jueves, 17 de octubre de 2024

Coordinar proyectos intradepartamentales: retos, claves y aprendizaje continuo

 

Este artículo es el resultado de un trabajo conjunto con el equipo del Gabinet Tècnic del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, en el marco del programa de asesoramiento que la Escola d’Administració Pública de Catalunya ofrece a los diferentes departamentos de la Generalitat.

La idea de compartir este contenido en el blog es una sugerencia de Israel Montiel, coordinador de este proyecto, con el propósito de que pueda servir de referencia a equipos y personas que desempeñen funciones de coordinación en proyectos que requieren la cooperación de múltiples departamentos. Ambos creemos sinceramente que compartir estas reflexiones y aprendizajes pueden contribuir a mejorar la coordinación de proyectos en otras organizaciones, promoviendo una cultura de colaboración y aprendizaje continuo.

La complejidad de los proyectos intradepartamentales

Los proyectos intradepartamentales se caracterizan por ser iniciativas complejas que requieren la colaboración de diversas áreas dentro de un mismo departamento para abordar cuestiones que no pueden ser resueltas por una única unidad. Esta naturaleza multidimensional de los proyectos presenta importantes desafíos para los coordinadores, quienes se enfrentan a la tarea de armonizar conocimientos, recursos y perspectivas, al tiempo que gestionan las dinámicas de poder y comunicación entre los actores involucrados.

En este post, abordaremos los principales retos que enfrentan los coordinadores de proyectos intradepartamentales, las claves para una coordinación eficaz y la importancia del aprendizaje continuo a partir de la experiencia del colectivo de coordinadores.

Los retos de coordinar proyectos intradepartamentales

La primera barrera que un coordinador de proyectos intradepartamentales suele encontrar es la complejidad inherente a estos proyectos. A diferencia de los proyectos departamentales tradicionales, donde la mayoría de los actores suelen compartir competencias y objetivos, los proyectos intradepartamentales requieren la convergencia de diversas áreas de conocimiento y recursos. Esto implica que los coordinadores deben no solo comprender las diferentes perspectivas, sino también integrarlas de manera que el proyecto avance hacia una solución eficaz.

Otro reto significativo es la falta de competencia exclusiva. En los proyectos intradepartamentales, ningún actor tiene la totalidad de las competencias para abordar la cuestión en su totalidad. Esto aumenta la dependencia entre los distintos equipos y departamentos, y puede generar tensiones si alguno de los actores percibe que sus competencias no están siendo valoradas adecuadamente o si sienten que se está invadiendo su territorio. Este tipo de tensiones son comunes y requieren de habilidades de mediación y negociación por parte del coordinador.

La diversidad de perspectivas también añade complejidad a la toma de decisiones. En proyectos intradepartamentales, las decisiones no pueden ser unilaterales; deben surgir del consenso entre áreas con enfoques y prioridades muy distintas. Esta diversidad, aunque enriquecedora, puede ralentizar el proceso de toma de decisiones si no se gestiona adecuadamente. La capacidad de un coordinador para facilitar el diálogo entre los miembros del equipo, asegurando que todas las voces sean escuchadas, pero también manteniendo el foco en los objetivos del proyecto, es crucial para avanzar.

Por último, pero no menos importante, se encuentra el reto de la gobernanza. Los proyectos intradepartamentales suelen involucrar múltiples niveles jerárquicos y requieren un marco claro de gobernanza para evitar conflictos de autoridad y garantizar que las decisiones se tomen de manera informada y alineada con los objetivos del proyecto. Sin una estructura de gobernanza bien definida, es fácil que los proyectos se estanquen en discusiones interminables o, peor aún, que los participantes no se sientan comprometidos con las decisiones tomadas.

Claves para una coordinación eficaz

Frente a estos retos, los coordinadores deben apoyarse en una serie de estrategias clave para gestionar los proyectos de manera eficaz:

  1. CONOCIMIENTO INTEGRAL DEL PROYECTO DESDE EL INICIO: Es fundamental que la persona que coordina esté involucrada en las primeras etapas de conceptualización. Conocer en profundidad los objetivos, los actores implicados y las dinámicas internas de cada área le permitirá anticiparse a los problemas y gestionar mejor los recursos y las expectativas.
  2. PARTICIPACIÓN ACTIVA EN LA PLANIFICACIÓN: La coordinación de un proyecto no es solo una cuestión de ejecución. El coordinador o la coordinadora debe participar activamente en la fase de planificación para aportar su experiencia en la gestión de proyectos complejos. Esto incluye no solo la elaboración de cronogramas y la distribución de recursos, sino también la identificación de riesgos potenciales y la creación de mecanismos para mitigarlos.
  3. DEFINICIÓN CLARA DE ROLES Y RESPONSABILIDADES: Uno de los principales obstáculos en los proyectos intradepartamentales es la confusión sobre las responsabilidades de cada actor. Para evitar malentendidos y duplicación de esfuerzos, es crucial que el coordinador defina claramente los roles desde el inicio, asegurándose de que cada miembro del equipo comprenda su función dentro del proyecto. En este sentido, es especialmente importante que el rol de coordinación sea reconocido y respetado, incluso cuando en el proyecto concurran diferentes niveles estructurales y alguno de ellos sea jerárquicamente superior. El hecho de que existan niveles más altos no debe desdibujar el papel del coordinador, ya que su autoridad dentro del proyecto es fundamental para garantizar una correcta ejecución de las tareas y una gestión eficaz de los recursos. Por tanto, es imprescindible que se le otorgue la autonomía y los recursos necesarios para llevar a cabo sus responsabilidades sin interferencias externas.
  4. CREACIÓN DE UN AMBIENTE DE CONFIANZA Y RESPETO: La colaboración efectiva entre diferentes áreas depende en gran medida de la creación de un ambiente de trabajo que fomente la confianza y el respeto mutuo. Esto significa que la o el coordinador debe ser un facilitador de las relaciones interpersonales, promoviendo la comunicación abierta y transparente, y resolviendo los conflictos de manera constructiva.
  5. FLEXIBILIDAD EN LA GESTIÓN DEL EQUIPO: Los proyectos intradepartamentales suelen requerir ajustes a medida que se avanza. Los cambios en las prioridades, la disponibilidad de recursos o la aparición de nuevos retos hacen que el coordinador o coordinadora deba ser flexible y estar preparado para adaptar la estructura del equipo o los plazos según sea necesario.
  6. FACILITAR LA COMUNICACIÓN CONTINUA: La coordinación efectiva de un proyecto depende en gran medida de la comunicación fluida entre los diferentes actores. La persona que coordina debe asegurarse de que todos los miembros del equipo tengan acceso a la información relevante y que los canales de comunicación sean efectivos.
  7. EVALUACIÓN CONTINUA Y APRENDIZAJE: Al final de cada fase del proyecto, es esencial realizar una evaluación de los resultados y los procesos. La identificación de lecciones aprendidas no solo permitirá mejorar el rendimiento del equipo en futuros proyectos, sino que también contribuirá al crecimiento profesional del propio coordinador y de los miembros del equipo.

La importancia del aprendizaje continuo

Uno de los aspectos más subestimados en la coordinación de proyectos intradepartamentales es la necesidad de aprender continuamente. A menudo, los coordinadores se enfrentan a situaciones nuevas para las cuales no siempre tienen una solución inmediata. En estos casos, la experiencia y el conocimiento acumulado por el colectivo de personas con experiencia de coordinación es muy valiosa.

Establecer un sistema de apoyo mutuo entre coordinadores puede ser la clave para mejorar la coordinación de proyectos a largo plazo. La creación de una comunidad de coordinadores permite compartir experiencias, retos y soluciones de manera abierta. A través de reuniones periódicas o plataformas de intercambio de conocimiento, los coordinadores pueden aprender unos de otros, identificar patrones comunes en los problemas que enfrentan y desarrollar nuevas estrategias para abordarlos.

Además, este tipo de comunidades facilitan el asesoramiento mutuo. En muchos casos, los coordinadores que ya han gestionado proyectos similares pueden ofrecer consejos valiosos sobre cómo superar ciertos retos o cómo mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos. Este tipo de aprendizaje compartido no solo enriquece la experiencia individual, sino que también fortalece el conjunto de la organización, creando una base de conocimiento colectivo que puede ser consultada y utilizada en futuros proyectos.

Por último, el seguimiento de las lecciones aprendidas es crucial. Cada proyecto debe finalizar con una revisión detallada de lo que ha funcionado y lo que no. Estos aprendizajes deben documentarse y compartirse con el colectivo de coordinadores para que todos puedan beneficiarse de ellos. El objetivo no es solo mejorar los proyectos futuros, sino también asegurar que la organización evolucione continuamente en su capacidad para gestionar proyectos complejos.

En definitiva, coordinar proyectos intradepartamentales es una tarea exigente que requiere no solo habilidades de gestión y liderazgo, sino también la capacidad de integrar diferentes áreas de conocimiento, gestionar tensiones y promover la colaboración entre actores con competencias y perspectivas diversas. Una coordinación eficaz —planificación cuidadosa, definición clara de roles, comunicación continua y aprendizaje a partir de la experiencia— puede no solo garantizar el éxito de los proyectos intradepartamentales, sino también contribuir al crecimiento y mejora continua de la organización.

 

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La imagen es de una obra de Ivan Aivazovsky [1884]