Aunque tengas poco tiempo, no digas que no tienes tiempo; aunque no se sea consciente de ello, anunciar la ausencia de tiempo siempre remite al final, a que nos pille el fatal sonido de la campana; sin tiempo no cabe la alternativa ni la posibilidad, la falta de tiempo lleva a la parálisis porque el movimiento es tiempo, sin tiempo cualquier gesto sabe a robo, a contener la respiración para detener el tiempo; donde ya no hay tiempo, no hay futuro y sin futuro no hay esperanza.
Si hay poco tiempo, no digas que no hay tiempo, ya que cuando dices que no hay tiempo sólo consigues generar, junto al estrés, la tensa sensación de llegar siempre tarde se llegue a donde se llegue, de que se está siempre fuera de tiempo, de estar consumiendo un tiempo que pertenece a otra cosa, de encadenar sin remedio continuas faltas de tiempo para todo lo que ha de venir. Si hay poco tiempo di, sencillamente, el tiempo que hay, sólo para saber el tiempo que se tiene, de nada sirve a nadie no tener ya tiempo, de nada excepto para generar malestar.
Además, no es cierto, siempre hay tiempo si hay algo que hacer y, si no lo hay, es inútil plantearse hacer nada, por lo tanto, no digas más que no tienes tiempo, di el tiempo que se tiene o lo que ya no se va a hacer por falta de tiempo, si es necesario saberlo.
Y si te preocupa realmente aprovechar el tiempo, no es necesario que repitas hasta la saciedad que no tienes tiempo, no abras un vacío bajo los pies de tu interlocutor o de tu equipo con un tiempo sustraído a todo lo que queda por hacer, di lo contrario y emociona con un “sí tienes tiempo, poco pero tiempo al fin y al cabo” y haz ver la perentoriedad de lo que se trate contagiando a los otros mediante tu uso ejemplar del tiempo: ajusta las expectativas a lo que realmente se puede conseguir, dinamiza y optimiza el tiempo en tus reuniones, facilita la concentración, no interrumpas con tus improvisaciones, no hables por hablar, respira y deja respirar, se ágil en tus comunicaciones, di el tiempo que tiene cada cosa pero, sobre todo, no digas más que no hay tiempo o que ya no tienes tiempo, porqué si no ¿qué haces ahí? ya estas llegando tarde, no pierdas más el tiempo.
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Imagen bajo la licencia de Pixabay
Y como estás llegando tarde, mandas el típico whatsapp con el "ya estoy llegando, enseguida estoy ahí" :-)
ResponderEliminarTan divertido y refrescante como cierto. Gracias Manel.
Eso es! :) Un abrazo Isabel
Eliminar¡Qué ritmo tiene este post! Fabuloso. Dan ganas de dejar de perder el tiempo y ponerse en modo ¡Acción!
ResponderEliminarGracias Javier, creo que jamás, ni estando super ocupado, te he visto sin tiempo :)
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