Desde una lógica organizativa cada puesto de trabajo dentro de la estructura de una organización tiene sentido en función del valor que aporta a los diferentes niveles organizativos, es decir, a los niveles superiores, a sus iguales y a aquellos equipos que penden directamente de él.
¿Cuál es el valor que aporto a todos los niveles que me rodean? Debiera ser una pregunta para la que existiera, sin titubear, una respuesta clara y concreta.
Desde el punto de vista de la dirección de equipos, este valor ha de traducirse en ventajas para el trabajo del equipo y de las personas que lo componen, un provecho claro que impacte en el logro de sus objetivos y en el desempeño eficaz y eficiente de las responsabilidades de cada cual. Si no, ¿qué sentido puede tener estructurar la organización en niveles jerárquicos?
No formularse esta pregunta de manera abierta y formal suele ir parejo de una orientación del equipo a la dirección con toda la patología inherente al poder que suele conllevar este cambio de sentido de “quien ha de servir a quien”. Lo normal es que acabe asociándose la responsabilidad sobre un equipo con dar consignas y controlar a las personas.
Desde el marco ideal de la dirección de equipos, una directiva o un directivo debe aportar valor a su equipo:
- Procurando los RECURSOS materiales, tecnológicos, metodológicos, de conocimiento, etc., necesarios para que las personas puedan desarrollar sus responsabilidades. Uno de estos recursos es el tiempo, procurar que las personas dispongan del tiempo necesario para llevar a cabo lo que se espera de ellas es, posiblemente, una de las aportaciones más valiosas que puede hacer alguien con responsabilidad directiva a su equipo.
- Generar aquellas condiciones que aporten SEGURIDAD y eviten la desagradable sensación de incertidumbre que produce la improvisación, el cambio constante de objetivos o no dejar claro qué se espera de cada cual, por poner algunos de los ejemplos más comunes de la dirección de equipos cuando es desordenada, egocéntrica o caprichosa.
- Facilitar la CONEXIÓN de las personas del equipo entre sí y con aquellas otras personas de su entorno con las que puedan establecerse relaciones de colaboración o de transferencia de conocimiento.
- CUIDAR de las personas prestando especial atención a la distribución de las cargas de trabajo, los estados de ánimo, el respeto a las circunstancias de cada cual, el valor, sentido y utilidad del trabajo hecho, procurando canales de comunicación accesibles abiertos, frescos y, en general, teniendo en cuenta todo aquello que impacta en la autovaloración profesional, en el bienestar personal y en la adherencia de las personas al equipo. Cuidar nunca ha de confundirse con actuaciones paternales, maternales o inmiscuirse en la vida de nadie, tan sólo se trata de aceptar la importancia de este ámbito personal en la respuesta del o de la profesional y procurar aquellas condiciones que permitan el equilibrio personal necesario para encajar en el trabajo del equipo.
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Equipo de Shackleton durante el periplo del Endurance en el Antártico.
Cuidar entendido como vocación de servicio, no como condescendencia. Una batalla por la que merece la pena seguir peleando :-)
ResponderEliminarÉs así, Isa, cuidar como función, no como opción. Algo inherente al rol. Un Gracias, Isa :)
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