El arte no sólo manifiesta lo que el artista quiere decir sino que también describe lo que quien lo observa quiere ver. Tal y como apuntara Uberto Eco [1962], la expresión artística es una obra abierta e incorpora, al propósito de quien la realiza, la percepción de todas aquellas personas que buscan interpretarla.
The Wedding dress [Frederick William Elwell, 1870-1958], es más que un buen exponente de ello ya que delega totalmente en quien la observa el relato de lo que está ocurriendo.
En esta obra la pesada oscuridad de la habitación cae sobre la abatida figura de una mujer que se halla apoyada en un baúl al borde de una cama. Ante ella se extiende un vestido de novia que presumiblemente tiene algo que ver con aquello que tanto la aflige. La cara sobre la mano sugiere que posiblemente esté llorando.
Nada en todo el conjunto nos informa sobre quién es ella, qué relación tiene con los muebles y los objetos que se hallan en la habitación ni cuál es el motivo de su sufrimiento. La escena es un portal abierto a un sinfín de relatos que pueblan las mentes de quienes observamos esta obra.
Una imagen muy adecuada para llamar la atención sobre la inevitabilidad de elaborar teorías de la mente, fabular ante la falta de información, hacer conjeturas respecto a todo aquello que percibimos y, también, para introducir el concepto de empatía.
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Fascinant fantasia per construir ralidades! ;)
ResponderEliminarUna pantalla on projectar les nostres trajectòries... ;)
Eliminar¡Qué oportuno! Justamente esta mañana mantenía una conversación con mi jefe sobre las diferentes percepciones que ambos teníamos de una misma situación y sobre cómo nuestras respectivas creencias nos estaban llevando a tomar decisiones poco acertadas, llegando a cuestionarnos nada menos que la posibilidad de un futuro profesional en común. Y todo por no haber sabido expresar nuestras dudas, esa falta de información que, como bien apuntas, nos había llevado a fabular. Aclaradas las dudas, derrumbadas las creencias, la relación puede seguir... aunque yo sigo viendo en el cuadro a una novia desesperada por la cercanía de un matrimonio no deseado. ;-P
ResponderEliminarGracias Manel por esta bonita reflexión.
Cierto Maite, la vida misma ya suele ser, de continuo, una “opera aperta” y como en el caso que comentas puede derivar en una “puerta abierta” para entrar o salir por ella :-) Una suerte que, en vuestro caso, hayáis podido hablar con el autor/a y aclarar los propósitos de los respectivos lienzos. Ahora que te comento esto, me he acordado de “El túnel” de Ernesto Sábato, en esta obra, el protagonista, un pintor, se enamora perdidamente del personaje principal a partir de creer que este personaje ha dado con la clave de una de sus obras en una exposición…acaba mal…y es que damos por supuestas demasiadas cosas… ;-)
Eliminar“Una novia desesperada por la cercanía de un matrimonio no deseado”...interesante el modo de verlo. Estaría bien ver otros puntos de vista :-D
Gracias a ti Maite, un abrazo!
Teniendo en cuenta que el vestido de la mujer es negro y que tras las cortinas se impone esa amenazante puerta cerrada… ¿de luto por la desaparición de las expectativas que tenía cuando vistió aquel traje de novia?
EliminarNota: ya le falta menos para decidirse a abrir la puerta ;)
Comparando esta percepción con la anterior me he acordado de aquellas frases que, con las mismas palabras, cambian totalmente de significado según donde vaya la coma. :) Con esta nota al final se deja ver la percepción posibilista de tu oficio ;)… Al final va a ser cierto aquello de “nada es verdad, nada es mentira” y todo es lo que Josune nos recuerda con la cita de Kant, un poco más abajo… Gracias Isa por volver!
EliminarUno de los debates más vivos en mis aulas (van muchos, por fortuna!) este año tiene que ver con lo que consideramos una "obra de arte".
ResponderEliminarDesde Marina y Ulay hasta La Polla (quién le iba a decir a Evaristo que acabaría en la Wikipedia?), tod=s encontrábamos un nexo común.
La emoción que provocaba la obra, tuviera la forma que tuviera.
En cada aula, el arte se acabó definiendo como la interpretación del sentimiento que provocaba en cada uno de los seres que se exponía a ella, cualquiera que fuese el origen y el sentido de esa provocación, en esencia.
Depende, entendíamos, de una colectividad social esa consideración más amplia. Sin embargo, cada quien se identificaba con el otro en esa conmoción y, en ese lugar, nos sentíamos cerca, por muy lejanos que fueran los estímulos y sus intenciones originales.
"Hay una tormenta en cada cuarto. El día que estallen, nos barrerán a todas ..."
Lo decía Poncia, la criada. Quizá no podía decirlo en voz alta nadie más, entonces.
Hasta esa casa me has llevado, de la mano de Elwell, a los muros gruesos y las puertas en arco con cortinas de yute rematadas con madroños y volantes. Sillas de anea. Cuadros con paisajes inverosímiles de ninfas o reyes de leyenda. Al calor de aquel verano. Al silencio umbroso que se extiende por toda la escena ...
A cualquiera de ellas.
Me llama la atención el lugar elegido para recoger esas lágrimas.
Es el hueco dejado por el vestido.
Me imagino el momento anterior, no puedo evitarlo, en el que vacía ese baúl y las emociones y los gestos y ese cuerpo ...
A partir de aquí, me quedo con mi conjetura ...
...
...
mis conjeturas ...
... que coincidirán con las del autor y con las de alguna otra alma, por ahí, ...
...
...
... o no.
Interesante la conclusión de donde radica la esencia de arte, aquello que despierta a quien se expone a él. Creo que en tu texto es importante que te refieras a “obra” ya que esto determina que se trata siempre de algo “obrado”.
EliminarBello como traes a esta imagen a La Poncia y de cómo tan sólo con eso delatas otras sombras que puede acechar desde la oscuridad de la pintura.
La opera aperta, cuando es compartida abre la vista a mundos nuevos hasta entonces desconocidos. ¿Cómo es posible que no viera estos cuadros o no me diera cuenta de la textura de estos materiales? Gracias Mharta por destacarlos.
Muy dinámica la imagen del momento anterior al del cuadro, por un momento le he visto la cara a la mujer…
Según el coaching ontológico todo lo que nombras es verdad, excelente muestra, la voy a usar en un taller
ResponderEliminarAlberto
Gracias Alberto, ya comentarás los resultados. Un abrazo!
EliminarInspirador Manel, me ha encantado.
ResponderEliminarTambién me han parecido muy sugerentes las opiniones de Maite y Marta.
Es importante el valor de la empatía como aproximación al otro, como exploración previa; tan importante como verbalizar lo que se piensa, o incluso imprescindible para poder expresarse libre de prejuicios.
En cuanto a su vinculación con el arte, recojo el concepto de emoción y su interpretación personal como un elemento esencial para la educación.
Sí que lo es Pedro. Incluso se puede afirmar que la empatía es la base reguladora de la conversación y que en su ausencia surge, inevitable, el conflicto. Parece mentira como se invisibilidad tanto este factor cuando se habla o se analiza la comunicación. Muchas gracias por pasarte y comentar Pedro, un abrazo.
EliminarComo dijo Kant "no vemos las cosas como son, las vemos como somos".
ResponderEliminarAunque la interpretación de lo que vemos goza de ser adaptativa en nuestro día a día, si ésta se convierte en un modus operandi, una pauta fija de comportamiento, es probable que pierda dicha funcionalidad. La imaginación puede ser más poderosa que la información y en ocasiones anula la razón en forma de prejuicios o creencias inadecuadas pudiendo conducir a la persona a situaciones, muchas veces, absurdas. Un placer leerte Manel como siempre!
Cierto Josune, el tema está en no evitar lo inevitable y admitir que lo que imaginamos es inherente a nuestra percepción pero también en no abandonarnos a ello y, por la misma razón, poner en cuestión todo aquello que creemos ver. Imagino que ahí radica una de las claves de la equidad, de lo objetivo y del verdadero equilibrio, en la duda sobre la veracidad de cualquier conclusión a la que se pueda llegar.
EliminarEl placer es tenerte por aquí Josune, sin lugar a dudas!
Tu forma de crear obras de arte e inmiscuirnos en tus post es extraordinaria, Manel.
ResponderEliminarMe reconozco plenamente, e intuyo que resulta más fácil imaginarse teorías de la mente del prójimo que de uno mismo.
A menudo me fascina releer mis post escritos espontáneamente: en más de una ocasión pensaba al escribirlos en alguien ajeno, y al releerlos me descubro como la protagonista central del mismo:D.
Una abraçada.
Interesante tu apunte Begoña y la experiencia que comentas en él. Cómo te ves en los otros… Otra vez evoca al Kant de comentario anterior. Interesante también la autoconsciencia que ello supone…
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Begoña :-)
Bona reflexió, Manel.
ResponderEliminarEscrits com aquests em recorden que cada dia ens trobem davant d'imatges com aquestes... i m'esgarrifo, de vegades, la facilitat amb la que traiem conclusions i ens creem histories al voltant del que creiem percebre a primer cop d'ull.. i això m'espanta una mica. M'espanta anar massa de pressa i no percebre el que passa en realitat i m'espanta no ser capaç un dia, de parar i preguntar-me què estic veient.
Gràcies, Manel per compartir reflexions d'aquest tipus i fer-nos parar i recordar que cal anar a poc a poc i bona lletra, que diuen!
El que realment ens ha de preocupar és l’últim que apuntes, no parar-se a preguntar què crec que veig i què podria o hauria d’estar veient... Per sort, tenim professionals com tu, Coralí, exigents amb el seu punt de vista i amb un punt de vista que no és molt exigent amb nosaltres :-) Gràcies a tu per passar-te i comentar. Una abraçada.
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