que se es inducido apunta a la existencia de posibilidades. Poco importa que un argumento sea cierto si no lleva a nada que pueda girar en el mismo sentido que la rotación del planeta.

      Interesante la reflexión que abres entre la relación que se establece,al menos en este mundo de la consultoría, entre lo que se quiere y lo que se necesita. Creo que voy a tirar de ese hilo para un futuro post ;)

      Laister arte, Marta

      Eliminar
  6. Manel, es realmente un gusto leer tus post, no sólo por sus mensajes sino por tu hábil y amplio uso del lenguaje para hacer de temas profundos un acercamiento ameno a todo tipo de lectores. Rescato algunas palabras:

    "mortaja de incertidumbre"
    "...Y aquí me he puesto a disertar, inspirado por alguna que otra lecturilla de verano, de aquellas que llevan incorporada protección solar y que te dejan blanco por la dificultad minotáurica con la que plantean cualquier salida a la situación actual"
    "monje dominico llamando a las cruzadas, sumergido en las tinieblas del apocalipsis e hipnotizado en un discurso que nada propone, nada añade, depresivo y ciego."

    Genial!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísima gracias Begoña, no sabes lo que me satisface que me digas que los temas puedan ser cercanos incluso a personas que puedan hallarse un poco más lejos del ámbito que suele desgranarse en este blog. Respecto a la escritura…sinceramente creo que es tu mirada de poetisa la que la vuelve bella.

      Un abrazo!

      Eliminar
  7. Hace un tiempo sellé en un verso la promesa de participar en los blogs de dos buenos amigos.

    Desde entonces mi participación es real pero imperceptible.

    Siento que no tengo nada que aportar, por eso han sido muchas las notas y comentarios que no me he atrevido a enviar.

    Antes de que me digas lo contrario, este comentario te llegará...
    ... con un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La mejor de las aportaciones, "Anne". No sabes cuanto me alegra verte aquí :)

      Un abrazo fuerte.

      Eliminar
  8. La imagen es estupenda, tan identificativa, tan realista, tan constructiva… como la reflexión que acompañas.

    Tirando de retranca gallega, hay un refrán que me encanta y que para mí es ilustrativo en muchas situaciones “nunca choveu que non escampara.”

    Me sumo a la lectura de “Mal de Escuela”!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De D. Pennac me enganchó la lectura de Como una novela, se trata de un librito de 169 páginas deliciosamente escritas que dan que pensar a parte de educar indirectamente en el arte de escribir sencillo y claro. Una joya absolutamente recomendable, de hecho ya lo he hecho [recomendarlo] y el feedback ha sido el que esperaba. "Mal de escuela" sigue la misma línea pero influye que para mí, el autor, es conocido y "querido" por el anterior.

      Muchísimas gracias, Tamara, por tu valoración. Un abrazo!

      Eliminar