domingo, 29 de septiembre de 2024

Qué es lo realmente importante


Existe el riesgo de no darnos cuenta de lo que realmente es importante en la vida, permitiendo que el tiempo pase sin dedicarle la atención que merece. Me pregunto cuántas personas pasan su existencia confundiendo lo importante con lo necesario. No pretendo, con esta distinción, restarle valor a lo necesario, en absoluto. Simplemente, no considero que algo, por el simple hecho de ser necesario, deba guiar nuestras decisiones ni convertirse en el centro que dé sentido a toda una vida.

Por ejemplo, nadie cuestiona que respirar es necesario; dudarlo sería ridículo. Pero también es absurdo centrar una vida únicamente en la acción de respirar. Las cosas necesarias cobran verdadera relevancia cuando su ausencia pone en peligro la subsistencia o la vida. Mientras eso no ocurra, no tienen por qué ocupar el primer lugar. Son, ante todo, necesarias, lo que no las rebaja, ya que su simple existencia garantiza su relevancia y permanencia. Por otro lado, si no somos conscientes de lo verdaderamente importante, corremos el riesgo de que quede relegado, pase desapercibido y, en definitiva, no reciba jamás la atención que merece.

Entonces, ¿qué es realmente importante?

Lo que de verdad importa puede variar para cada persona, pero en líneas generales, creo que está relacionado con aquello que nutre nuestra esencia, que nos inspira y nos conmueve, aquello que conecta con nuestros valores y da sentido a nuestra existencia, lo que realmente hace que valga la pena levantarse cada mañana. Lo importante es aquello a lo que algunos, lamentablemente, pensamos que debiéramos dedicarle más tiempo.

Vivimos en un mundo que, a menudo, intenta dictarnos lo que debería ser importante, imponiendo valores y prioridades que no siempre coinciden con nuestras aspiraciones más auténticas. La presión social y cultural nos empuja a invertir tiempo y energía en lo necesario, pero no siempre en lo esencial. Es fácil dejarse arrastrar por esa corriente, olvidando que lo que realmente importa puede quedar sepultado bajo capas de obligaciones, rutinas y expectativas externas. Lo importante no siempre se revela de forma inmediata ni evidente; a menudo requiere un proceso de introspección, de cuestionarnos y replantear nuestras prioridades.

Descubrir lo importante implica mirar más allá de lo que simplemente asegura nuestra supervivencia o éxito externo. Se trata de conectar con lo que nos hace sentir completos, lo que nos permite crecer, no solo como profesionales o miembros de una sociedad, sino como seres humanos plenos. Para algunos, esto se encuentra en las relaciones significativas, en el amor o la amistad; para otros, en la creatividad, la búsqueda del conocimiento o en el acto de contribuir al bienestar de los demás. En cualquier caso, lo importante tiene un carácter profundamente personal y su búsqueda es un camino que cada uno debe recorrer por sí mismo.

A menudo confundimos lo necesario con lo importante porque lo necesario es tangible, medible y, sobre todo, reconocido por los demás. Sin embargo, lo importante es más sutil, muchas veces invisible para el mundo exterior, pero inconfundible porque tiene un impacto profundo en cómo nos sentimos con nosotros mismos.

Hay que cuestionar algunas cosas inculcadas como que “el tiempo es oro”. El tiempo no es oro, el tiempo es vida. Por eso, lograr ese equilibrio entre atender lo necesario sin sacrificar lo importante es un desafío complejo, pero vital, al que debemos prestar mucha atención cada vez que algo reclame una parte de ese valioso tiempo.

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La foto de Gabriela Palai


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