La relación es comunicación y la calidad de la comunicación suele ser determinante para la relación. Esto es importante: cuando te comuniques con alguien, piensa en cómo quieres relacionarte con esta persona, con que sensaciones quieres que te asocie. De ello dependerá lo que piense de ti, que te atienda, te tome en serio y sea receptiva a tu mensaje. También determinara el tipo de relación que tengas en el futuro y puede que, incluso, el futuro de esta relación.
Este aspecto es fundamental en los entornos organizativos y vale tanto para la comunicación oral como para la escrita, ya sea esta un mail o un WhatsApp. Es más, puede que en este último caso sea más importante que prestes toda la atención, ya que serán sólo tus palabras las que hablarán de ti.
Antes de enviar este mail o este WhatsApp, detente un momento, lee tu mensaje, piensa en el impacto de lo que vas a decir. Para ello, puede que te sean útiles estas orientaciones:
EVITA DAR DEMASIADAS EXPLICACIONES:
Esto no significa que digas poco o que utilices un lenguaje telegráfico. Tan sólo quiere decir que no te vayas por las ramas, que cuides de no repetir la misma idea infinidad de veces, que no te entretengas en tus circunstancias, que te plantees si tienen el interés suficiente y justifican el espacio y tiempo que pretendes darles en esta comunicación. Que no canses ni des la impresión de ser una persona dispersa. Cuando esto ocurre por escrito te arriesgas a aburrir. Pero si sucede en el cara a cara, ya sabe que, llegado un momento, la persona desconecta y te observa más que te atiende. Es entonces cuando más te expones a un juicio de valor sobre tu personalidad.
NO TE APOYES EN EXCUSAS:
Existen diversidad de motivaciones por las que una persona tiene necesidad de justificarse. Las excusas a las que me refiero aquí son aquellas que suelen buscar que la otra persona empatice contigo y acepte una determinada situación sobrevenida: una cita a la que no puedes acudir, una fecha que has de cambiar, un trabajo que no vas a entregar en un plazo acordado, etc.
Es importante considerar cómo comunicamos nuestras limitaciones o decisiones a los demás. Si bien dar excusas puede ser útil en ciertos casos para explicar nuestras acciones, es fundamental mantener la responsabilidad y buscar alternativas para abordarlas situaciones de manera constructiva. En lugar de enfocarse únicamente en dar excusas, es importante comunicarse de manera asertiva, mostrando empatía y buscando soluciones que beneficien a ambas partes en la relación.
NO RIÑAS
Existen personas que aprovechan cualquier oportunidad para corregir, amonestar, señalar errores o recordar a otros con un “ya te lo dije”. Aunque estas acciones suelen justificarse como un deseo altruista de enseñar, aconsejar o ayudar, en realidad, suelen estar motivadas por la necesidad personal de obtener reconocimiento a través de una relación de superioridad moral, profesional o técnica. Este tipo de micro reprimendas rara vez aportan valor alguno; más bien, generan incomodidad y lo que consiguen es infantilizar la relación.
AGRADECE
Agradecer es un indicador de humildad y consciencia de nuestras propias limitaciones, así como de reconocimiento hacia la contribución del otro a nuestras carencias. El agradecimiento, cuando se expresa de manera sincera y auténtica, sin ser excesivo ni superficial, realza el valor de la relación y la fortalece. Manifestar gratitud genera bienestar mutuo y contribuye positivamente a la conexión emocional entre las partes, fortaleciendo el vínculo. Sin embargo, es importante evitar exagerar en las expresiones de gratitud, ya que un exceso puede percibirse como artificial y distanciador, generando una disonancia entre el agradecimiento y su contexto, lo cual puede dar la impresión de falsedad.
EMPATIZA
Reconocer, valorar y validar aquello que puede estar determinando el estado de la otra persona, es reparador, genera confianza, favorece la predisposición y fortalece la relación. Un “entiendo lo que dices”, “reconozco esta situación” o “creo saber por lo que estas pasando” denota comprensión y confiere dignidad.
DEMUESTRA RESPETO
No emitas juicios o valoraciones sobre las aportaciones de la otra persona. Presta especial atención a dejar claro que respetas los motivos o razones que tenga para pensar, opinar o actuar de una manera que puede diferir de la tuya. En vez de juzgar, expón tu punto de vista sobre el tema y señala los puntos de contacto y donde ves las necesidades de acercamiento o de unificar criterios entre ambas perspectivas.
Ten siempre en cuenta que tus palabras y acciones tienen un impacto duradero en los demás y que es tu responsabilidad fomentar un diálogo que no solo fortalezca la relación, sino que también contribuya al crecimiento mutuo y al bienestar emocional de todas las personas involucradas. Al detenerte y reflexionar sobre cómo te estás comunicando, tienes en tus manos la posibilidad de moldear el curso de tus relaciones y construir un entorno donde el respeto, la confianza, la empatía y el reconocimiento mutuo sean los pilares fundamentales.
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