jueves, 13 de junio de 2013

Cambio

Escribiendo el título de este post me preguntaba el porqué de la sensación que la palabra cambio despierta siempre como si se tratase de algo coyuntural, que sucede muy de vez en cuando, tan sólo cuando se trata de pasar de una situación a otra y para lo cual hay que concienciarse y prepararse adecuadamente, como quien pretende mudarse de casa, algo que sucede a veces pero que no suele ser lo más habitual para la gran mayoría de los mortales.

Al hilo de esta reflexión, pensaba que hablar de cambio en un mundo en el que, por el hecho de girar permanentemente, la inmovilidad no existe, donde el rostro que se mira en el espejo cada mañana no es exactamente el mismo rostro que se miró el día anterior y que, por lo tanto, el aquí de ayer no es nunca el aquí de hoy, hablar de cambio, decía, debería ser como hablar de respirar, algo que ni se pretende, ni se pone en duda, sino que es tan básico que se supone inherente al estar vivo y que, en todo caso, hay que velar para que se pueda realizar de la manera más fluida, cómoda, eficaz y durante el máximo de tiempo que sea posible.

Me preguntaba si nadie que desarrolle alguna idea sobre el cambio desde el prisma de un mundo estático puede ser mínimamente creíble respecto a lo que pregona y me han venido a la cabeza los famosos seminarios de sensibilización al cambio y las cohortes de gurús y visionarios que [todavía] alertan del apocalipsis y advierten de que ya ha llegado el momento de recoger los bártulos, levantar el campamento y salir de la zona de confort, para empezar la particular travesía por el desierto que a cada cual se le abra por delante.

Quizás sea esa visión coyuntural del cambio, la de algo optativo a lo que es aconsejable acercarse culebreando, en zigzag, con el fin de tener alguna posibilidad de poder evitarlo, la causa por la que algunos pueden pensar que hablar sobre cambio sea atender a lo que habría que hacer para que ocurriese algo determinado cuando, realmente, se trata de reflexionar sobre qué se está haciendo mientras ya se está cambiando.

Y conste que con este “qué se está haciendo” no quiero dar a entender que necesariamente se deba hacer nada en concreto ya que, como todos hemos podido comprobar, a veces, lo que conviene es “dejar de hacer”. El tiempo nos está enseñando que dejarse mecer por la corriente puede llegar a ser una de las mejores maneras de no ofrecer resistencia al cambio, mientras que empecinarse en gobernar la nave suele llevar, las más de las veces, a capear la situación, lo que no deja de ser una forma distinta y heroica de referirse al hecho de navegar “contracorriente”.

En el último encuentro de la Red de Consultoría Artesana [REDCA] decidimos organizar una Jornada de Trabajo que estuviera orientada a compartir, con aquellas personas interesadas y que estén gestionando el cambio en sus organizaciones, la diversidad poliédrica de enfoques que, desde la consultoría, tenemos algunos de los que, en este momento, conformamos esta red profesional.

La Jornada se celebra en Bilbao, el día 5 de julio en el marco de la Universidad de Deusto y, aunque no vamos a reunirnos todos los que quisiéramos, sí que hay los suficientes como para garantizar un buen sarao. Allí van a estar: Alberto Barbero, José Miguel Bolívar, Juanjo Brizuela, Asier Gallastegi, Julen Iturbe-Ormaetxe, Antonio José Masiá, Nacho Muñoz, Amalio Rey, M. Jesús Salido y yo mismo.

La hemos titulado “¿Gestión del cambio? Una mirada artesana” no tanto, creo yo, para trasladar un punto de vista original o raro como para insistir en la importancia de gestionar el cambio imprimiendo, en cada caso, aquel sello personal que resulta de aprovechar al máximo las características y posibilidades que emanan de la propia organización, algo que quizás a muchos resulte obvio pero que no lo es tanto a juzgar por la cantidad de diseños prêt-à-porter con los que nos solemos encontrar en la práctica.

Ésta es la razón por la que hemos dividido la Jornada en dos partes. En la primera está prevista una pasarela con intervenciones muy cortas sobre diferentes aspectos relacionados con la gestión del cambio. El objetivo de esta primera parte no es tanto el de aportar información como el de estimular a reflexiones paralelas que nos llevaran a la segunda parte, sin lugar a dudas la más importante y enriquecedora, en la que tendremos oportunidad de compartir los ecos que las diferentes aportaciones hayan logrado hacer resonar entre aquellas personas que estéis ahí.

Aquí tenéis el web donde podéis ampliar la información sobre el evento e inscribiros en el caso de que os interese:



6 comentarios:

  1. Dejarse acompañar por el cambio y tratar de influir en él... a lo mejor depende del nivel de ambición que colocamos en nuestras actividades. En cualquier caso, da para mucho el tema, para un primer #fororedca y para no sé cuántos más. Porque es evidente que lo pasamos bien discutiendo sobre ello ;-)
    Nos vemos, Manel.

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué oportunidad para desaprender!
    Aprender está bien pero si uno solo aprende y aprende y no desaprende, se ancla en lo sabido y no puede vivir en lo que está ocurriendo en el ahora, que siempre es nuevo y por lo tanto desconocido y tan enriquecedor...

    ResponderEliminar
  3. Esto me hace pensar: "se trata de reflexionar sobre qué se está haciendo mientras ya se está cambiando". Yo creo que hay "cambios" y "cambios". Hay algunos que estan ahi, operando de forma subterranea y de manera imperceptible cuando "ya se está cambiando" sin ni siquiera platearnoslo. Pero hay otros que son buscados de manera consciente, que responden a un deseo de desmontar cosas, de "destruir creativamente", y creo que ahí sí que hay una suerte de "gestión", incluso a veces una estrategia (que se termina respetando o no, pasa de todo). Hay cambios incrementales y cambios radicales, muy significativos. En estos ultimos sí que veo "hitos", momentos de inflexión, una discontinuidad, provocada o sobrevenida. Estoy convencido que podemos influir sobre el cambio, que lo podemos canalizar, pero para eso se tienen que dar determinadas circunstancias.
    Nos vemos Manel el día-5. Un placer compartir :-)

    ResponderEliminar
  4. Pues aquí me tenéis "babeando" y... buscando vuelos ... tendré que consultar en mi trabajo ... todo "patas arriba" ... lo habéis conseguido jajajaja

    ResponderEliminar
  5. cambio [aldaketa]

    "En el fondo de un viejo estanque vivía un grupo de larvas que no comprendía por qué, cuando alguna de ellas ascendía por los largos tallos de lirio hasta la superficie del agua, nunca más volvía a descender donde ellas estaban.

    Se prometieron una a otra que la próxima de ellas que subiera hasta la superficie, volvería para decirles a las demás lo que le había ocurrido.

    Poco después, una de dichas larvas sintió un deseo irresistible de ascender. Comenzó a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales y, cuando finalmente estuvo fuera, se puso a descansar sobre una hoja de lirio. Entonces experimentó una transformación magnífica que la convirtió en una hermosa libélula con unas alas bellísimas.

    Trató de cumplir su promesa, pero fue en vano. Volando de un extremo al otro de la charca podía ver a sus compañeras, en el fondo. Entonces comprendió que, incluso si ellas, a su vez, hubieran podido verla, nunca habrían reconocido en esta criatura radiante a una de sus compañeras".

    ResponderEliminar
  6. Interesante artículo, con tu permiso cojeré un par de conceptos para un post en mi blog sobre campamentos de verano

    ResponderEliminar