Curioso el efecto que se consigue todavía hoy en día, en medio de la fiebre de medios y plataformas para generar dialogo y colaboración, de mostrar la comunicación como algo ajeno, aburrido y extraño para lo que, seguramente, se debería estudiar mucho pero no por mucho tiempo, no vayamos a dejar de hacer cosas realmente importantes.
No es mi intención acometer contra nada de lo que dice el artículo ni sobre su supuesta utilidad, visto que, con la cantidad de años que se va diciendo lo mismo, su aplicación es penosa a juzgar por los lamentos de empresarios, directivos y trabajadores. Además, yo mismo estoy comprometido recientemente con un proyecto de comunicación interna para un Sector del Ayuntamiento de Barcelona, un proyecto comedido e impulsado por un equipo dinámico que no ha perdido de vista lo más importante, es decir, la dimensión humana de la comunicación. Y es ahí, sobre este aspecto, donde he garabateado cuatro notas mal escritas encima del artículo que utilizo como un lienzo para este post:
> Las personas se comunican por sí solas, tanto si nos gusta como si no. Y lo hacen espontáneamente aunque no dispongamos de un almacén de zanahorias para premiarlas. Quizás no vaya todo como quisiéramos en cuanto a quién se comunica y para qué lo hace, pero las personas tienen claro por qué lo hacen, por qué lo necesitan y que les es útil. Es muy pero que muy importante tenerlo en cuenta así como considerar y aprovechar a los grupos y redes que ya existen.
> Suponer que la información que se transmite normalmente en la organización es de interés para todos por el mero hecho de compartir un mismo techo es mucho suponer, ya que normalmente adopta un carácter hipnótico, con efectos claramente barbitúricos, instalando al personal en un coma de apatía amiquecoñomeimporta sin remedio. Muchos de los temas denominados “corporativos” no cuentan con ningún “cuerpo” entre sus filas. La comunicación interna ha de abarcar la complejidad de las personas e incluir en su planteamiento el off-topic. Abrir escenarios y canales donde puedan manifestarse intereses de las propias personas no es tan sólo una forma de hacer el día a día más amable sino también una manera de reflejar la dimensión humana de la organización y, por lo tanto, de su mensaje.
> Al hilo del comentario anterior, la pregunta crucial que deberíamos responder, antes de lanzarnos a la elaboración de complejas intranets o de concienzudos boletines informativos, es Cómo hacer interesante la empresa al trabajador, y para responder a esta pregunta dejaría de lado los profundos estudios psicológicos rescatados en vanguardistas valles californianos y me fijaría detenidamente así como escucharía a mi interlocutor. La falta de orientación a los propios equipos y personas y la incorporación vicaria de las herramientas de comunicación es todavía una constante en muchas organizaciones y una de las razones de los estados de estupor que ocasionan actualmente.
> Seguramente, tal y como dice el artículo, las reuniones entre directivos, mandos, etc. son buenas para hacer equipo pero, aunque se intuye que “eso” del equipo ha de estar bien y debe de suponer mejoras para todos, muchos “equipos” no aciertan a ver el fundamento de serlo, se ven más como individuos agrupados y traducen esta percepción en reuniones artificiales e innecesarias en el pensamiento de todos menos de quien las organiza. Visibilizar el porqué la necesidad [sobre todo de cada persona] de comunicarse como equipo es principal para establecer un sistema de reuniones. Hacer lo contrario es empezar la casa por el tejado.
> La comunicación interna ha de tener un lugar en la estructura, un espacio propio y con recursos para ser seguida, valorada y mejorada. Mientras siga dependiendo de habilidades desdibujadas y de estilos particulares de los directivos o mandos intermedios estará en tierra de todos que es como decir en tierra de nadie.
> Que por ignorar las habilidades y la capacidad de las personas que colaboran en una organización se suponga incompetencia por parte de estas es una de las peores necedades que nos han dejado los modelos de management responsables del pastel que tenemos en la actualidad. Integrar a todos los rincones de la organización y ceder el liderazgo en la implementación de algunas herramientas [blogs, etc.] a aquellas personas que realmente saben y quieren hacerlo, independientemente del lugar que ocupe en la estructura, no tan sólo es inteligente sino que, además, es necesario si estamos realmente decididos a que esto de la comunicación interna funcione.