viernes, 28 de diciembre de 2012

[2012]

Decidí dejar de publicar estas valoraciones desde el momento en que creí que ya no aportaban ningún valor, pero estoy terminando el año con la cabeza llena de extrañas ideas que filtran mi día a día y provocan una sensación de incómoda distancia con mi realidad más inmediata; soy contrario a ofrecer cualquier versión de lo que me rodea que no sea posibilista y estas ideas que me rondan todavía no han mostrado, a las claras, su identidad real, así que voy a intentar exorcizarlas llevándolas al papel y ya decidiré después qué hacer con ellas.

Digamos que este año ha sido un digno merecedor del anterior y que todo aquello que se pronosticaba ha sucedido, si algo podía ir mal ha sido peor y, a nivel de vaticinios, no se augura nada mejor en un futuro que ya no tiene, al menos para mí, plazos creíbles.

Mi escenario habitual ha sufrido un proceso creciente de desertización debido al vacío y desecación progresiva al que está siendo sometido por la voracidad insaciable del momento y algo tan frágil, como puede serlo la consultoría de desarrollo, se ha visto aprisionado entre el afán recaudatorio y una orgía jurídica que todavía tiene atenazadas a las organizaciones en la resolución de un aquí y ahora que se prolonga a cada momento que transcurre.

Pero, a nivel general y visto lo visto, afirmar que el año ha ido mal no sería del todo justo, en total, suman una veintena de colaboraciones entre las que se cuentan algunas de muy interesantes que me han aportado nuevos aprendizajes y la posibilidad de desplegar con éxito nuevas formas de trabajar que colocan a la persona en el centro de toda reflexión. En cuanto a las actividades de formación, he logrado consolidar un discurso propio en torno al liderazgo en un contexto como el actual, donde la falta de recursos se ha de maridar con un desarrollo organizativo basado en valores y principios distintos, muy distintos de los que se han seguido y aplicado hasta el momento. He tenido incluso la oportunidad de ampliar este discurso al ámbito de la gestión del cambio y de la planificación, con todo lo que conlleva de reorganizar ideas y de aprender de las propias conclusiones a las que he ido llegando, uno de los canales, dicho sea de paso, más importantes de formación para un consultor.

La conclusión es la de identificar mi trabajo con aquello que me interesa y me conmueve y la de aportar un valor a la colaboración que va más allá de sacarle las castañas del fuego a alguien en un momento determinado. Ya es mucho.

Y quizás sea éste el determinante principal de mantenerme vivo, profesionalmente hablando, ya que todo este trabajo ha estado pésimamente retribuido, en la mayoría de casos. O, lo que es lo mismo, se ha doblado y triplicado el valor aportado al mismo coste. La derrama de una deuda ajena sobre la población en general y sobre los autónomos en particular tampoco ha sido de gran ayuda a la hora de arreglar las propuestas técnico económicas o de abaratar precios. Pero de esto prefiero no hablar, dejémoslo en que soy de los que creen que trabajar genera trabajo, que aunque no tenga recursos, mi cliente natural sigue teniendo necesidades y que las relaciones de colaboración tienden, tarde o temprano, a un equilibrio saludable para aquellos que participan en ellas.

Aún así, este año tan difícil no ha transcurrido en vano y me llevo algunas joyas como el haber trabajado y podido reencontrarme con escenarios y personas muy importantes de mi pasado; el de un viaje que me permitió conocer, reconocer y sentirme acogido entre buenos colegas o el de haberme reencontrado gratamente con clientes con los que hacía años que no colaboraba.

Pero lo mejor ha sido el de las evidencias que ofrece el momento actual para constatar quién es quién a partir de cómo se conduce en sus proyectos y para con sus colaboradores y, aunque siempre hay aquella persona que, aprovechando las bajas temperaturas del exterior, hace todo lo posible para obtener el máximo al mínimo precio, ignorando el verdadero valor de la colaboración y reduciéndolo todo a una relación interesada, pícara y estéril, hay también quien está ofreciendo una verdadera lección de lo que es el valor y el liderazgo en tiempos de crisis y, sin dejarse ensombrecer por la situación o embaucar por aquellos desertores que le invitan a rendir las armas, sigue apostando por sus ilusiones y las de su gente haciendo que hasta yo mismo me sienta orgulloso de ser quien soy y de hacer lo que hago.

Vaya, a tod@s ell@s, pues, mi agradecimiento por los logros de este año y mis más sinceros deseos de que el 2013 esté a su altura, si es que en eso de los años hay tallas tan grandes.

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La foto la he encontrado aquí


13 comentarios:

  1. jo... enguany no hi ha vídeo? =P
    ho hauré de llegir tot?
    T'has tornat anti-rosses? =P

    Una abraçada Manel. Aquí estarem l'any que vé també... =)

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    1. M’ha semblat que el més original era no fer vídeo! ;-)) Un petó Tona, és reconfortant saber-te aquí...

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  2. Hace unos meses, cuando preguntaba a un amigo consultor que tal le iba me decía aquello de "remando el triple para no retroceder demasiado", y me pareció un buen resumen de los tiempos que vivimos.
    A pesar del momento desolador que atravesamos, sigue mereciendo la pena hacer lo que nos gusta, compartiendo con la gente amiga, tratando de aportar un granito de arena a los procesos de cambio...
    Te deseo un 2013 con muchos avances, aunque sea remando duro.
    Un abrazote

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    1. Sí que es un buen resumen. Poder construir tu oficio a partir de lo que te interesa y gusta hacer, es un privilegio a la vez que uno de los garantes del trabajo bien hecho. Del momento en el que estamos me fascina la emergencia de estos valores que traen a la persona a un primer plano y que parecen ser los que impulsan este nuevo mundo que estamos esperando ambos. Estoy convencido de que en este aspecto no tan sólo podemos aportar sino que además, aportará mucho a lo que hacemos. Te deseo también un buen año Fernando. Un abrazo.

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  3. El año que viene mejorará .... al menos esa es mi intención ....
    Y yo, que trabajo en la Administración también tengo esa sensación que, tan bien describe Fernando: "remando el triple para no retroceder demasiado" ....
    ¡Feliz Año 2013! nos lo merecemos
    ¡Un beso!

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    1. Conozco bien las dificultades por las que estáis pasando los equipos técnicos en estas organizaciones, no es fácil para vosotros el momento, nada fácil. Te deseo también un feliz año, Juana , vaya que si os lo merecéis! Un beso

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  4. "Porque, al final, buscamos [al menos yo], entre el inmenso bosque de rostros con el que nos cruzamos en nuestra vida, a aquellas personas capaces de hacernos sentir realmente grandes y orgullosos de nosotros mismos por confirmarnos, tan sólo, la sospecha de que el ser humano existe y es realmente bello".

    El difícil 2012 ha sido el año en el que algunas intuiciones y sueños se han hecho realidad a base de esfuerzo y cariño.

    Tu presencia en nuestra Emosfera ha sido, es y seguirá siendo un acicate para crecer a nivel personal y de equipo y para continuar aumentando mi admiración, respeto y cariño hacia ti.

    Eskerrik asko Manel eta urte berri on!!

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    1. De lo mejor del 2012, Pau. Todo un lujo para mi! Una vivencia que delimita un antes y un después en el que espero tener la oportunidad de construir contigo y con el resto del equipo.

      Muchas gracias y un abrazo fuerte

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  5. Hasta pronto. Quizá.

    Ojalá.

    Así se despidieron mis primeros pasos titubeantes en este blog.

    Y apenas han pasado unos meses desde entonces y no puedo evitar sentir que, en realidad, han sido 13 vidas. Será el aprendizaje que emanas, en todo lo que compartes, en tantos espacios, ... que genera la ilusión de haber vivido más allá del tiempo y el espacio real.

    No me gusta vaticinar, Manel. Pero, desde niña, me gusta soñar, imaginar, creer y desear. Y eso es lo que voy a hacer ahora aquí.

    Estos son mis deseos para tí en el 2013:

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    No se ven aquí, no. Te los escribo con esa tinta que conoces bien. Esa tinta mágica que los irá haciendo visibles a medida que se vayan haciendo realidad.

    Los hombres azules sabéis mucho de ésto. Os lo dicen las estrellas cuando habláis con ellas al perder de vista la nube en el mar.
    Habrá otras nubes y, como bien dices, algunas que se alejaron volverán al desierto. Y tú las seguirás, de nuevo.

    Porque intuyo que, desde niño, tú también sueñas, imaginas, crees y deseas.

    Porque quiero pensar que seguirás contándonoslo aquí.

    Porque ese, Manel, es mi deseo número 13. El que se puede leer ya, aquí y ahora, porque tú lo haces, ya, una realidad.

    Hasta pronto. Quizá.

    Ojalá.

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    1. Si estos deseos son cosas buenas para mi, seguro que entre ellos está el de seguir contando con tu compañía en este espacio y con la belleza de tus comentarios, Marta. Por mi parte me desviaré a menudo de mi camino para venir por aquí, los hombres azules no solemos perder la oportunidad de explicar o de escuchar una buen cuento en el calor de una buena amistad.

      Hasta pronto, seguro.

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  6. Manel!! Acabo de mirar a mi 2012. ¡Que intensidad! Este año hemos tenido la suerte de compartir momentos, se de tu año y tu sabes del mio. Me sale con mucha fuerza la sensación de oportunidad. Como de estar saboreando lo importante. Los matices, algunos sabores no son agradables, incluso a veces el movimiento del barco en el tsunami hace difícil cogerle gusto a nada. Me gusta charlar contigo, refrescarnos en noches de calor, intercambiar recomendaciones de libros y leerte. Leerte es a veces encontrar lineas que delimitan caminos y otras simplemente disfrute por la musica que cogen unas palabras junto a las otras. Bonito 2013 Manel!

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  7. Tiempos de aprendizaje intenso en el que se necesita apoyo y referencias para continuar avanzando y para poder visualizar cómo cada etapa se constituye en un nuevo inicio. Contar con tus reflexiones compartidas es uno de esos apoyos importantes. Gracias Manel. :-)

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