miércoles, 7 de julio de 2010

¿Es el tiempo también indisoluble?

No pretende ser éste el típico post prevacacional sobre el tiempo sino un comentario ampliado a otro comentario realizado en una magnífica entrada que Jesús Fernandez ha hecho en su blog. Del hilo principal de su discurso se desprende una idea colateral donde Jesús manifiesta:

A las personas nos cuesta encontrar un equilibrio personal y profesional en nuestras vidas. Cuanto más abierta sea la actividad profesional, más se confunden ambos ámbitos (en mi caso ya son difícilmente distinguibles)… y es el momento en el que uno ya no sabe distinguir ni si está en trabacaciones o en travacaciones

Y, en el apartado de comentarios dice:
Racionalmente aún tengo dudas de si es lo más adecuado el que las fronteras entre el trabajo y el descanso se diluyan definitivamente sin destruirse entre sí, pero intuitivamente sé que es lo que deseo, la forma intensa en que me gustaría disfrutar de esta vida.

Y me pregunto si todo no será por causa de estas simplificaciones en aras a una supuesta unidad a la que nos vemos continuamente sometidos en diferentes ámbitos. Y todo lo hemos de encajonar en estos dos tiempos, de trabajo o de ocio, imputándole a uno unas emociones y al otro las contrarias. Siendo, además, injustos porque, si lo pensamos bien, no siempre es negativo mi tiempo trabajo como tampoco siempre es del todo positivo mi tiempo no trabajo.

Ante esto, se me ocurren dos soluciones: una harto manida como es la de hablar de un tiempo único, en el que estoy haciendo lo que sea y “siendo yo” y ya está, o la otra que es dejar de hablar de dos tiempos para rescatar la singularidad de otros momentos dentro de estas dos grandes clasificaciones. Porque la verdad, a veces no cambiaría ciertos momentos de mi tiempo trabajo por otros de mi tiempo no trabajo de la misma manera que disfruto de muchos fragmentos de mi tiempo ocio que añoro en aquellos momentos de trabajo que me disgustan más.

Y es que, como a esta Europa única, a la que supuestamente queremos tender defendiendo paradójicamente nacionalidades indisolubles, quizás seríamos más felices o estaríamos menos cabreados si viviéramos un sólo tiempo reconociendo sencillamente toda la diversidad y la singularidad de cada uno de sus momentos. No sé…

10 comentarios:

  1. Pues ya ves, yo creo que la reflexión que propones se acerca bastante a la que hemos mantenido alguna vez tú y yo sobre los géneros literarios, los malos momentos (como los malos libros) se clasifican rápido: reunión de monologuistas= trabajo; discusión con la pareja= no trabajo… pero los buenos, ¡ay los buenos!, esos suelen ser siempre una combinatoria de factores, momentos en los que las ideas fluyen y que nos pillan cenando con amigos o repasando un proyecto en soledad… nunca se sabe.
    Lo de clasificar las cosas, los sentimientos, la gente, es algo artificial, que no nos viene dado por la biología, y, como todo lo artificial, se pueden cambiar las normas… más te digo, podemos suprimir las normas y vivir un tiempo único, la vida. Que la clasifiquen luego nuestros biógrafos, si les interesa y no tienen nada mejor que hacer.
    Buen post el tuyo, y el de Jesús Fernández que le precede.

    ResponderEliminar
  2. A los humanos nos caracteriza el afán por clasificar, encasillar, categorizar, contar, recionalizar... es una verdadera obsesión. De ahí la dificultad para comprender que nuestra vida es algo que fluye, simplemente, sin que sea necesario establecer cajones entre los diferentes "tiempos". Paradójicamente, este afán nos dificulta, más que facilita, la comprensión y el disfrute de nuestra propia vida.

    ResponderEliminar
  3. @Francesca, Es cierto, podemos suprimir las normas o cambiarlas identificando tantos tiempos como reconozcamos en el continuum temporal en el que transcurre una vida. Y es que ya cansa aquello de si las vacaciones y el trabajo… ¡siempre lo mismo! ¡Qué ganas de ponerle siempre el punto de amargura a la vida!…punto calvinista, ¿no te parece? :D Gracias por comentar.

    @Mònica, Razón que tienes, de la misma manera que el sistema decimal se deriva de tener dos dedos en cada mano, parece que muchas otras cosas han de ser de determinada manera sencillamente porque “tan solo tenemos dos manos”. Es el afán de controlarlo todo en los dos puños lo que nos lleva a apelotonarlo, confundirlo y no disfrutarlo. Una alegría verte por aquí.

    ResponderEliminar
  4. Seguramente podemos organizar la Vida de manera menos "compartimentada" ¿lo conseguiremos? .... apuesto a que si.

    ResponderEliminar
  5. Claro, ahora lo entiendo. Mil gracias, Manel. El tiempo depende del color de cristal con que se mira. Resulta que alguien nos dijo que sólo había un tiempo, pero nosotros lo hicimos relativo. Disfruta tus tiempos, vecino ;-)

    ResponderEliminar
  6. ..oJones, me has dao!! Y si dependiera del disfrute en si mismo y de la tensión que te genera el trabajo y lo social??? Al hilo con lo que dices, lo cierto es que lo social parece que siempre es lo bueno, ese llamado tiempo libre, pero que puede darte por el culo más que tu no tiempo libre. Imaginad disfrutando de tu trabajo y con problemas sociales, que tiempo preferirías?
    Disfrutad, que es lo que manda.

    S2

    ResponderEliminar
  7. Hola, Manel.

    Gracias mil por la mención, por tu comentario previo... y por continuar así la reflexión.

    Me gusta mucho (creo que lo he dicho ya más de una vez) el concepto del tiempo 'kayrós' que tenían los griegos en contraposición al 'cronos': "la distinción entre el crono-tiempo tirano y medible del reloj y el tiempo adecuado, propicio, oportuno para hacer algo. Ese que siempre has sabido que existe pero que a veces dejas pasar sin actuar… o a veces adviertes tarde".

    Pero cuando lo pillas... ¡ay!... que momento hedonista ¿no?

    ¿Importa que hablemos de trabajo, de familia o de amigos?

    ResponderEliminar
  8. Puff, nos estamos liando y aclarando a la vez, y no sé cual de las dos sensaciones sale ganando.
    "Clasificar" vamos a hacerlo siempre, es humano y ayuda a sobrevivir a la complejidad (que a ciertos niveles puede ser agotadora para el mas comun de los mortales) asi que yo lo que critico es la "obsesión" o "el exceso de clasificación".
    Si reviso el tiempo que he dedicado en una semana con arreglo a algún patrón de clasificación, seguro que puedo llegar a conclusiones interesantes. Es un buen ejercicio hacerlo, y lo recomiendo.
    El problema no está en clasificar o no, sino en qué categorías usamos para hacerlo. Hablar genéricamente de "tiempo de trabajo" y de "tiempo de descanso" no me dice nada. ¡¡Depende de tantas variables, y son tan idiosincráticas!!: 1) ¿cuanto me gusta mi "trabajo"?, 2) ¿cuánto necesito "descansar"?, 3) ¿cómo "descanso" yo?, y un largo etcetera.
    Defiendo gestionar bien el tiempo. Tambien que tenemos que pensar cómo lo usamos, y para eso me sirven las clasificaciones, pero ¡¡las mías!! y no las de otros. Por ejemplo, sabes Manel que defiendo la "desconexión digital" en vacaciones. Pues eso, ahi tienes ya una categoria para clasificar mi tiempo: a) Tiempo online, b) Tiempo offline.
    Intento vigilar eso, cómo mi tiempo se reparte en ese eje, porque algo me dice que un exceso de tiempo online me hace daño, y tiene un elevado coste de oportunidad. Pero bueno, ese soy yo y mis circunstancias. Siguiendo esa lógica, podrías tambien pensar en otras categorias para taggear el uso de tu tiempo.
    En resumen, el tiempo se mezcla pero conviene no perder de vista en qué proporción, y eso sigue siendo posible...
    Un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  9. Independientemente de en qué ocupe el tiempo, lo que más me importa es la porción del día en que el tiempo deja de medirse en horas para pasar a ser medido en satisfacción. Y eso es algo independiente de la clasificación entre tiempo de trabajo y tiempo personal.

    ResponderEliminar
  10. @Juana, personalmente creo que podemos organizarnos la vida como realmente queramos, yo apuesto por eso…;-)

    @juleniturbe, Alegrándome de la luz aportada y preocupándome de las consecuentes sombras que se generen…;-) Gracias, colega. Algunos pienso disfrutarlos a tu lado.

    @José Carlos, pues no pretendía yo darte ahí…;-) Yo prefiero reconocer el disfrute que puede haber en cualquier cosa…creo que ahí está la clave. Bienvenido a este espacio.

    @Jesús Fernández, No, al final no importa…Con lo bien que lo conceptualizaban los griegos y va y ¡llegan los romanos!… Gracias por toda tu aportación [escribiendo, comentando,…] a este tema.

    @Amalio, Sí, tampoco creo que se pueda evitar el clasificar pero podemos subvertir las clasificaciones al uso ajustándolas a criterios que nos sirvan para desarrollarnos mejor. Yo Amalio, al igual que tú defiendo cualquier punto de vista personal sobre este tema siempre y cuando no se establezca como ley general. Utilizando tu ejemplo, para mí el tiempo on-line me permite entre otras cosas compartir contigo, cosa que debido a nuestra situación física, no puedo disfrutar más frecuentemente y presencialmente, con lo que incluso, esta clasificación es, para mí, demasiado amplia. ¡Una abrazo colega!

    @Anna, y quien mejor que tú para defender esta idea, cuando, en una breve eternidad has transitado por diferentes formas de valorar un mismo tipo de tiempo ;-) Records,

    ResponderEliminar