miércoles, 3 de abril de 2013

El camino, la verdadera meta

Tanto o más importante que al lugar al que se pretende llegar es cómo se llega a dónde se quiere ir, ya que es en el camino donde se dan los encuentros, se aprende y, en definitiva, uno se transforma y va madurando a la par de adquirir consciencia de saber dónde se halla y de cómo lo ha conseguido.

En un mundo cambiante, perseguir un final determinado es, cuanto menos, un absurdo. Cualquier meta no debiera ser más que un hito a partir del cual decidir en qué dirección seguir avanzando y, de ese modo, concentrarse en aquello que en realidad importa, es decir, en cómo se recorre el camino y se puede dar la mejor versión de uno mismo lléguese donde se llegue.

Esto que, según se mire, puede encajar con cualquier aspecto de la vida, debiera ser una máxima en el desarrollo organizativo. La atención, en cualquier proceso de cambio, ha de dirigirse hacia el cómo, ya que es en el método y en los valores que lo han inspirado donde reside, realmente, cualquier posibilidad de seguir avanzando y el futuro al que se podrá optar.

De ahí que lo importante en consultoría no sea tanto el resultado que se persigue a través del proyecto en el que se colabora sino el método utilizado a lo largo del mismo, ya que es en el "cómo" donde reside la oportunidad de que el cambio no sea el fin sino el "medio" a través del cual se llega a un determinado resultado. Dicho de otro modo, no se ha de llegar para cambiar sino que se ha de llegar cambiado.

Hay quien piensa que eso significa que el consultor debe transferir su manera de hacer, pero yo no lo veo así. No es el "hacer” del consultor lo que se aporta en una relación de consultoría, éste pertenece al consultor y le define como tal, lo que hay que aportar son herramientas y capacidades que añadan valor a la razón de ser de la organización y le permitan seguir siendo.

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Fotografía de [cumClavis]: Camino de Ávalon


10 comentarios:

  1. ¡Que bueno Manel! El camino es nuevo para todo el que lo transita, y al mismo tiempo está muy trillado por todos los hombres y mujeres que lo han hecho antes. / Eugenio
    PS Un abrazo

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    1. Cierto Eugenio, y como dice un buen amigo y compañero de montaña, después están aquellos caminos que se abren cuando la maleza que los cubre se rinde a tu paso. Creo que de estos tú conoces alguno :-) Un abrazo!

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  2. Me recordaste la frase de Carl Rogers "La extraña paradoja es que cuando me acepto tal y como soy puedo cambiar". Me gusta la idea de aportar herramientas y capacidades para seguir siendo y que muchas veces es seguir cambiando...
    Un saludo y un gusto leerte.

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    1. Debiéramos incorporar el concepto de “orgánico” a muchas cosas que hacemos. Los planes debieran ser orgánicos, los sistemas de comunicación, de gestión del conocimiento, las relaciones de puesto de trabajo, todo debiera ser contemplado como “orgánico”. De este modo y a partir de este concepto desarrollaríamos expectativas más realistas sobre lo que hacemos o sobre lo que creemos ser. Algo parecido, por utilizar un ejemplo sencillo y claro, a cuando prevemos la ropa de un niño y compramos una talla más grande sabiendo que ha de crecer. Nuestra concepción del momento debiera ser, en suma, como el rostro que contemplamos cada día en el espejo, siempre es el mismo pero nunca es igual, se le van añadiendo surcos, matices en la mirada,…

      El placer es mío por tenerte aquí. Un abrazo Ángela!

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  3. " ... el que está demasiado empecinado con el lugar al que tiene que llegar, no ve
    lo que ocurre en el camino ... " Claudio Naranjo

    Y como bien dices, a veces es tanto el empeño en llegar, que no te das cuenta de que "el que llega" nada tiene que ver con el que partió ...

    Un abrazo

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    1. Y esta es la forma de malbaratar un proyecto [o una vida], valorar resultados sin vivir ni ser consciente del proceso, algo parecido a perderse el crecimiento y la evolución de los hijos por la obsesión de lo que serán de mayores. También abunda el efecto que podríamos denominar “Dorian Gray” consistente en tener que mostrar siempre una imagen invariable y libre de la mácula del tiempo, abominando, escondiendo y considerando un lastre el rastro que la historia va añadiendo a todas las cosas. Lo que dices tú, el empeño por llegar puede llevar a la imposibilidad de degustar los resultados por falta de consciencia de quien llega.

      Un abrazo fuerte, Juana.

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  4. Nunca me han convencido quienes proclaman eso de que el fin justifica los medios y estas palabras tuyas han llenado de luz la reflexión que, sin yo saberlo, se acurrucaba detrás.
    ¿Y si, realmente, los caminos son "hacia" un lugar, en vez de "a" algún lugar?

    Me imagino al final del camino y, haya logrado o no alcanzar ese lugar, me veo recordando los pasos. Rememorando los que dibujé con firmeza y aquellos que dejaron una huella borrosa, difuminada. Cada salto hacia delante y cada traspiés. Cada parada y cada charco ;)
    Y es ahí donde veo la transformación, el aprendizaje, el disfrute, ... Qué bonito lo cuentas!

    Y me doy cuenta, Manel, leyéndote, de que el camino comienza mucho antes de empezar a caminar. Y me gusta. Me gusta mucho reconocer que es así.

    Y es que hay caminos que, de antemano, intuimos apasionantes. Como tu camino de Avalón. Como este que recorremos aquí, de tu mano.

    Petó handia!!

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    1. Tu comentario me lleva a pensar que de verlo al revés, es decir, que son los lugares los que dan sentido e invitan al camino, el tránsito cobra un sentido pleno y vivir intensamente el presente cobra sentido por sí mismo a parte de permitir afianzar la posibilidad de disfrutar de cualquier futuro al que se pueda optar. Por esto me gusta especialmente esto que comentas de que el camino comienza mucho antes de empezar a caminar, porque de hecho siempre está ahí y el goce puede comenzar ya en el “deseo” de transitarlo.

      Creo que este es uno de los principales aprendizajes que estoy obteniendo de mi trabajo y que noto que invade las otras esferas de mi vida.

      Gracias Marta, muxu handia!

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  5. Manel,
    Me ha gustado este post. También comparto el comentario de Marta, me ha recordado "unviaje": como este empieza ya en el deseo, la ilusión,la planifiación antes del camino, el goce durante y los momentos de recuerdos, de compartir del despúes...
    Una abraçada, elena6

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    1. El lloc com a motiu pel viatge"... A les organitzacions també val plantejar-s'ho així, amb els projectes.

      Una abraçada Elena, quina alegria veure't aquí :-)

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