domingo, 13 de noviembre de 2011

Pan con tomate en cinco pasos

Pone Montalbán en boca de Carvalho que, “el pan con tomate es una de las maravillas de la simplificada cocina rural catalana que podría hermanarse con la pizza, pero que la supera en facilidad. La harina en la pizza debe de cocerse. En cambio, el pan con tomate es simplemente eso, pan, tomate, un poco de sal y aceite…

Para algunos de nosotros el pan con tomate no tan sólo contribuye a dotar de alegría al bocadillo o a ablandar el pan sino que puede llegar a ser la mejor forma de combinar éste con una gran variedad de alimentos debido al poder que ejerce sobre ellos ensalzando la brillantez de su sabor. Quizás sea este el motivo de que, en los últimos años, se haya extendido tanto su fama como para encontrar gran parte de sus ingredientes fundamentales distribuidos en los buffets de los hoteles a la hora del desayuno. 

Debido a eso, tanto a la preparación de sus ingredientes como al bien intencionado pero mal orientado uso que de ellos hacen algunos despistados comensales, me propongo, en este post, compartir la receta para su elaboración.

Pan con tomate

Ingredientes: Una rebanada de pan, un tomate maduro, un diente de ajo, sal y aceite de oliva.


Paso 1: Tradicionalmente se tuesta un poco el pan aunque esto es tan sólo una opción que facilita muchísimo el paso 2, el cual, como se verá, también es opcional.

Paso 2: Se parte un diente de ajo por la mitad y se frota sobre la rebanada. Es recomendable no quitarle la piel para evitar que las manos queden demasiado impregnadas del olor a ajo. Por otro lado, los matices [fragmentos] que quedan de piel sobre el pan suelen ser muy interesantes en el sentido folclórico-rural de la palabra.

Paso 3: Cortamos el tomate por la mitad y restregamos enérgicamente la pulpa sobre toda la rebanada, esparciendo todas las semillas y el jugo hasta quedarnos prácticamente con la piel en las manos. Este paso es fundamental y constituye la esencia del verdadero pan con tomate.

Paso 4: Espolvorear toda la superficie untada con un pellizco de sal y luego regarla con un poco de aceite de oliva.

Paso 5: Y, finalmente, un detalle aparentemente insignificante pero muy importante para imprimir profundidad en las sensaciones consistente en estrechar la rebanada de pan apretándola desde la corteza para luego soltarla con el fin de que ésta absorba el jugo del tomate y el aceite.

Pan con tomate [pa amb tomàquet]

Anotaciones al margen que explican el qué me ha empujado a escribir este post:

1.- El pan con tomate [traducción literal del catalán pa amb tomàquet] hay que diferenciarlo decidida y tajantemente de sucedáneos como:
  • Pan con UN tomate: consistente en cortar el tomate en rodajas y distribuirlas tal cual a lo largo del pan.
  • Pan Y tomate: tan abundante en el buffet del desayuno de los hoteles y consistente en rallar tomate en un cuenco y distribuirlo a cucharadas sobre la rebanada de pan.
2.- Llamarle pa amb tomàquet [nombre original en lengua catalana] o pan con tomate es totalmente indiferente, lo que es del todo inadmisible es denominarle “pantumaca” como he tenido oportunidad de ver en alguna taberna [¿cómo llamarlo si no?] de esta bendita península.

3.- Suele ser torpe e improductivo frotar con el ajo la superficie que ya se ha untado previamente con el tomate, del mismo modo que es poco eficaz echar la sal después del aceite.

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Las fotos las ha hecho Magda, desde su escondite en Seva [Osona] donde presumiblemente se elabora un pa amb tomàquet de aquí te espero

13 comentarios:

  1. Quedamos enterados .... si es que todo tiene su "manera" .... lo que suelo tomar es "pa amb tomàquet" por mi clara animadversión al ajo.

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  2. Entre la opción con o sin ajo, en el "pa amb tomàquet", prefiero sin ajo. Pero hay otra variante, el "pa sucat amb oli" donde, ahí sí, para mí el ajo ¡es imprescindible! Y también podrías hablar del "pa amb vi i sucre", anestésico profusamente utilizado por mis padres en mi infancia... ;-)

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  3. quan te dignis a venir, t'ensenyaré el què és un bon pa amb oli. =)
    a

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  4. @Juana. Tal y como bien dices, todo tiene su manera y en observarla atentamente radica la posibilidad de variarla y evolucionarla. Ya lo decía Glenn Gould cuando describía el aria de una variación como “una línea melódica que pide a gritos ser ornamentada”, pues lo mismo con el pan con tomate ;) Cuando no se observa la manera normalmente no se varía sino que se deforma, de ahí la función de la “kata” japonesa consistente en recordar los movimientos originales para preservar la fuente y así reconocer sus ramificaciones.

    El tema del ajo es absolutamente opcional y no define al pan con tomate como tal. Ya sabes que como condimento lo utilizamos mucho para darle más sabor a las comidas aunque en el caso del pan con tomate lo ponemos tan sólo en ocasiones. En el bocata de cada día normalmente no hay ajo, por ejemplo…

    Desconozco las razones de tu animadversión a menos que se relacione con su efecto como anticoagulante o como “anafrodisíaco” [;)] ya que es considerado bastante medicinal por ser eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus; reducir la presión arterial y el colesterol; incrementar el nivel de insulina en el cuerpo; controlar los daños causados por la arterioesclerosis, y el reumatismo. También se relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer, ciertas complicaciones de la diabetes mellitus, en la reversión del estrés y la depresión [wikipedia dixit].

    También me consta que por ser una raíz es un alimento prohibido [como las cebollas] en algunas prácticas espirituales. Pero ya sabes que en la dieta mediterránea está bastante presente.

    Un abrazo Juana

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  5. @Rufus, Lo que le decía a @Juana, lo del ajo va a gustos, eso sí, en los sitios “que saben lo que ponen” te sirven junto a la rebanada y los tomates unos dientes de ajo para que el cliente decida…

    Lo del “pa amb vi i sucre” [pan con vino y azúcar] ya hay que considerarlo una gran pérdida de nuestro patrimonio cultural y mira que estaba bueno! Peo mucho me temo que, de hacer un post, estaría entrando de lleno en terrenos movedizos pudiéndoseme acusar de “incitación a algo…”…así están las cosas…
    Un abrazo!

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  6. Manel, a estas horas, y sin comer, resulta especialmente apetitosa la sugerencia. En Coruña tengo localizado un sitio que lo preparan según tu receta y reconozco que el ajo le da un toque especial, aunque no siempre me sienta bien. En otros son variantes, tal y como comentas.

    Buena idea esto de ir intercalando otros conocimientos, no vamos a vivir sólo de espíritu e intelecto. Habrá que probarla en casa. :)

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  7. Hola Manel:

    Esta entrada tiene mucha enjundia (que diría mi abuela); el pan con tomate es una de mis debilidades, desde la infancia. Estoy contigo en que hay que denunciar los sucedáneos, sobretodo el de los "buffet de hotel" con tomate rallado...¡¡No tiene nada que ver!!.

    No obstante, nunca he sido rígido, y le estoy siendo infiel al pan con tomate, tras descubrir el "pa amb oli" de sa roqueta. Ahora, eso sí, ha de ser con ese pan mallorquín tan bueno y "espeso", como el de antes, y con tomatiga de ramellet (Ya me perdonara Tona Pou si hago faltas de ortografía)¡¡Está sublime!!.

    Ah!! y ni se te ocurra decir que estamos ante una variante isleña del pan con tomate, pues puedes salir "trasquilado".;)

    Un fuerte abrazo:

    José A. Latorre

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  8. Os dejo una innovación que veo que nadie comenta. Es una versión para postre, el pan tostado (ideal chapata, sin ajo claro), con un chorrito de chocolate desecho.

    Delicioso!!!
    Probadlo y ya me contareis :-)

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  9. Isabel. No deja de ser método, ya sabes. Resulta que, viajando, me he detenido a observar como se lo prepara alguno a la hora del desayuno y se ve cada cosa que…

    Que aproveche! :-)

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  10. @José A. Latorre. La infidelidad no deja de ser un concepto picante que le sienta muy bien a la gastronomía y, en el caso que expones, se entiende perfectamente que uno se deje seducir por tales encantos…

    Sospecho que como se nos ocurra escribir algún día sobre arroces la vamos a liar, en el sentido más apetitoso de la palabra...;)

    Aunque no tenga que ver con tu comentario me ha hecho gracia y quiero compartir contigo una frase que la wikipedia rescata de Manuel Vázquez Montalbán, en su novela El premio (1996): el pan con tomate es "un prodigio de koiné cultural que materializa el encuentro entre la cultura del trigo europea, la del tomate americana, el aceite de oliva mediterráneo y la sal, esa sal de la tierra que consagró la cultura cristiana. Y resulta que este prodigio alimentario se les ocurrió a los catalanes hace poco más de dos siglos, pero con tanta conciencia de hallazgo que lo han convertido en una seña de identidad equivalente a la lengua o a la leche materna".

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  11. @Anónimo, esto debe estar para “chuparse los dedos” [literal].

    Versión para postre aunque de aplicarlo al desayuno ha de asegurar el buen signo de aquel día ;)

    Muchísimas gracias!

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  12. ¡¡¡¡Por fin, un post con fundamento!!!!
    Que sepas que somos entusiastas de este manjar :-)

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