Caminamos ligeros pero sin prisa en busca de una de las manadas de caballos que se hallan pastando por la zona. El entorno es impresionante, el Pla de l’Orri va abriéndose dócilmente ante nosotros mientras Mauri detalla la transformación espectacular que experimenta un caballo [de hecho cualquier ser vivo] cuando se desenvuelve en total libertad, de manera natural, fuera de las condiciones “infraequinas” a las que suele estar sometido en un picadero. Como es de suponer no puedo evitar establecer siniestros paralelismos con la vida en nuestras organizaciones.
El paisaje presta atención pacientemente a la conversación sin parecer entender que algo tan sencillo cueste tanto que nos quepa a los humanos en la cabeza.
Le pregunto sobre qué le motivó a dejar la ciudad y apostar por su proyecto. Se detiene un momento y me contesta que no fue nada en concreto…primero hubo un curso de doma natural que realizó con Rosa, su mujer, luego arreglar y hacer habitable un antiguo granero, creo que luego me contó que aparecieron aquellos asnos y que los adoptaron…
- No creo en la planificación -me dice resueltamente.- Bueno –matiza- creo que debemos levantarnos siempre con un plan pero que hemos de estar abiertos a que, cuando nos acostemos, no sea ya el mismo. Planificar no debe impedir que cambiemos de idea si se nos presenta algo con lo que no contábamos y nos gusta.
Maurici y Rosa impulsan desde hace 5 años un proyecto enfocado a difundir el conocimiento, la comprensión y el respeto por los caballos, el medio rural y la naturaleza en general. En cinco años han llegado a hacerse con 103 hectáreas en la Serra de Catllaràs donde actualmente campan y se desarrollan espléndidamente 35 caballos en absoluta libertad.
Junto a la pureza del aire aspiro la salud extraordinaria de la que goza el proyecto mientras decido que la respuesta de Mauri bien vale por ella misma convertirse en este post.
--
En la fotografía, Maurici y Rosa construyendo una "cabaña de pastor."
Entradas
"Y así de potro me convertí en adulto, tan salvaje y temerario como un trueno en la tierra. Corriendo con el águila, remontándome como el viento.
ResponderEliminar¿Volar?
En ocasiones sentía que podía hacerlo".
Spirit. El corcel indomable.
Una de las primeras películas que disfruté con los duendes. Muchas veces! No se cansaban de verla, una y otra vez, en la piel de aquel mustang, mientras yo fabulaba con que la maravillosa sensación de libertad que nos embargaba se les quedara adherida en la piel para que fueran capaces, después, de reconocerla y valorarla en sus propios vuelos.
Basta una miranda al Proyecto Miranda para volver a sentirla.
Bastan tus palabras, relatando, para leer la belleza del verdadero trabajo en equipo.
Basta un sueño, al acostarse, para elaborar un plan, al despertar.
Y un plan no basta, como dice Mauri, para contener todo lo que uno puede soñar.
Un abrazo a todos!
Zorionak!
Qué acertada la cita Marta. Resulta que este proyecto cuenta entre sus actividades, el realizar stages con grupos de diferentes edades y me consta que utilizan esta película [Spirit] para inspirar algunos de sus debates ;-). La reflexión de Mauri viene al pelo en este momento de cuestionamientos varios en el marco de las organizaciones y sugiere una manera de abordar el nuevo concepto de planificación sin tener que recurrir al impulso radical de abandonarla. Tu última frase: [“Un plan no basta para contener todo lo que uno puede soñar”]transmite a la perfección la esencia de este post. Gracias :-)
EliminarEs que los días traen datos (sensaciones, ideas…) que ayer no conocíamos, ¿cómo dejar de escuchar-nos?
ResponderEliminarBonito proyecto sí :-)
El proyecto es muy bonito y conveniente a la par que arriesgado y costoso de impulsar, pero tiene todos los ingredientes “generativos” para tirar adelante y prosperar.
EliminarCreo que en este momento ya estamos bastante concienciados de que no podemos plantearnos el futuro sólo con análisis y prospectivas realizada en el pasado y que hemos de “refrescarlo” día a día, para incorporar al "tiempo" como la principal variable que determina los verdaderos retos a afrontar y la maduración de cualquier cosa.
Hace muchos años vi una película llamada "Caballos Salvajes", del argentino Marcelo Pinñeyro y está protagonizada por el gran Hector Alterio, Ricardo Sbaraglia y Cecilia Dopazo. No te voy a contar mucho más pero te diré que al leerte me acordé de ella y cuando en mi vida algo me produce dudas o ansiedad me pregunto "¿qué haría la Ángela que se emociona cada vez que ve esa película?" Ojalá, si no las has visto, puedas verla, y los protagonistas de tu historia también :)
ResponderEliminarGracias por compartir estas maravillas!