sábado, 7 de mayo de 2011

Ser líder o, simplemente, liderar…

Amante del violín, jamás me definiría como violinista. Para mí, las personas que mantienen una relación con este instrumento están clasificadas en función de algo tan sutil y a la vez tan evidente como el talento. Así pues hay violinistas de los de verdad, profesionales del violín, gente que lo toca bien y personas que, a pesar de todo y no con poco esfuerzo, lo hacen sonar, entre los que me incluyo.

La falta de talento no exime de la capacidad de integrar algunos aspectos cruciales y poder desarrollar determinadas actividades obteniendo un cierto impacto en el entorno, pero a medida que se le añade talento se adquiere, además, una dimensión que permite identificar progresivamente a la persona con aquella capacidad, pudiéndose incluso llegar a erigir como un icono de ella. En pocas palabras, ser violinista forma parte del rango de lo que uno es, tocar el violín de lo que uno hace.

Caso de trasladarlo, este ejemplo encajaría como un guante en la realidad de muchas personas que tienen responsabilidades directivas. Por un lado existirían líderes de verdad, habrían personas que lideran [se podría decir también que dirigen] y, finalmente, nos encontraríamos a quien, simple y llanamente, manda.

En torno al liderazgo encontramos, en el seno del management, todo un discurso que va desde las posiciones genetistas, que abogan por identificar en los cromosomas un genoma exclusivo de los líderes, hasta aquellas que afirman que es posible identificar, en el fondo de ojo de cualquier retina, la llama del liderazgo. Personalmente huyo de ciertas cuestiones paralizantes, como éstas que hacen referencia a si el líder se hace o nace. Siempre me ha dado en la nariz que este tipo de preguntas, de manera más o menos consciente, cargar el peso de estas capacidades en los factores hereditarios y librar, a aquellos que se consideren sin esa marca en el ADN, de aprender otras maneras de llegar a resultados deseables. Para mí, cualquier persona con las dosis adecuadas de intención y de voluntad puede arribar a orillas otrora insospechadas. Y eso es lo que realmente importa.

Paralelamente a estas disquisiciones, a nadie se le escapa que, junto a la sobrevaloración de la palabra “líder”, se ha frivolizado y diluido su significado relacionándolo gratuitamente con toda persona que ostente un cargo directivo, cuando ser líder implica, básicamente, representar en carne propia una serie de valores que han de ser clave ante una determinada realidad social y en la que se hallan implicados unos seguidores, porque no hay que olvidar que un líder ha de tener seguidores.

Desde este punto de vista, ser líder va mucho más allá de lo que nos encontramos en la más normal de las situaciones y de lo que se le suele requerir a cualquiera. De liderazgo genuino de haberlo haylo y, cuando se da, lo más natural es que se desarrolle de manera espontánea y evidente en aquellas personas con un cierto talento, y que hacen un uso desenvuelto y arrollador de esta capacidad en el espacio de libertad del que disponen.

Lo que realmente es importante es tener en cuenta que, sin pretender ser un líder, y como en el caso del violín, uno puede plantearse liderar. Es decir, ser coherente con una serie de valores e impulsar un proyecto hacia una dirección determinada, alineando a un colectivo de personas respecto de unos mismos objetivos. Para ello tan sólo ha de prestarse la debida atención a la realidad a la que se orienta el equipo y a la importancia que para ello tienen las relaciones que se establecen.

Situarse delante para tirar de un equipo se convierte, cuando de liderar se trata, en una opción más entre otras, como pueden serlo ponerse detrás para empujarlo, o al lado o dentro para acompañarlo. La clave está en saber escoger en función de la situación y de las características de las personas, algo mucho más acorde con el momento actual donde el liderazgo ha de entenderse en el contexto de una carrera de relevos y donde, según como se mire, necesitamos no tanto de líderes como de personas capaces de liderar cuando la situación lo requiere.

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Este post surge de una de aquellas reflexiones imprecisas en las que me encuentro sumergido a la sazón de una acción que he de llevar a cabo la semana que viene en Bilbao sobre el Liderazgo en los momentos que corren



14 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo, lo de “si nace o se hace” no nos lleva a ningún lado, por decirlo suavemente. Es materia de decálogo y discurso de “gurús”, más de lo mismo.

    En una serie de talleres sobre iniciativas empresariales a alumnado de FP abordaba este tema, como no, mediante ejemplos para que se involucraran opinando (por cierto son mucho más incisivos que los que vamos de adultos). Uno de esos ejemplos era el de la empresa de W.L. Gore, fabricante del tejido Gore-Tex (además de otras muchas innovaciones), que tiene miles de empleados por todo el mundo donde no hay niveles ni organigramas. Tienen, o tenían, un eslogan: “La gente vota con los pies”

    Es decir, eres líder simplemente si convocas una reunión y… ¡La gente acude!

    Espero que estas reflexiones sobre la acción en Bilbao tengan continuación después de haberla impartido. Será muy interesante, dado los tiempos que corren.

    Por cierto, bonita foto. Da la impresión de que haces algo más que “tocar el violín” :)

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  2. Firmo el texto Manel! Liderazgo una de esas palabras que superaron la carcasa para desparramarse ocupando lugares ajenos.
    Lo decía alguien en alguna conversación sobre liderazgo; pocos lideres jefes y pocos jefes lideres. Ahora jefes casi uno por cada seis trabajadores más o menos y esa es la clave para entender tanta energia en la reflexión y formación sobre esta manera de estar en los grupos favoreciendo tarea y relación.
    Te sigo Manel. Yo estoy preparando un par de encuentros de fin de semana sobre liderazgo y comenzaré a compartir en las próximas semanas.
    Y en Bilbao? Por dónde andarás? Tengo una semana complicada pero me encantaría coincidir y echar un trago.
    Un abrazo!!

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  3. "con el momento actual donde el liderazgo ha de entenderse en el contexto de una carrera de relevos y donde, según como se mire, necesitamos no tanto de líderes como de personas capaces de liderar cuando la situación lo requiere."

    Esto es lo más acorde a la realidad actual que he leido, y lo más revolucionario, rompe con toda idea de "yo soy el jefe" .... ¡uf! ....

    Respecto a lo que "soy" y a lo que "hago" .... a veces no eres violinista, pero te fusionas con el violín en un momento dado, y entonces "eres" .... no es a lo que te dedicas profesionalmente, pero "eres", no te pagarán por ello, pero es lo que te permite viajar a las profundidades de la Vida y de ti mismo .... estoy divagando por si te sirve de referencia.

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  4. Como yo no sé de violines, siempre comparo el liderazgo con el ejercicio de bailar: cuanto más te fijas en los pies y buscar esjecutar impecablemente el paso, peor te sale. Así que lo mejor es seguir el ritmo y dejarse llevar por la música.

    Y es que en esto del liderazgo hay mucho estrés. El último taller sobre el tema lo empecé con algo así como "hoy vamos a hablar de relaciones humanas...". Te sigo. ;-)

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  5. @Isabel. Muy bueno el caso que traes de Gore-Tex de liderazgo basado en el valor añadido que aportas. No necesitamos tanto líderes como personas capaces de liderar la diversidad de situaciones en las que nos encontramos. De alguna manera, en estos tiempos, hasta el liderazgo está entrando en beta ¿verdad?

    Sí, creo que algo escribiré después de esta acción, aunque sea compartir las ideas que se van a tratar… gracias por el comentario Isa.

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  6. @Gallas. El líder que requiere este tiempo es aquel capaz de ceder la palabra a quien tenga algo que decir, para ello se necesita a un tipo de persona sensible, capaz de estimular lo mejor de cada uno y, lo que es más difícil, suficientemente madura como para distribuir la atención que antes recibía por completo en aquellos que tengan que llevar la iniciativa…casi nada.

    Pintan bien estos encuentros sobre liderazgo, espero a ver que nos cuentas. Seguro que aportas luz a estas reflexiones.
    Un abrazo Asier.

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  7. @Juana, me gusta especialmente la distribución del peso en una carrera de relevos, eso de que la empieza el que tiene más potencia en la salida, que la termine el que esprinte mejor, etc. La idea de ceder el testigo a quien tenga más competencias para llevarlo más lejos en un momento dado es muy atractiva. Deberíamos encontrar la manera de hacerla real…

    Me atrae la idea que desarrollas respecto a lo que soy o hago aunque me parece válida desde la perspectiva de uno mismo como hacedor de su propio universo. Otra cosa debe ser la perspectiva de los otros sobre cada uno de nosotros y si realmente nos identifican como un “somos” o como un “hacemos”. Eso sí, como bien dices, uno puede fundirse con lo que hace y es en esos momentos donde puede penetrar en sí mismo…

    Gracias por ese mensaje tan personal y dulce que siempre transmites Juana.

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  8. @Anna, razón que tienes con lo del estrés, yo empezaría dejando de usar la palabrita y preguntando al llegar ¿Quién lleva esto?

    Como leí hace poco, menos bibliografía y más orientarse a realidades que importan a las personas y a las sutilezas de las relaciones entre éstas, como también comentas tú. Pero lo que se requiere para hacer esto último es justamente aquello que más escasea: autocrítica.
    Gracias Anna, nos seguimos ;-)

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  9. Hola Manel, yo tambien pienso que la expresion de la cara va màs allà que simplemente ejecutar el violìn.
    Comparto contigo, sin embargo, la posiciòn en que ejecutar el instrumento no nos hace virtuoso. Eso lo entendì yo con el organo clàsico hace varios años. SE puede leer la partitura, se puede ejecutar, pero pudiese no mover a las masas.
    Quizà por eso dicen que ejecuta con pasiòn, o con el corazòn. Es la expresion de las dos inteligencias o como las llaman ahora, la inteligencia emocional.

    El gerente puede igualmente, hacer postgrados, pero esto no lo convierte en lider. Al igual que el mùsico, el lider debe "reconocerse" primero como lider..
    Un abrazo,
    Alberto

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  10. @Facility manager, Totalmente de acuerdo Alberto. Respecto a este tema del liderazgo estoy de acuerdo en que lo que se requieren son profesionales con capacidad y energía para ilusionar que a la vez sean capaces de bajar al día a día, planificar, organizar, seguir y controlar. Es decir, un mix entre líderes y directivos…o lo que venía a explica en el post…profesionales capaces de liderar [dirigir]

    No sabía lo del órgano, es fantástico lo poliédricos que podemos llegar a ser e ilusionante el que no nos podamos abarcar por completo y siempre haya algo nuevo que descubrir :-)
    Un abrazo Alberto!

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  11. Siempre me he negado a "ser" mi profesión y me he refirmado distinguiéndome de "mi trabajo"tú post me da otro punta de vista y es ciertamente acertado...en ese sentido que le da tú post.Gracias.

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  12. Encara que arribi una "mica" tard, jo parlaré de llibres i de connexions mentals... violins i "la corrosión del caracter". Molt interessant!!!

    La música, com el lideratge, és un ART, que fa feliç a tots els que tenen la capacitat d'apreciar-los.

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  13. @lgtomas, yo creo que, en este sentido, este post te da la razón en tu decisión. Un abrazo. [disculpa el haber tardado en responderte...]

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  14. Mai és tard Carme, els teus comentaris sempre són benvinguts :-)
    Però no tothom que fa música ha de ser artista y, això si, tothom té una mica d’oïda...si el músic ho oblida pot ser aquí on radiqui el problema de no ser escoltat, oi?

    [sento haver tardat tant a contestar-te...]

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