No hace tanto tiempo, cuando se me ofrecía la posibilidad de impartir formación sobre planificación, no tenía ninguna duda sobre sus contenidos. Hubiera pensado tan sólo en el método, hubiera clonado el discurso de siempre y me hubiera centrado en los conceptos, vigilando muy de cerca que se formulasen correctamente líneas estratégicas, objetivos y acciones y velando para que, en todo momento, se observasen de manera rigurosa los diferentes pasos a seguir, los cuales recitaría una y otra vez como si de un mantra se tratara.
Mírese como se mire, con más o menos gracia y queriéndolo o no, este discurso redirigía y absorbía toda la energía hacia la observación incuestionable del método y convertía poco a poco el hecho de tener un plan en un fin por sí mismo. No es pues nada descabellado pensar que cierta parálisis, estancamiento y vacuidad de infinidad de planes “estratégicos” ha tenido, en este tipo de pedagogía, uno de sus principales determinantes.
Debido, sin lugar a dudas, a los corrimientos tectónicos que el momento actual está provocando en los modelos tradicionales de management y a la fabulosa oportunidad de haberlos vivido a través de la colaboración en proyectos de planificación de todo tipo y tamaño, mi enfoque actual parte de la premisa fundamental de que la planificación es tan sólo una herramienta y que, como tal, ha de colocarse en el lugar que le corresponde que no es otro que en el contexto de la gestión del cambio en un entorno organizativo concreto.
Estos dos aspectos, gestionar el cambio y las características e idiosincrasia de la organización que lo lleva a cabo, añaden a la estructuración y metodología de los procesos de planificación ciertos matices que son fundamentales por condicionar la salud del plan en el futuro de la organización y que he intentando resumir en estos tres grandes apartados:
> Invertir el tiempo necesario en contrarrestar la incertidumbre y generar ilusión, definiendo y recreándose en la proyección del escenario al cual se quiere arribar mediante la concreción de sus características y de los beneficios que éste ha de reportar al momento actual. Esto es disponer de un buen motivo que requiera de un plan para alcanzarlo.
> Incluir a todas aquellas personas que han de implicarse en el cambio mediante la articulación de mecanismos claros de conversación y de participación, a lo largo de todo el proceso de planificación, que sean diáfanos respecto de los parámetros de esa colaboración, incluyéndose la utilización que se hará de todas aquellas aportaciones que se obtengan.
> Conferir utilidad, sencillez y confiabilidad a la metodología de planificación, adaptando las fases, conceptos y nomenclatura estándar a la dimensión esperada del cambio [no todo, de hecho nada, es ya estratégico], a la estructura cognitivo-conceptual de la organización y, sobre todo, a la manera de describir el mundo y al vocabulario de las personas implicadas.
--
A lo largo de mi vida profesional he participado activamente en la elaboración de planes estratégicos en la organización en la que te trabajado, siempre con la sensación de que se hacían porque tocaba y no porque fuesen necesarios. Esta planificación, como tú dices, se convertía en un objetivo, en algo finalista, y una vez elaborado, nadie garantizaba ni su seguimiento ni su evaluación.
ResponderEliminarPlanificar es importante cuando sabemos a dónde queremos llegar, el problema está en que a veces planificamos para que este plan nos diga hacia dónde tenemos que tender, vamos, que invertimos el orden de las cosas.
¿Cuántas veces nos habremos, me habré, centrado tanto en el camino que hemos olvidado del porqué lo seguimos?
Interesante reflexión la tuya, como siempre.
Saludos.
Es justamente esta experiencia que comentas la base de este post y lo que mueve a orientar la formación en planificación hacia el “por qué” antes que hacia el “como”.
EliminarGracias por pasarte y perdona por tardar en responder, he estado viajando con poco tiempo para sentarme con la tranquilidad que requieren los comentarios. Un abrazo!
Hace poco leía una interesante entrevista realizada a un reconocido y laureado entrenador de atletas. El describía como planificaba los entrenamientos de sus dos más importantes atletas y la respuesta era sorprendente, lo hacía de manera totalmente diferente.
ResponderEliminarEl primer atleta, tiene como virtud su gran resistencia al trabajo sin problemas de lesiones (Por cierto, no va a la olimpiada por una inoportuna lesión). No tiene cualidades extraordinarias pero su capacidad de trabajo le permite obtener grandes resultados. A este atleta se le puede hacer una planificación de entrenamiento de muchas semanas o meses.
La otra atleta, tiene unas cualidades excepcionales que tan solo otras tres o cuatro atletas poseeen a nivel mundial. Su problema es la fragilidad que presenta a los entrenos duros que acaban una y otra vez en lesiones. No hay manera de planificar sus entrenamientos. Todos los días después del entrenamiento y en función de las sensaciones percibidas, el entrenador prepara el entreno del día siguiente...
Este ejemplo habla de la importancia de la adaptación de la planificación a la realidad de cada entorno, que describes en el tercer apartado y pone en valor la importancia de tener un buen "entrenador artesano". :))!
Saludos!!
Probablemente el próximo post que escriba vaya sobre eso que traes aquí, ¿la artesanía, es una opción en consultoría? ¿hay otra forma de abordar las necesidades y retos de las personas que no sea desde la realidad y posibilidades de la misma persona? [Léase también donde dice “persona”, “organización”]
EliminarTu aportación ejemplifica y complementa de maravillas los contenidos del post. Merci!
Como le decía al comentarista anterior [tb Pau], perdona el retraso en responder… Un abrazo!
Es clave el punto de "Invertir el tiempo necesario en contrarrestar la incertidumbre y generar ilusión, definiendo y recreándose en la proyección del escenario al cual se quiere arribar" y sin embargo el que, en mi experiencia, peor se hace.
ResponderEliminarSiguiendo en el entorno atlético de mi compañero comentarista, recuerdo de mis tiempos de entrenador de atletismo que nos enseñaban en la escuela de entrenadores que era recomendable imaginarse de la manera más detallada e idealizada posible la carrera en la que ibas a participar al día siguiente. Era una forma de visualizar _qué_ querías hacer.
Sin saber a donde se quiere ir cualquier plan puede parecer bueno como decía alguien (Séneca creo) con velas y vientos.
Gracias por el post Manel
Gracias a ti Luís. Es cierto, aunque suene a perogrullada lo primero es lo primero y ha de haber un motivo potente que justifique y por el que merezca la pena seguir un plan. Esta falta de un “verdadero” motivo “que motive” creo que es el principal agente de corrosión de muchos planes.
EliminarLo dicho, perdona por la tardanza en responder, no me gusta que pase tanto tiempo. Siempre me alegra verte por aquí.
Magnífico post. Enlazando con tu reflexión anterior, sin duda los buenos maestros son los que, además de dominar aquello que enseñan, dedican el tiempo necesario a seguir aprendiendo. Poder aportar conocimiento a una organización para afrontar el cambio implica que quien lo hace no se ha quedado estancado, que se revisa y avanza, que no pretende anteponer “el saber por el saber hacer”.
ResponderEliminarNo es fácil comentar a este post, no sobra ni falta nada. Sin metodología previa no habría una base sobre la que trabajar pero, sin saber evolucionar y adaptarse a un nuevo contexto, no se puede aportar. Es fundamental lo que destacas sobre las características e idiosincrasia de la organización y la inversión en tiempo para poder tener visión. Pero de nada serviría sin concreción y articulación de mecanismos claros de conversación y de participación. Y para ello, como expone Paulino con su ejemplo, hay que conocer y encauzar las capacidades y tiempos de las personas que han de involucarse en el proceso de gestión del cambio.
Disculpa la extensión, soy consciente de ir interiorizando tu reflexión al tiempo que escribo el comentario. Es de los que me hacen pensar y revisar-me. De los que subrayo y vuelvo a leer a menudo.
Un abrazo! :))
Exacto Isabel, como le comentaba a Paulino, en estos temas la artesanía no es una opción sino que forma parte del método bien aplicado. No se entiende el clonaje en determinadas herramientas de gestión que han de ajustarse a las características que distinguen y singularizan a una organización.
EliminarGracias por traer aquí tu comentario, Isa [y la extensión!! ;)]
Siento la tardanza en responder, un abrazo!
ME ha encantado tu post. Desde luego que no hay que olvidar los conceptos, los métodos, las fuentes vaya. Tu mismo eres toda una fuente. Pero para garantizar la efectividad desde luego que hay que adaptarse a cada entorno. Desde que voy cumpliendo ya una edad ya no me permito generalizar, pero en ningún aspecto. Creo , al igual que tu, que la ilusión juega un papel esencial y además integrador de todo el proceso. Los esfuerzos dependen de la ilusión, del entusiasmo.
ResponderEliminarComo bien dices,el propio plan no puede ser el fin en si mismo, debe vérsele su utilidad, los beneficios que se pueden lograr y a la vez esa ilusión dependerá de que se impliquen a todos los que vayan a participar. El saber como se utilizarán sus aportaciones también genera entusiasmo y es un potente elemento de motivación.
Y por último el hecho de ser "poliglota" también ayuda a entender a las propias fuentes: conceptos metodología y la propia finalidad del proceso de planificación. Todo ello es evidente que genera ilusión sobre lo que se puede llegar a lograr cuando se hacen las cosas bien.
Gracias Manel.
Abrazos de María del Mar
Qué alegría verte por aquí María del Mar! Suscribo tu punto de vista sobre el tema que, conociéndote, me consta que se desprende de tu propia práctica personal. Ya lo decían nuestros mayores que la “ilusión mueve montañas”. Apliquémonos en ello pues y seguro que se vencen muchas de las resistencias que actualmente entorpecen la marcha de muchos planes.
EliminarUn abrazo fuerte, María del Mar.
Mi propio desarrollo y aprendizajes, y las maneras de acercarme a los grupos, las personas y los proyectos consecuentes me ha llevado a alejarme de la hiperplanificación. Al comenzar y (por qué no decirlo para tratar de domar mi espíritu expansivo) me sometí a las directrices de las planificación detallada. Enseguida sufrí el "sindrome de la parálisis por el análisis" y descubrí (para alegría y liberación de mi estilo promovedor) que del caos surge la auto-organización y la creatividad. Con la que está cayendo las metodologías ágiles que nos orienten rápidamente a la acción son reinas.
ResponderEliminarSaludos.
Me consta esa evolución personal a partir de lo que vas escribiendo en tu blog , Visi. En este sentido yo también he dejado mucha coraza metodológica quedándome con el núcleo que, curiosamente es plástico y adaptable y, sobre todo, fácilmente transportable.
EliminarUn abrazo,
La escritora vasca Karmele Jaio titula su último artículo: "Sin plan". Por supuesto, se refiere a este puente del 1 de mayo y, con su ternura habitual, habla de una cierta presión social por la que "todo a su alrededor parece insistir en que tiene que organizar o planificar algo". Supongo que, en ocasiones, las organizaciones sienten también esa presión y la convierten en la razón para planificar, aunque sea únicamente para poder contarlo.
ResponderEliminarReflexionábamos estos días en el equipo sobre las vías, canales, espacios, ambientes, oportunidades, ... de participación. Qué importante!! Tomar parte para formar parte.
Curiosamente, el vocabulario también nos provocó una buena conversación. Hablamos de un lenguaje propio en el equipo, en la organización. Un lenguaje que todas las personas implicadas comprendan, interioricen y manejen de igual manera como base para un esfuerzo común.
Os propongo un ejemplo: ¿a todos los que leéis estas líneas os dice lo mismo la palabra re(d)lación?
Sí. En esta casa se cuida mucho el significado de las cosas. Yo, al menos, así lo entiendo.
Para mi sois el paradigma del cómo dar forma a una ilusión y del cómo trazar un camino que os acerque hasta ella saboreando todos los detalles del camino incluyendo vuestra propia compañía. No puedo evitar [desde mi cortina] una sonrisa de orgullo al ver un equipo humano tan orientado a la tarea y con tanto respeto y afecto por la diversidad de sus miembros. De hecho has de creerme si te digo que estoy cambiando mi opinión sobre la existencia de muchos aspectos, preciosos, que ya creía perdidos. ¡Toda una fortuna!
EliminarY sí, en esta casa se ha de cuidar el significado y los significantes para estar a la altura de las personas que pasáis por aquí :)
Mila esker Marta!