La verdad es que no me apetece hurgar en las dificultades consabidas por tod@s y que ya quedan magníficamente descritas en blogs como el de Los sueños de la razón y Amb lletra de pal, así como en el debate abierto a este efecto en Facebook.
Como consultor/fontanero [en palabras de Sennett] lo mío es buscar soluciones para desvelar territorios nuevos… y mi enfoque ha de ser, antes que nada, posibilista [que no necesariamente optimista…]
He decidido, pues, exponer una serie de ideas en puntos, independientemente de que sean singulares o derivadas unas de otras por aquello de facilitar la lectura y reflejar el hilo de mi reflexión.
> Con sus diferencias, impulsar proyectos 2.0 en la Administración no encierra más dificultad que en otro de tipo de corporaciones y entidades no públicas enraizadas en culturas clásicas de gestión. Abordar el tema desde su complejidad es establecer, de entrada, barreras cognitivas importantes.
> Dospuntocerizar la Administración me trae aires de cuando se hablaba de Modernizarla. Realmente nunca hemos tenido una “Administración Moderna” aunque, a lo largo de los años, muchas administraciones se han modernizado…[en mayor o menor medida…]
> De lo anterior se desprende que, a la hora de impulsar proyectos 2.0, quizás deberíamos dejar de pensar en clave de Administración para hacerlo en clave de “administraciones”.
Desde este punto de vista hay administraciones que están dando muestra de su capacidad para impulsar proyectos desde una perspectiva 2.0. Tomemos como ejemplo el ayuntamiento de Copons o la labor que en este sentido están realizando algunas bibliotecas municipales.
> Del mismo modo, en lo que respecta a las grandes administraciones, quizás deberíamos dejar de hablar de organizaciones para referirnos a unidades organizativas. Así pues hay servicios, departamentos etc, que están impulsando proyectos internos y abriendo escenarios de conversación, relación, debate y construcción de los que emana un agradable aroma dospuntocero.
> En todos los casos el tamaño importa, el universo 2.0 cobra sentido por los diferentes individuos que lo conforman, así pues no deberíamos abordarlo a nivel “del todo” sino en el de “sus partes”. No tanto intentar envolver como el de provocar pequeñas explosiones desde dentro.
> Hay que inocular el dospuntocerismo en la organización aprovechando proyectos que no amenacen frontal y abiertamente el establishment. La táctica debe consistir en subvertir en silencio [que no atacar] los modelos aristogramáticos habituales, impulsando escenarios paralelos de conversación vinculados a proyectos muy cortos y con un impacto claro.
> Para finalizar, me pregunto sobre la importancia que se le da actualmente al 2.0 en aquellos institutos y escuelas de negocio de renombre que han asumido como propia la formación de nuestros directivos públicos. Mucho me temo que, de momento, sólo se vea reducida a la explicación y/o utilización sucinta de algunas herramientas. Es evidente que, en este contexto, ha de adquirir una relevancia tal que la sitúe como indiscutible eje transversal de los diferentes módulos y contenidos formativos.