Este post tiene dos objetivos, por un lado está el de dar a conocer simple y llanamente a qué he dedicado esta parte del año y así despejar aquellas posibles dudas sobre en qué invierto mi tiempo y en qué se concreta exactamente mi actividad profesional como consultor. Y por el otro, el de compartir impresiones que se añaden a la reflexión que mantengo de manera perenne sobre repensar la [¿mi?] consultoría a partir de las variables que me asaltan en la arena del día a día profesional.
Así pues, en estos siete meses he llevado a cabo tres proyectos relacionados con la mejora de la comunicación interna, dos de ellos consistentes en la elaboración de un sistema de comunicación y el asesoramiento para su desarrollo y seguimiento y el otro relacionado con crear mecanismos para implicar a los directivos y mandos intermedios en la mejora de la comunicación interna de su organización. Casi en la misma línea de trabajo, he realizado un asesoramiento para la elaboración del modelo de acogida e integración de las personas a una de estas organizaciones.
También he tenido oportunidad de re-encontrarme después de muchos años con los servicios públicos de empleo, dando apoyo y dinamizando a un equipo de proyecto que tenía por objetivo elaborar un sistema de segmentación de usuarios basado en competencias para ser aplicado a procesos de orientación laboral.
En mi línea de trabajo más habitual he conducido los procesos de elaboración de un Plan Director y la revisión de dos planes estratégicos y he llevado a cabo de manera regular el asesoramiento mensual a un equipo directivo en el enfoque de sus funciones para el desarrollo de sus competencias directivas.
La renovación y simplificación de un directorio general de competencias profesionales sería el colofón a la actividad de consultoría desarrollada hasta el momento.
Por lo que respecta a la formación he llevado a cabo media docena de acciones dirigidas a realizar el análisis y reflexión sobre la dirección y el liderazgo en el momento actual, dos talleres de comunicación de proyectos en entornos profesionales, un taller sobre gestión del conflicto en entornos hospitalarios orientado a mandos intermedios, y dos acciones dirigidas al análisis y elaboración de competencias para directiv@s y responsables de recursos humanos de administraciones públicas locales. También he dado una pequeña ponencia sobre cómo enfocar las relaciones de cooperación inter-empresarial y he tenido la oportunidad de ordenar mi práctica profesional y exponer mi punto de vista sobre los aspectos a tener en cuenta para el desarrollo de la consultoría en un par de charlas.
Para la segunda parte del año tengo previsto dar soporte al equipo político y directivo de un Ayuntamiento en la elaboración del Plan de Gobierno de su ciudad. Y es muy posible que tenga la oportunidad de participar en la elaboración de un proyecto de participación ciudadana basado en el uso de herramientas digitales. Dos oportunidades estas de las que seguro que aprenderé y me permitirán adentrarme en la frondosidad de este modelo de consultoría en el que estoy trabajando. También tengo previsto para este segundo semestre formaciones varias entre las que se encuentran volver a Euskadi para seguir hablando sobre liderazgo.
Así pues, lo que parecía que iba a ser un año duro y baldío está siendo, contra todo pronóstico, productivo y muy fértil. De alguna manera parece confirmarse que el desarrollo de una consultoría de proximidad permite maniobrar y situarse, conjuntamente con quien se colabora, más en el lado de las posibilidades que en el del miedo estéril y paralizante… Siempre hay algo por hacer…
Comentaba no hace mucho en la página de una buena colega que, coincidiendo con este cambio maravilloso en la concepción de las organizaciones, y en el verdadero papel que en él jugamos las personas, que nos ha traído este momento actual de crisis, realmente la mayoría de consultores que trabajaban con una pauta aprendida, o con un stock de soluciones prediseñadas, han entrado más o menos lentamente en un proceso de crisis con aroma a debacle del Jurásico.
Yo mismo me he visto abandonando durante los últimos tres años la confianza en contenidos, métodos y técnicas que constituían mi acervo metodológico y conceptual a lo largo de toda mi experiencia como consultor. Aún así, actualmente, me siento mucho más seguro en el desempeño de mi oficio ya que, en este proceso de revisión técnica y conceptual, me ha quedado absolutamente claro que, para hacer frente a las nuevas demandas en materia de consultoría, he de liberarme del lastre de consultoría industrial y de consultolabia de años para aplicar rigurosamente un proceso aparentemente sencillo consistente en escuchar, hacer esquemas, sacar conclusiones, establecer criterios y proponer sistematización y método partiendo de dos aspectos clave: Estar re[d]lacionado, esto es, en oportunidad de escuchar las sirenas y voces que orientan la navegación en el nebuloso mar de incertidumbre actual, y hacer jugar al cliente un papel activo en la solución de sus propios problemas o en la toma de decisiones ante sus propios dilemas.
Así pues, en estos siete meses he llevado a cabo tres proyectos relacionados con la mejora de la comunicación interna, dos de ellos consistentes en la elaboración de un sistema de comunicación y el asesoramiento para su desarrollo y seguimiento y el otro relacionado con crear mecanismos para implicar a los directivos y mandos intermedios en la mejora de la comunicación interna de su organización. Casi en la misma línea de trabajo, he realizado un asesoramiento para la elaboración del modelo de acogida e integración de las personas a una de estas organizaciones.
También he tenido oportunidad de re-encontrarme después de muchos años con los servicios públicos de empleo, dando apoyo y dinamizando a un equipo de proyecto que tenía por objetivo elaborar un sistema de segmentación de usuarios basado en competencias para ser aplicado a procesos de orientación laboral.
En mi línea de trabajo más habitual he conducido los procesos de elaboración de un Plan Director y la revisión de dos planes estratégicos y he llevado a cabo de manera regular el asesoramiento mensual a un equipo directivo en el enfoque de sus funciones para el desarrollo de sus competencias directivas.
La renovación y simplificación de un directorio general de competencias profesionales sería el colofón a la actividad de consultoría desarrollada hasta el momento.
Por lo que respecta a la formación he llevado a cabo media docena de acciones dirigidas a realizar el análisis y reflexión sobre la dirección y el liderazgo en el momento actual, dos talleres de comunicación de proyectos en entornos profesionales, un taller sobre gestión del conflicto en entornos hospitalarios orientado a mandos intermedios, y dos acciones dirigidas al análisis y elaboración de competencias para directiv@s y responsables de recursos humanos de administraciones públicas locales. También he dado una pequeña ponencia sobre cómo enfocar las relaciones de cooperación inter-empresarial y he tenido la oportunidad de ordenar mi práctica profesional y exponer mi punto de vista sobre los aspectos a tener en cuenta para el desarrollo de la consultoría en un par de charlas.
Para la segunda parte del año tengo previsto dar soporte al equipo político y directivo de un Ayuntamiento en la elaboración del Plan de Gobierno de su ciudad. Y es muy posible que tenga la oportunidad de participar en la elaboración de un proyecto de participación ciudadana basado en el uso de herramientas digitales. Dos oportunidades estas de las que seguro que aprenderé y me permitirán adentrarme en la frondosidad de este modelo de consultoría en el que estoy trabajando. También tengo previsto para este segundo semestre formaciones varias entre las que se encuentran volver a Euskadi para seguir hablando sobre liderazgo.
Así pues, lo que parecía que iba a ser un año duro y baldío está siendo, contra todo pronóstico, productivo y muy fértil. De alguna manera parece confirmarse que el desarrollo de una consultoría de proximidad permite maniobrar y situarse, conjuntamente con quien se colabora, más en el lado de las posibilidades que en el del miedo estéril y paralizante… Siempre hay algo por hacer…
Comentaba no hace mucho en la página de una buena colega que, coincidiendo con este cambio maravilloso en la concepción de las organizaciones, y en el verdadero papel que en él jugamos las personas, que nos ha traído este momento actual de crisis, realmente la mayoría de consultores que trabajaban con una pauta aprendida, o con un stock de soluciones prediseñadas, han entrado más o menos lentamente en un proceso de crisis con aroma a debacle del Jurásico.
Yo mismo me he visto abandonando durante los últimos tres años la confianza en contenidos, métodos y técnicas que constituían mi acervo metodológico y conceptual a lo largo de toda mi experiencia como consultor. Aún así, actualmente, me siento mucho más seguro en el desempeño de mi oficio ya que, en este proceso de revisión técnica y conceptual, me ha quedado absolutamente claro que, para hacer frente a las nuevas demandas en materia de consultoría, he de liberarme del lastre de consultoría industrial y de consultolabia de años para aplicar rigurosamente un proceso aparentemente sencillo consistente en escuchar, hacer esquemas, sacar conclusiones, establecer criterios y proponer sistematización y método partiendo de dos aspectos clave: Estar re[d]lacionado, esto es, en oportunidad de escuchar las sirenas y voces que orientan la navegación en el nebuloso mar de incertidumbre actual, y hacer jugar al cliente un papel activo en la solución de sus propios problemas o en la toma de decisiones ante sus propios dilemas.
Felicidades por este conjunto (tan impresionante y diverso)de proyectos realizados en siete meses. Con ello se evidencia el grado de confianza (y satisfacción) que generas en tus clientes.
ResponderEliminarMe gusta especialmente tu planteamiento a la hora de afrontar los proyectos: escuchar, sacar esquemas, proponer sistematización,... y sobre todo, "hacer jugar al cliente un papel activo en la solución de sus propios problemas". No es, por desgracia, una postura habitual en el mundo de la consultoría.
Anda que si preveías un año baldío como dices...
ResponderEliminarhe comprado y empezado a leer 'lecciones de liderazgo', por cierto. He tenido que superar el momento de preguntarme a mí mismo qué hago leyendo un texto sobre liderazgo de nada menos que un militar de Vietnam, pero lo llevo bien, :-) Tal vez lleve sus explicaciones al límite -de eso va el libro, claro-, pero creo que puedo sacar cosas muy valiosas de él. Una recomendación estupenda que también has hecho este año, ;-)
Y ya que estamos con lo de leer, y un poco con lo de pedir... ¡qué interesante sería que eso que comentas sobre fomento, apoyo y seguimiento de la comunicación interna también tuviera textos de referencia que seguir! ¿Los hay? Es que, dado el caso, francamente, me gustaría echarles un ojo...
gracias por todo!
Por la descripción, la arena de tu día a día profesional ha sido ciertamente amena y animada. Y no sólo por la intensidad de actividad, sino por lo que se deduce de la tipología de trabajos, que marcan la(s) diferencias(s) con lo que se ve habitualmente.
ResponderEliminarLa lectura de este post me ha incitado a volver atrás en tu blog para traer a primera línea dos que son absolutamente imprescindibles con este enfoque: despedir al cliente y contener la demanda.
Sobre la primera parte, la descripción de trabajos, me gustaría hacerte muchas preguntas porque intuyo necesidades no cubiertas (ni siquiera intuidas) que me voy encontrando en el desarrollo de mi trabajo y que me gustaría visualizar con mayor claridad. Lo cierto es que interiorizar tus reflexiones me está ayudando a re-definirme y delimitar el ámbito en el que yo puedo aportar valor sabiendo donde se necesita una actuación experta y aportando la referencia al experto.
La reflexión final transmite osadía y serenidad porque todo empieza por repensar la [¿tu?] consultoría dejando participar al cliente y avanzando juntos en sus situaciones.
Sobre las previsiones para los meses que quedan… ¿Te das cuenta como suenan? ¡Qué apetecibles! Creo que nos esperan magníficas reflexiones para esta segunda parte del año. En fin Manel, que coincido con lo dicho en los comentarios y me sumo a las felicitaciones de Mònica y al agradecimiento de Goio.
Siga usted así por favor :)
@Mònica. Las premisas en las que se basa ese planteamiento metodológico son fundamentalmente dos: una es que el cliente tiene el conocimiento sobre la organización y los detalles que inciden en ella además de la capacidad para impulsar cualquier medida. Por ello se debe aprovechar ese conocimiento y reclutar esa posibilidad en forma de implicación en el proyecto. No hacerlo supone entre otras cosas restarle posibilidades a algo [normalmente una herramienta] que, a fin de cuentas, ha de adaptarse como un guante a la mano del/de la propietari@ del proyecto. La otra premisa es que una labor de consultoría ha de buscar que el cliente se independice respecto a este tipo de demandas. De alguna manera hay ciertas prácticas que buscan esclavizar más que independizar. De ahí que, utilizando un símil de la coctelería, la “copa” se prepare delante del cliente y no a escondidas para proteger el secreto de su elaboración…
ResponderEliminarGracies pels ànims Mònica
@Goio. Vaya! No sé si soy muy bueno con este tipo de “literaturas” Goio… normalmente me parece bastante tediosa la literatura de management. Ya sabes, estos libros con índices formados a partir de arengas con aires anglosajones e infestados de ejemplos donde un tal “Sr. Smith” hace cosas inverosímiles y poco creíbles en nuestra cultura… A veces me encuentro [suelen recomendarme] con algún libro que está mejor pero suelen ser pocos los que además son actuales… Este libro basado en Schackleton me gusto por la claridad pedagógica del índice y por la utilidad de la experiencia para marcar “lo que realmente es clave”. En los extremos se aprecia bien lo que es fundamental de lo que es superfluo…algo parecido a lo que otro autor [Manfred Kets de Vries] ha hecho buscando las clave del trabajo en equipo estudiando a los pigmeos, por ejemplo.
ResponderEliminarSobre comunicación “interna” no tengo ningún referente que me haya gustado Goio. Lo que conozco es demasiado general y a veces pelo infantil. Mis inputs sobre temas especializados suelen venir más de la lectura de blogs y de revistas a las que estoy suscrito [Harward Deusto Review, por ejemplo].
No obstante sí que me atrevo a recomendarte otro libro que, aunque no entra en el tema de la comunicación, creo que vale la pena por cómo trata el tema de los valores corporativos. Se trata de “La Antigua Roma: Valores para el Éxito Empresarial” de Antonio Ortega Parra [ed. FT Prentice Hall, Madrid, 2006] Estableciendo un interesante [y elegante] paralelismo entre la gestión de los valores y su influencia en las diferentes potencias que se enfrentaros en las guerras púnicas. Se pueden aprovechar muchas ideas aparte de ser interesante como ensayo.
Gracias por el comentario Goio. Un abrazo,
@Isabel. Realmente la descripción coincide con la vivencia. De alguna manera a lo largo de estos tres años he ido polarizando mi actividad en proyectos que me gustan y que se ajustan a aquellos ámbitos en los que me apetece investigar. Sinceramente creo que por sólo la claridad y limpieza de algunos enfoques que estoy siguiendo valen la pena tanto tiempo y esfuerzo invertido. He llegado incluso a considerar un golpe de fortuna el acercarme progresivamente a uno de mis deseos de juventud que es el de acabar trabajando en aquello que realmente me gusta…estoy satisfecho.
ResponderEliminarAunque muchos de los proyectos relacionados están analizados o descritos en posts anteriores ya sabes que estoy totalmente abierto, @Isabel, a compartir contigo aquella información que necesites para posibles cuestiones más específicas referentes a necesidades que se desvelen en tu entorno de trabajo. Uno de los aspectos más grandes que me ha proporcionado este blog es el de poder contactar con consultor@s que, como tú, considero afines en cuanto a los valores que rigen las actuaciones en nuestro maltratado oficio.
Muchísimas gracias por los ánimos @Isabel, seguimos… ;)
Hola Manel:
ResponderEliminarSiempre espero tus reflexiones semestrales, ya que vienen cargados de aprendizajes. De todo lo que mencionas, me interesa mucho el tema del diseño de cargos por competencias; ya que me inicio ahora en un de ellos empezando por la base de la pirámide,
He conseguido en internet algo de Martha Alles y de Hay Group, que me puede servir de marco teórico. Sin embargo estoy de acuerdo contigo, que solo debe ser un punto de partida para no imponer modelos, sino trabajar con cada realidad en particular. Sería interesante hiciéramos una wiki sobre las competencias para el trabajo, no te parece? Podemos usar nuestras (red)laciones con Nacho, Yulen, Senior, Amalio, elsocioamigo, Tradepal, tictac, y otros
Un abrazo,
Alberto
@Facility manager. Gracias por las apreciaciones Alberto. A mí, Martha Alles me parece una muy buena referencia, tengo todos sus libros y la verdad es que me han sido muy útiles cuando he trabajado el tema de competencias. Yo soy partidario de elaborar desde la misma organización cada directorio de competencias, desde las que se creen cardinales hasta los comportamientos en los que se desglosan. Nunca propongo un directorio prefabricado. Quiero considerar cada organización como a una persona, con unos rasgos propios que la distingue. El proyecto consiste en diseñar diferentes dinámicas en las que la organización vaya decidiendo que quiere priorizar y en qué se traduce. A lo largo de mi carrera llevo ya unos cuantos directorios elaborados y pocas veces me han servido de un proyecto a otro. Ahora estoy experimentando con una nueva forma de organizar los comportamientos y es que, en este tema creo que hace falta darle todavía una vuelta de tuerca más…hay algo que, al menos a mí, me chirria.
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